El acuerdo entre el PSC y los republicanos de ERC rompe la igualdad en España y conduce al cupo catalán
El cupo catalán
Euskadi realiza anualmente un pago al Gobierno Central para financiar las competencias que este desarrolla en la Comunidad Autónoma vasca y que aun no han sido transferidas. Su definición legal está recogida en el artículo 49 del concierto económico que reproduce a su vez, lo establecido en el artículo 41 del Estatuto de Autonomía. El primer cupo fue fijado por el Gobierno español en 1878, después de la tercera guerra carlista.
Euskadi abona al Estado actualmente cuatro tipos de gasto estatal:
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Competencias exclusivas del Estado: Cortes Generales, Casa Real, embajadas, Defensa...
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Competencias que aún no han sido transferidas, como prisiones o Seguridad Social.
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Competencias estatales relacionadas con la solidaridad. Por ejemplo, lo correspondiente al Fondo de Compensación interterritorial ( los territorios con mayor renta transfieren cierta cantidad a los de menos ).
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Parte de las amortizaciones e intereses de la deuda pública estatal.
Al ser el cupo un pago obligatorio y fijo, Euskadi necesita tener una recaudación positiva y una actividad económica creciente, ya que en caso contrario su capacidad de gasto disminuye.
Euskadi y el Estado pactan cada cinco años la ley que regula el cupo, aunque cada año se ajusta en base a los gastos reales, no a los presupuestados.
Desde 1981 hasta el 2006, Euskadi ha pagado al Estado por estos menesteres 133.459 mill de euros brutos; 26.000 mill de euros netos.
En mayo de 2017, el Gobierno Español y vasco lograron un acuerdo sobre el cupo.Todo lo antedicho, es lo que Cataluña trata lograr con el acuerdo firmado con el Gobierno de España. Tal acuerdo ya refrendado por las bases republicanas con un 53,5% de los votos, persigue entre otras cosas dos muy importantes:
1. El reconocimiento de Cataluña como nación. 2. La plena soberanía fiscal.
Todo empieza con la condonación de 15.000 mill de euros de deuda catalana, aunque el Gobierno de Pedro Sánchez ha dicho que extendería una medida similar al resto de comunidades. Un asunto harto difícil de cumplir y que España no puede permitirse; y es que, condonar la deuda no es perdonarla, alguien la tiene que pagar. Lo que hace es trasladarla al Estado y por ende al resto de los españoles, lo que convierte la condonación en un problema para todos. La Generalidad controlará 30.300 millones más con Hacienda propia. El ejecutivo catalán pasará a gobernar los casi 54.000
mill de euros de impuestos catalanes. Un auténtico dislate que aumentará las diferencias territoriales.
La deuda que tenía antes Cataluña, si como dice el Gobierno se incluye a todas las comunidades que acudieron al FLA, el endeudamiento crecería aun más; como consecuencia de ello, subirían los intereses y habría menos recursos para otros menesteres, como educación, dependencia, o sanidad,... En suma, para mantener el Estado de Bienestar. Actualmente ya tenemos una deuda “billonaria”, y Bruselas nos da toques de atención. Permitaseme señalar, qué la condonación de la deuda solo en Cataluña, es el primer paso para el cupo catalán, que como apunté, España no se puede permitir de ninguna manera .
Finalmente, las bases republicanas el pasado viernes, han refrendado el preacuerdo entre el PSC y ERC, y han despejado el camino para que Salvador Illa sea investido; todo a cambio del concierto económico y la soberanía fiscal. Tal acuerdo en caso de llevarse a cabo, convertiría al resto de los territorios en autonomías de segunda; lo que conllevaría agravar las diferencias sociales entre los españoles y por ende, se incrementarían los ya altos impuestos para poder pagar la deuda billonaria que tiene contraida el Estado. La economía caería como un castillo de naipes.
Con este nuevo dislate de Pedro Sánchez, no se va a apaciguar Cataluña de ninguna manera, al contrario, va a continuar pidiendo más y más; primero el Referéndum de autodeterminación, después, la independencia. Hago mías las palabras de un maestro del periodismo moderno, Don Luis María Anson, dice así: “El Gobierno de la Generalidad se mueve entre dos males; Salvador Illa es el mal menor, Carlos Puigdemont el mal mayor. Ha ganado el mal menor, al conseguir el apoyo del partido republicano de extrema izquierda. Salvador Illa se alzará finalmente con la presidencia de la Generalidad, lo que acentuará la dificultad para gobernar de Pedro Sánchez en Madrid. Así que mejor el mal menor de Illa, antes que el regreso del golpista que ya ha anunciado”. Yo añado, ambas situaciones son malas para España, aunque el Presidente diga lo contrario.
Voy a contar un cuento que escribió el insigne Miguel de Cervantes en alguno de sus entremeses, se titula “ El Loco a Palos” y, viene a cuento, a tenor de lo que está ocurriendo en Cataluña desde hace hoy más de cuatrocientos años. El intento siempre frustrado por ahora, de conseguir la independencia. Miguel de Cervantes, era el escritor más insigne del siglo de oro, y el que más sabía de locos, pues fue celador en un manicomio. Contaba Miguel de Cervantes: Había un loco, que tenía la manía de colarse en las fincas de la zona de Toledo, llevando un palo en la mano, y cuando veía un perro, lo arreaba con el palo hasta eslomarlo, si este no tenía la suerte de escapar antes. Pues bien; un buen día, se coló en una finca buscando un perro hasta que esté apareció; el loco ni corto ni perezoso agarro el palo y atizó al perro. Pero en aquel instante, apareció el dueño de la finca con una garrota, he hizo lo mismo con el loco, lo molió a palos mientras decía...” acuérdate hermano que es podenco, no lo olvides”. A partir de ese momento, el loco estuvo algunos días tranquilo debido a los golpes recibidos. Pero como era de esperar, cuando se curo, volvió con su manía de colarse en las fincas para atizar garrotazos a perro que se le cruzase. Un día, al colarse en una finca, vio a un perro que estaba tan tranquilo atado en su caseta; al verlo, se dispuso a darle canela; pero he aquí, que al levantar el palo, se acordó de la tela recibida y se dio la vuelta diciendo... Guarda hermano que es podenco y se fue. De lo que se deduce como decía el gran escritor, que, “ el loco por la pena es cuerdo”. Lo mismo se debería hacer con los independentistas catalanes, como ya hizo el Gobierno de Mariano Rajoy apoyado por el PSOE. Estos separatistas, no están locos, pero se les puede aplicar el mismo tratamiento; no con el palo, pero si aplicando lo que dice la Constitución, para estos casos el artículo 155 como se hizo en el 2017 y que fue muy eficaz, Inhabilitando y metiendo en la cárcel a los sediciosos que provocaron el intento de golpe de estado. Estos, al recibir el castigo se dieron la vuelta diciendo,”Guarda hermano que es podenco”, y no lo volvieron a intentar; hasta uno de ellos Puigdemont, huyó en el maletero de un coche a Waterloo. Hoy, el Gobierno de Pedro Sánchez ha vuelto a abrir la caja de pandora, dándoles todo lo que piden, creyendo que así se van a apaciguar. Todo lo contrario, tengamos por seguro que volverán a intentarlo, así lo han manifestado.
Agustín Hidalgo. Economista, diplomado en comercio y relaciones exteriores por la E.O.I.