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Factoría Vicálvaro: así se fabrican un hotel de insectos y cubiertos comestibles

Abc.es 

El Centro de Innovación en Economía Circular de Madrid regenta la vanguardia de transformaciones sostenibles de la capital. Tan solo en un año y medio desde su creación, en este espacio se han lanzado 80 empresas, se han desarrollado 23 patentes de inventos y soluciones que combinan la eficiencia y el reciclaje y se han generado 150 nuevos empleos, muchos de ellos dirigidos a personas con diversidad funcional. El centro, ubicado en Vicálvaro, nace de una alianza público-privada donde las empresas se adhieren para desarrollar sus inventos. Fruto de estas colaboraciones, el espacio ha desarrollado soluciones tan ingeniosas como útiles. La empresa 'Kafka Solutions', haciéndole honor a su nombre, produce una metamorfosis de los residuos a través del uso de insectos y de bacterias que permiten convertir el plástico en compost. Esto lo realizan desde el hotel de insectos, en el que se encuentran estratégicamente posicionados los seres vivos en una serie de contenedores apilados. La idea es ofrecer a otras empresas alimenticias la oportunidad de no tirar sus residuos, y de paso, obtener productos a cambio, como aceite o harina. Fernando Bandrés de Kafka Solutions, cuenta para ABC que, además del hotel, ofrecen para la empresa contratante, un certificado de impacto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) obtenida con el alquiler del hotel. De esa manera, las empresas pueden demostrar científicamente su aporte a los ODS. También está Gloop, una compañía que fabrica cubiertos comestibles al reutilizar un residuo que surge de la producción de cerveza. Esta empresa ya ha logrado un acuerdo con Mahou para introducir a la empresa en las lógicas de la economía circular. El centro también cuenta con una pérgola biosolar, una estructura de gran tamaño que estudia cómo afecta la altura a la eficiencia energética producida por los paneles. En la misma estructura, se colocaron huertos urbanos que serán trabajados por personas con diversidad funcional. De esa manera, con ayuda de la fundación Juan XXIII , este centro busca formar a personas en situación vulnerable, en trabajos con valor agregado, como los de sostenibilidad, que los aventajen a nivel técnico. Por otro lado, está Forest Bank, el brazo informático del centro. El proyecto busca realizar una automatización del calculo de la huella de carbono de las empresas, para que estas sepan, de forma veloz, cual es su huella. «Va a permitir que las empresas registren su huella en el ministerio sin los trámites burocráticos que implica», explica a ABC el director de emprendimiento de Forest Bank, Veselin Arnaudov. Ellos utilizan algoritmos propios para segmentar la información oficial sobre huella de carbono en Madrid, y le otorgan el cálculo específico a la empresa que los contrate. El centro necesita inventos que ayuden a instaurar la economía circular en las empresas pero también soportes que manejen los datos necesarios que comprueben el cambio. Otro de los proyectos destacables en el CIEC se llama Recomiend, su director, Samuel Sesmilo, lo llama el 'Tinder del trabajo', se trata de una aplicación desarrollada para que las personas o las compañías que necesitan servicios esporádicamente, ubiquen y contraten a los trabajadores locales más cercanos. La idea es la de reducir la movilidad que implica transportarse a las entrevistas de trabajo, pues, la economía circular no se trata solo de reutilización, si no también, de encontrar respuestas originales ante las posibilidades catastróficas para el medio ambiente en caso de seguir manteniendo el actual estilo de vida en grandes ciudades. Así, con Recomiend, se contrata solo a quien esté más cerca. Cada compañía que pasa por el CIEC, es localizada en una de sus tres etapas: incubación, aceleración y circularización. Así, una firma empieza en la incubadora; en la generación de sus modelos reutilizables, luego se les da un empujón de velocidad en la fase de aceleración en términos de eficiencia y rentabilidad. Y por último, llegan a la 'graduación', donde se confirma su modelo como parte íntegra de la economía circular. El centro no se queda solo en ofrecer las posibilidades empresariales, también genera espacio para el aprendizaje y la formación. Tienen un laboratorio de fabricación digital abierto para todo residente en Madrid, y en el que ya han participado más de 9.000 ciudadanos. Otra gran opción para los vecinos en el CIEC es la de poder utilizar de forma gratuita las impresoras 3D para lograr, con supervisión de un experto, replicar el repuesto de plástico que les hace falta y que deja obsoletos a muchos electrodomésticos. La delegada de Economía, Innovación y Hacienda, Engracia Hidalgo, definió al centro durante una visita como un lugar de «encuentro en el que la gente que tiene inquietud por hacer economía circular, ya proceda de empresas emergentes, mundo académico o vecinos del barrio, pueda beneficiarse».

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