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Cooper y Del Río, a nueve centésimas del bronce

Abc.es 
Tras la prolífica jornada del jueves, al piragüismo español le tocó vivir un día mucho más amargo en el Estadio Náutico de Vaires-sur-Marne, en el que Marcus Cooper y Adrián del Río finalizaron cuartos en el K4 500, a solo nueve centésimas de sumar un nuevo podio. También perdieron su oportunidad Antía Jácome y María Corbera, sextas en la final del C2 500. No se puede considerar un mal resultado el cuarto de Cooper y Del Río, pareja formada hace escasos meses que, pese a su poco periodo de adaptación, se marcha de París con un diploma que no fue medalla por muy poco. Después de una gran remontada en la semifinal, que los metió entre las ocho mejores embarcaciones, el balear y el madrileño hicieron lo propio en una final dominada por Alemania. Las otras dos posiciones del podio quedaron abiertas a la durísima batalla entre los barcos de Hungría, Australia y España, que salió perdedor por solo nueve centésimas. La distancia cedida en los primeros metros con los tres kayaks precedentes resultó decisiva para que Cooper y Del Río no pudieran sumar una nueva medalla. Para el mallorquín, abanderado en la ceremonia de inauguración , hubiese supuesto su segundo metal en París tras formar también en el bronce conquistado por el K4 500. «Hemos competido la regata que hemos planteado, saliendo fuertes y con un ritmo medio acoplado. Eso lo hemos conseguido. Hemos estado cerca. Diez metros más y lo conseguimos». «Ya tengo un oro, una plata, un bronce y un cuarto… Si compito mañana seguro que termino quinto», bromeaba Cooper, alegre pese a todo. «Llegaba a París quería superarme. Por primera vez doblaba prueba y es un reto personal que cumplo. Más allá del resultado cualitativo he podido dar mi máximo rendimiento en dos modalidades con la exigencia que eso requiere». Del Río, debutante en unos Juegos, intentó mantenerse positivo, pero camino del pantalán se le vio lamentarse por la oportunidad perdida. A sus 21 años es una de las grandes promesas del piragüismo español, y este sábado saldrá a las semifinales del K1 1000. Esa fue, precisamente, la prueba que ganó Cooper en Río 2016, y el balear quiso ejemplificar el traspaso de poderes: «Allí fui siendo nuevo y con el objetivo de dar mi mejor versión. Era la primera vez que competía un mil a nivel internacional, como ahora Adrián. Así que nunca se sabe». Peor les fue a Jácome y Corbera, que llegaban con las expectativas por las nubes después de proclamarse subcampeonas mundiales el último año. Se mantuvieron con opciones hasta que a falta de doscientos metros su rendimiento decayó de forma brusca. «Nos vamos contentas porque hemos entregado toda la energía que teníamos», decía Jácome al finalizar la prueba. La pareja española lamentó el viento favorable, pero de costado, que las penalizó respecto a sus rivales al remar ambas por el lado zurdo. «No es excusa, pero es verdad que nos obliga a repalear para mantener recta la canoa». El oro fue para las canoístas chinas Shixiao Xu y Mengya Sun, entrenadas por Marcel y Georgina Galván, que hasta hace un par de años dirigían la carrera de Antía Jácome en Sevilla. Su repentina marcha a la selección asiática fue lo que motivo que la pontevedresa se marchase a Alcudia, a trabajar con Kiko Martín en el campo de regatas de Lago Esperanza. La gallega y la madrileña pasarán este sábado de compañeras a rivales, pues ambas compiten también por una segunda medalla en el C1 200. «Detrás de este sexto puesto hay muchísimo trabajo. Todas queremos luchar por las medallas, pero solo hay tres. Y para el C1 iremos con la misma mentalidad de llegar vacías a la meta y sea el resultado que sea estaremos satisfechas». Las tres embarcaciones restantes que salieron a regatear no lograron clasificarse para las finales A. Rodrigo Germade y Carlos Arévalo disputaron la misma semifinal que Cooper y Del Río, con un rendimiento opuesto. Salieron muy bien y palearon en segunda posición hasta los últimos 250 metros, pero terminaron bajando a la quinta plaza. Tampoco se clasificó Pablo Crespo en el C1 1000. El gallego, 21 años, terminó octavo y último en su semifinal. Finalmente, Carolina García y Sara Ouzande ni siquiera pudieron acabar su semifinal del K2 500 femenino . Su embarcación volcó cuando les quedaban pocos metros para llegar a la meta. Visiblemente afectadas, no supieron explicar bien qué había pasado: «La regata estaba siendo buena, parecía que íbamos delante, pero cuando vas tan al límite y pasa cualquier cosa intentas evitarlo y nos hemos ido al agua».

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