Los mercadillos más bonitos del verano: lugares donde aún vive la isla 'hippie'
Ha pasado tiempo desde que los primeros 'hippies' se asentaron en Ibiza en busca de un estilo de vida diferente y sosegado, con el mar como inspiración para dar rienda suelta a su imaginación y a sus creaciones. Fue en los años 30 cuando llegaron los bohemios a la isla, que huyeron al estallar la guerra civil. Entre las décadas de los 50 y 60 empezaron a instalarse durante los veranos de una forma más continuada, tras pasar los inviernos en lugares como India o Bali , de donde traían exóticos productos para venderlos. De aquellos tenderetes improvisados surgieron los mercadillos como puntos de encuentro y creatividad para artistas. No obstante, las raíces comerciales ibicencas se forjaron muchos siglos antes, con el comercio del Mediterráneo ejercido por fenicios, romanos y árabes. La energía de la ínsula, su fabuloso clima y su luz cautivaron a los visitantes y, desde entonces, ha servido de inspiración a artesanos, pintores y ceramistas, que despliegan sus obras en los mercadillos. Visitarlos es una de las mejores propuestas para mezclarse con la esencia de Ibiza . Seguir la huella artística a lo largo y ancho de la isla es un plan estupendo para combinar con las espectaculares playas y calas ibicencas. La mayoría concentran su actividad en verano, rememorando sus orígenes, y hay mercadillos para cada día de la semana. El paseo de S'Alamera, en Santa Eulària des Riu , fue uno de los puntos de encuentro de los artesanos pioneros, europeos y norteamericanos. Un lugar que ha experimentado la evolución de los mercadillos. En la actualidad, esta rambla que desemboca en la playa de Santa Eulària continúa acogiendo un mercado durante todos los días de verano, salvo miércoles y domingos. Pero no fue hasta 1973 cuando se inauguró oficialmente el primer mercado en Es Canar, al este de la isla. Fue el Hippy Market Punta Arabí, un espacio cedido por el hotel Club Punta Arabí para que los 'hippies' ofrecieran sus productos a los huéspedes. Muy próximo a las playas de Cala Martina, Es Canar y Cala Nova , entre caminos abrazados por pinos, es el verdadero precursor de los mercadillos 'hippies' de hoy. También es el más grande, con cerca de 500 puestos. En ellos se muestra artesanía de todo el mundo. Abierto los miércoles, de abril a octubre, se distingue, además, por sus actividades para los más pequeños. El segundo mercado de mayor tamaño es el más popular, Las Dalias. A pesar de haberse convertido en toda un icono en Ibiza, conserva el exotismo de sus orígenes. Situado a algo menos de un kilómetro de Sant Carles , tuvo sus inicios en los años 50 como sala de fiestas para los locales. Después de un tiempo inactivo, se transformó para recibir fiestas y conciertos, pero no sería hasta los años 80 cuando arrancó como mercadillo con tan solo cinco puestos. Cuesta pensar que ahora sean 300 los tenderetes, dedicados a la venta de moda adlib, complementos, artesanía, regalos, bisutería y productos alimenticios. Asimismo los hay dedicados a los masajes o a leer el futuro de sus visitantes. En Las Dalias también es posible viajar por el mundo a través de sus distintos espacios gastronómicos donde alargar los sábados, domingos, lunes y martes, los días en los que se celebra. La música en directo continúa sonando aquí, incluso de la mano de conocidos DJ's, un estupendo homenaje para festejar los 70 años que cumple el próximo otoño. Junto a la bonita playa de Cala Llonga, las tardes de los jueves de mayo a octubre, otro de los mercadillos artesanales simbólicos se viste de blanco. Dedicado a la ropa y a la bisutería, también cuenta con actividades para niños y adultos. En el centro de la isla encontraremos más artesanía en la plaza de la iglesia de Santa Gertrudis y en San Rafael, con la cerámica como protagonista, además de productos de agricultores locales. El primero, los viernes por la tarde; el de San Rafael, los jueves. Durante los sábados de abril a octubre, son las calles blancas de San José las que custodian un mercado atípico. Promotor de las tradiciones ibicencas, del comercio justo y del uso de materiales ecológicos, tiene la sostenibilidad por bandera. Talleres, productos orgánicos y ecológicos, entre los que frutas, verduras y la repostería casera están muy presentes; sin olvidar la pintura, esculturas y cerámica. En Ibiza, tampoco faltan rastrillos de segunda mano donde comprar y vender productos de todo tipo, desde libros hasta plantas o muebles. Cualquier objeto imaginable seguro que está presente en el hipódromo de Sant Jordi durante los sábados de 8.00 a 15.00 horas. Todo al ritmo de sus populares 'jam sessions'.