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Trastornos alimentarios sumaron 4.600 consultas en la CCSS en 2023

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) o trastornos de alimentación motivaron 4.609 consultas en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) durante 2023, sin que necesariamente signifique que acudieron esa cantidad de personas, pues varios pacientes pudieron haber consultado más de una vez.

De los atendidos, 3.950 eran mujeres y 659 hombres. De las primeras, 3.052 tenían entre 10 y 19 años, mientras que 602 se encontraban entre los 20 y los 44. De los hombres, 391 se ubicaban entre los 10 y 19 años, y 104 entre los 20 y los 44.

Estas cifras, sin embargo, no muestran la verdadera dimensión del problema, pues no incluyen a quienes acuden a los centros de salud privados ni a los que no buscan ayuda.

Por esta razón, el Colegio de Profesionales en Psicología se alió con los ministerios de Salud y de Justicia y Paz, por sexto año consecutivo, en la campaña Cuidémonos Nutritivamente, con el propósito de hablar sobre el tema pero también orientar sobre cómo pedir ayuda.

Un desorden alimentario no es un trastorno, pero puede ser el inicio

Este año, la campaña se concentra en diferenciar entre un TCA y un desorden alimentario.

“La confusión entre estos términos no solo afecta la comprensión, sino también el acceso a los tratamientos adecuados”, manifestó Ingrid Arias Trejos, representante del Colegio de Profesionales en Psicología.

De acuerdo con la especialista, los trastornos como la anorexia o la bulimia sí requieren una atención especializada. El diagnóstico y tratamiento oportuno son vitales, así como un abordaje interdisciplinario que requiere profesionales en Medicina, Nutrición, Psicología y Enfermería.

Entretanto, como su nombre lo indica, los desórdenes son patrones desordenados de alimentación. Estos no necesariamente cumplen con los diagnósticos de TCA, pero afectan la salud física y emocional de la persona, del núcleo familiar y de otras personas cercanas.

“Ambos comportamientos, en una condición persistente, afectan la salud física, emocional y funcionamiento psicosocial de quienes los padecen. Y, en casos extremos, pueden significar la muerte”, expresó la profesional.

Según Francella Jaikel, representante del Colegio de Profesionales en Psicología, uno de los problemas es que se ha visto la relación de las personas con la comida como dicotómica: están quienes tienen una relación sana y quienes no la tienen porque casi no comen o porque se atracan. La realidad es muy diferente.

“Se nos olvida que puede haber muchos grises de desórdenes que podrían evitar un TCA si se detectan a tiempo y así mejorar la calidad de vida de estas personas. Si los desórdenes, esta escala de grises, se detectan a tiempo, podemos salvar vidas”, señaló Jaikel.

Dentro de los patrones irregulares están: saltarse comidas de manera habitual, hacer ejercicio en exceso y someterse a dietas estrictas sin supervisión.

Sinaí Valverde Ceciliano, psicóloga de la Secretaría Técnica de Salud Mental del Ministerio de Salud, afirmó que estamos rodeados de alimentos ultraprocesados y que no necesariamente tienen los nutrientes necesarios para alimentar el cuerpo y el cerebro. Por eso, llamó a estar pendientes del tipo de alimentos que se ingieren.

“El cerebro lleva a cabo complejos procesos neurológicos. Ahí se controlan todas las funciones corporales. Cuando no obtenemos los nutrientes necesarios, pueden ocurrir desequilibrios en los neurotransmisores. Esto no solo afecta nuestra capacidad para manejar el estrés y las emociones, sino que también puede hacernos más vulnerables a trastornos mentales graves”, señaló.

Desmitificar los trastornos alimentarios

Jaikel indicó que es necesario seguir trabajando contra los mitos que tienen tanto los desórdenes como los trastornos.

“Las personas siguen pensando que estas son enfermedades causadas por falta de voluntad, por vanidad y que se pasan con el tiempo y que nada más basta con ‘comer bien’. Pero esto solo aleja a las personas de la ayuda. Se minimizan las conductas de riesgo o incluso se fomentan las conductas que pueden detonarlos”, subrayó.

Los TCA más comunes son:

Atracón. Fuertes episodios de atracones seguidos de culpa y luego vómito o laxantes para deshacerse del peso ganado.

Anorexia. Imagen distorsionada del cuerpo y dietas excesivas que llevan a pérdida seria de peso. Miedo patológico a engordar.

Bulimia. Fuertes episodios de atracones seguidos de culpa. Luego se da una “conducta compensatoria”, como vómito o uso de laxantes para deshacerse del peso ganado.

¿Cómo ayudar a alguien con un desorden o trastorno alimentario?

  • Hable con la persona a solas sobre las conductas que ha observado. Hágalo con capacidad de escucha y sin juzgar.
  • Hágale saber sobre su preocupación.
  • Si la persona confiesa que sufre de un trastorno de la conducta alimentaria, pregúntele cómo puede ayudarle.
  • Sea comprensivo, sin prejuicios.
  • Recomiéndele ayuda profesional.

Si desea más información puede acceder al sitio web www.cuidemonosnutritivamente.com, donde encontrará recursos que pueden serle útiles.

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