Grecia pide ayuda a sus socios europeos para hacer frente a la epidemia de peste de pequeños rumiantes

Es la primera vez que se confirman casos en Grecia de esta enfermedad que es común en algunos países vecinos como en Turquía y Bulgaria. Con una alta tasa de mortalidad (70-80%), la peste de pequeños rumiantes se propaga rápidamente por contacto directo y a través de objetos contaminados, como el agua o los alimentos. Aunque no supone un peligro de salud para los seres humanos, sí produce graves consecuencias económicas en los sectores ganadero y lácteo. Hasta el momento, más de 18 mil cabras y ovejas pertenecientes a 21 granjas han sido sacrificadas en todo el país. Los últimos casos se han encontrado en la isla de Creta, donde las autoridades de la isla han habilitado una línea telefónica para que los ganaderos puedan informar de los positivos y resolver sus dudas. Los animales que han dado positivo presentaban síntomas como fiebre, secreción nasal y ocular, dificultades respiratorias y estomatitis necrotizante con mal olor entre otros. Los estados miembros de la Unión Europea están obligados a establecer una serie de protocolos con el fin de frenar la expansión de la enfermedad. En este sentido, en Grecia desde el pasado mes de julio está prohibido el movimiento de ganado para la cría y el engorde, el sacrificio de cabezas para el consumo humano, así como la exportación de ganado vivo desde Rumanía, país en el que han tenido que ser sacrificadas más de 200 mil cabezas afectadas por esta misma enfermedad. Ante la alarmante situación y las consecuencias que la plaga está teniendo sobre la economía griega, el ministro griego de Desarrollo Rural y Alimentación envió este miércoles una carta al comisario de Agricultura y Desarrollo Rural de la Unión Europea, Janusz Wojciechowski, a la comisaría europeo de Salud y Política de Consumidores, Stella Kyriakides y a sus 26 homólogos donde pedía tomar medidas para compensar económicamente a los ganaderos afectados por la plaga. Tsiaras también quiso recordar a sus socios europeos que los ganaderos griegos llevan a sus espaldas las consecuencias de la crisis económica y de las inundaciones provocadas tras el paso de los temporales `Daniel´ y `Elías´ el pasado mes de septiembre y que costó la vida a más de 200 mil cabezas bovinas y ovinas del centro de Grecia. «El 15 de agosto nos quedaremos sin cordero», la afirmación de Kostas Tsiaras, ministro de Desarrollo Rural y Alimentación de Grecia durante una entrevista en un canal privado de televisión, información que cayó como una pesada losa sobre los griegos, quienes esperan todo el año para la celebración del Tránsito de la Virgen María, también llamada `Dekapendavgustos´ y uno de los festejos religiosos que más fervor despierta entre los ortodoxos. Incluidas en la lista de patrimonio inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, la `Dekapendavgustos´ celebra la reunión anual de las comunidades pastoriles antes de la preparación de los rebaños para la trashumancia invernal y donde la música tradicional y las parrilladas de cordero y cabrito son los principales protagonistas pero este año no podrá realizarse porque desde finales de julio está prohibido sacrificar ovino y caprino para consumo humano. La disminución de la ganadería, especialmente en las zonas productoras de productos con denominación de origen como el queso feta y el graviera cretense, los dos quesos más consumidos por los griegos, ha despertado una enorme preocupación en el país ante la posibilidad de la escasez de leche en el mercado a partir del próximo mes de septiembre y el consecuente aumento de su precio, que ya experimentó una fuerte crecida tras las inundaciones del pasado mes septiembre. Cabe señalar que para preparar un kilo de queso feta se necesitan cerca de cuatro litros de leche de cabra, mientras que para un kilo de graviera se necesitan entre 7 y 8 litros de leche. Hasta el momento se han sacrificado más de 16 mil cabezas en más de 21 unidades ganaderas del todo el país mientras las autoridades helenas siguen investigando las causas de la propagación de la epidemia y hacen hincapié en la importancia de mantener estrictos controles en la importación de ganado.