Cómo cuidar la piel después de las vacaciones para reparar el daño del sol

El verano siempre pasa factura a la piel, incluso aunque hayas usado cremas solares . La sequedad y la deshidratación , junto a las manchas, son los efectos más visibles después de las vacaciones. Pero hay más, el sol acelera el envejecimiento, por la disminución del colágeno, y, además, la exposición solar y el calor pueden empeorar patologías como la rosácea o la dermatitis, e incluso provocar a largo plazo cáncer de piel. En España, por su ubicación, la dosis de radiación UV es bastante elevada, y por ello es esencial tener en cuenta ciertos cuidados tanto durante la exposición solar, como después. La doctora Darlin Martínez , de la Clínica Médico Estética Ferraro, explica que «existen diferentes patologías dérmicas como consecuencia de la exposición solar, pero una de las más comunes es la rosácea , es decir, el enrojecimiento de la piel, que empeora especialmente al contacto con el cloro de las piscinas. Por otro lado, también son muy frecuentes los hongos , ya que el aumento de las temperaturas favorece las infecciones como la pitiriasis, que se manifiesta con pequeñas manchas redondas en la espalda y el pecho, de color blanco y rosado que, en la mayoría de los casos, suelen causar picazón. Por otro lado, con la llegada del sol también aumentan los casos de dermatitis seborreica , que se agrava debido al calor y la sudoración; así como las manchas solares , que son cambios en la pigmentación de la piel causados por la exposición al sol, como el melasma o los léntigos, conocimos popularmente como 'pecas grandes', y que pueden empeorar en esta época del año debido a una mayor exposición a los rayos ultravioleta, la radiación infrarroja y la luz visible». Por su parte, la doctora Beatriz Beltrán , fundadora de la Clínica Beatriz Beltrán de Barcelona, añade otros daños que puede sufrir la piel tras el verano: «la exposición al sol estival produce, a largo plazo, una disminución de colágeno , la ruptura de fibras elásticas y la aparición de manchas y arrugas». El cuidado de la piel debe empezar en verano, usando una buena crema solar a diario y de forma generosa, así como evitando la exposición en las horas centrales del día. Además, para mantener la piel sana es esencial la hidratación , tanto a través de cremas hidratantes con activos como la niacinamida, el ácido hialurónico, las ceramidas, el pantenol, etc., como a través de la dieta diaria. La doctora Darlin Martínez aconseja incluir « alimentos ricos en agua como las frutas, verduras y hortalizas que, además, ayudan a prevenir el envejecimiento cutáneo por su alto contenido en vitaminas y antioxidantes». También es importante que tras un día de playa o piscina, se apliquen productos post-solares con ingredientes como el aloe vera, la vitamina E, etc. Además de la hidratación, después del verano la doctora Beatriz Beltrán recomienda « una limpieza profunda dermatológica para recuperar la luminosidad». La experta aconseja realizar un diagnóstico previo y elegir la limpieza profesional más adecuada para cada persona. En nuestra Clínica tenemos tres tecnologías punta: Hydrafacial, Oxigeneo y Primei Dermafacial. Elegimos una u otra según las necesidades de la piel, su estado y el momento del año. En invierno necesitamos nutrientes, y en verano es más importante hidratar y regenerar porque la piel se somete a agresiones extremas como la exposición solar, el cloro y la sal del mar». La doctora Darlin Martínez explica que «los tratamientos faciales más solicitados después del verano en Clínica Ferraro son aquellos que van dirigidos a devolver la luminosidad natural de la piel , es decir, tratamientos que devuelvan la firmeza, densidad, luminosidad e hidratación a la piel, como es el caso del Aquapure con mesoterapia facial y diatermias para regenerar el colágeno y la elasticidad de la piel tras las agresiones del sol». Además, ante cualquier problema específico de la piel como una quemadura grave o ampollas grandes hay que acudir al médico. De igual manera, en pieles con acné, también conviene consultar con el dermatólogo la evolución de la patología, por si es necesario revisar el tratamiento.