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«Ha empezado él»: Cómo lidiar con las peleas entre hermanos en verano

Abc.es 
Son muchas las familias que admiten que sus hijos, más que hermanos , parecen enemigos de muerte. Durante el año no lo sufren tanto y capean los temporales que van apareciendo de tanto en tanto pero cuando llegan las vacaciones, no saben bien por qué, los conflictos se multiplican por mil, poniendo al límite a los padres. En verano, un trayecto largo en coche, una visita cultural, una comida en un restaurante… se convierten en una pelea continua donde la culpa no es de nadie porque siempre «ha empezado él» . «Yo no he hecho nada» y la persona que estaba al cargo, que no miraba en ese momento, «no tiene ni idea de qué ha pasado». Es un hecho que las peleas entre hermanos suelen aumentar en época estival pero los motivos que hay detrás no son solo el mayor tiempo juntos y la ausencia de una rutina diaria clara, que evidentemente pueden acabar provocando problemas familiares, ya que se multiplican las interacciones entre los miembros. También hay que tener en cuenta que, en este momento del año, la falta de rutinas de comidas, de sueño y, en definitiva de un descanso adecuado… Junto con la ausencia de un programa diario, puede acabar generando estrés y aburrimiento en los niños. Y cuanto esto sucede, reconoce Silvia Dal Ben, psicóloga y directora clínica de Unobravo , «se crea el caldo de cultivo perfecto para que se desarrollen los conflictos». Hay que tener en cuenta, prosigue esta experta, «que también es muy común que l os niños compitan por la atención de los padres o cuidadores, lo que puede aumentar los celos y la rivalidad y llevar a más discusiones. Esta competición se puede trasladar al ámbito de la posesión o disfrute de juguetes o dispositivos electrónicos, así como al hecho de tener que compartir actividades o espacios». A menudo, indica Dal Ben, «los padres se reconocen perdidos, pero juegan un papel crucial como mediadores en los conflictos y a la hora de fomentar un ambiente familiar armonioso». De hecho, el disfrute de tiempo en familia durante el verano también es una oportunidad para que los progenitores trabajen estrategias de resolución de conflictos y fomenten relaciones más saludables entre sus hijos. Estas son las sugerencias que hace la experta de Unobravo para ayudar a los padres a que puedan disfrutar de un descanso veraniego sin conflictos, dando una serie de sugerencias que puedan mejorar la calidad de tiempo en familia: No siempre es posible, pero intentar tener una rutina diaria definida puede ayudar a los niños a saber qué esperar y así reducir la incertidumbre que a menudo genera tensión y frustración. Poner límites «básicos» y definir de forma clara cuáles consecuencias podrían tener el no respeto de las mismas y la no asunción de responsabilidades. Es importante que cada niño tenga su propio espacio y tiempo para sus actividades personales. Esto puede reducir la fricción entre ellos y proporcionarles un momento de respiro de la convivencia. Una forma correcta de comunicar sentimientos y necesidades a través de un lenguaje asertivo y respetuoso, enseñando a los niños a expresar sus emociones de manera clara y sin agresiones, favorece la convivencia. Por ejemplo, pueden aprender a usar frases como «me siento... cuando tú...». Esta práctica enseña a los niños a identificar y nombrar sus emociones de manera más efectiva para que puedan gestionarlas en lugar de descargar su frustración sobre sus hermanos. Premiar o reforzar positivamente cuando los niños cooperan, comparten o resuelven conflictos de manera pacífica puede motivarlos a seguir comportándose de esa manera. Ofrecer incentivos para mantener la armonía durante un período de tiempo determinado, como una salida familiar especial o un premio, puede ser motivador. Proponer actividades como juegos de mesa, proyectos de arte o pequeñas tareas para fortalecer su relación. Establecer metas que solo puedan alcanzar trabajando juntos, como completar un rompecabezas o un proyecto creativo, puede contribuir a que vean a sus hermanos como aliados en lugar de rivales. Enseñarle a considerar los sentimientos y perspectivas de sus hermanos y así reducir la hostilidad. Implementar estas estrategias de manera coherente y adaptándolas a la edad y personalidad de los niños puede contribuir significativamente a reducir los conflictos entre hermanos durante el verano y a largo plazo. Es imprescindible intentar mantener la calma, escuchar con empatía y validar sus emociones: los gritos, las reprimendas y sobre todo las comparaciones no ayudan. No olvides que es fundamental que los padres dediquen tiempo de forma individual a cada hijo, esta práctica puede reducir la competencia por la atención parental y fomentar una relación más saludable entre hermanos. Por último, concluye esta experta, «la creación de oportunidades para que toda la familia comparta tiempo de calidad, como comidas juntas o excursiones, puede fortalecer los lazos familiares y reducir los conflictos«.

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