World News in Spanish

Diplomacia descentralizada: Tacna

*Manuel Rodríguez Cuadros, exministro de Relaciones Exteriores

La globalización como proceso económico y sociopolítico impulsa un conjunto heterogéneo y múltiple de cambios. Entre ellos, una variación cualitativa de los conceptos de tiempo y espacio en el campo de las relaciones internacionales. Desde el punto de vista de las comunicaciones, la transmisión de las decisiones políticas, económicas, militares, estratégicas, culturales y en general de la acción política internacional, el tiempo y el espacio se han comprimido virtualmente.

Los espacios se han hecho "más cortos" y los tiempos "más reducidos". Ello está teniendo efectos aún no del todo determinados en conceptos y realidades básicas de las relaciones internacionales. Como los de "espacio", "territorio", "jurisdicción nacional". Y, especialmente, sobre el número y la naturaleza jurídica y social de los "actores" o "sujetos" de la política internacional. Las propias interacciones internacionales están mutando.

Nunca en la historia, como ahora, han emergido tantos actores internacionales, distintos a los Estados. Especialmente, los Gobiernos subnacionales, las organizaciones no gubernamentales y las empresas. Esta descentralización de la estructura de las relaciones internacionales sigue teniendo, sin embargo, a los Estados nacionales como los actores principales y dominantes del complejo relacional contemporáneo.

Con la mayor velocidad que adquiere el proceso de internacionalización, el territorio, la región y el lugar recobran significado e importancia. Para una empresa transnacional, la inversión minera o petrolera, está más en función de las características geográficas, económicas y sociopolíticas del lugar específico donde se ubican los yacimientos, que del territorio en su conjunto.

Al mismo tiempo, los Gobiernos subnacionales y las poblaciones de las regiones, las provincias, los “lugares” ven empoderados sus intereses y derechos. Y son crecientemente actores de la inversión extranjera, en áreas esenciales como los hidrocarburos, la minería, la explotación forestal o la propia industria textil. Pero, también, tienen un papel cada vez más importante en los flujos de la cooperación internacional, el comercio y las relaciones político-diplomáticas.

Como señala Joan Nogué “(…) los diversos procesos de globalización hoy existentes han desencadenado una interesante e inesperada tensión dialéctica entre lo “global” y lo “local”. Pero no solo tensiones y conflictos. También procesos de complementación e integración. Nos encontramos ante una excepcional revalorización de las regiones, en un contexto de ajuste estructural de la propia globalización.

A las prácticas diplomáticas de la escena oficial entre los Estados nacionales, se añade ya desde hace una década la diplomacia descentralizada. Su ámbito de acción comprende todas las interacciones políticas, sociales, de seguridad institucionales, económicas, diplomáticas y de cooperación, en las que por lo menos uno de los actores es un gobierno subnacional, una organización de la sociedad civil, las empresas o las instituciones.

El año 2003, introduje como un elemento esencial de la política exterior peruana la diplomacia descentralizada. Se crearon las direcciones descentralizadas de la Cancillería. Especialmente, en las regiones que constituyen zonas de frontera. Su función era y debería ser constituirse en actores directos en la elaboración del Plan Estratégico Nacional de Desarrollo Fronterizo y en el diseño, la ejecución y evaluación del conjunto de las relaciones bilaterales con los países vecinos. Involucrar en estos procesos a los Gobiernos regionales, provinciales, distritales y de centros poblados.

Desde el 2005 hasta estos días de desorientación de las políticas del Estado, estas finalidades y tareas de las direcciones desconcentradas se han perdido. Hoy se dedican más a trámites administrativos y consulares desconcentrados. Para esa tarea, no fueron creadas.

Se trata de articular la diplomacia de fronteras con los Gobiernos regionales y provinciales, las poblaciones, los empresarios y las ONG en cada zona limítrofe. Es la única manera de que la política exterior lea los intereses nacionales de abajo arriba. Y que la gestión externa del Estado articule a los actores internos en los procesos de la política exterior.

El caso de Tacna es paradigmático. La región que simboliza la patria republicana tiene un cofre de promesas incumplidas. ¿La razón? El centralismo que desprecia lo regional. Sin importar que las identidades regionales o locales hayan aportado a la patria mucho más que los administradores de Lima.

Luego del fallo de La Haya, se ofreció una política pesquera regional e incentivos que hagan más competitivas las pesquerías regionales para el consumo humano. Tacna debe aprovechar la zona económica exclusiva ganada en La Haya. Esa fue la demanda. Correcto. Sigue en el archivo.

A raíz de la pandemia se cortaron los flujos de personas y mercancías entre Tacna y Arica. Llevan años las demandas para que se negocie con Chile un acuerdo que permita el normal funcionamiento de las aduanas y puestos de migraciones de Santa Rosa y Chacalluta. Y hasta hoy no hay resultados. Ojalá, las actuales consultas lleguen a una decisión inmediata, para que funcionen 24 horas al día, siete días a la semana. Antes de la pandemia transitaban en la zona fronteriza 7,2 millones de personas al año. Y 1,3 millones de vehículos. Las cifras actuales son muy inferiores.

Entre Tacna y Arica, ciudades complementarias, económica, comercial, social y culturalmente, los intercambios institucionales son escasos. Y el Perú no tiene una política cultural hacia las provincias de Arica y Parinacota. Esencial para las sinergias históricas de la relación. Y está la carretera Collpa-La Paz. De los 392 km que comprende, se han construido 292. Bolivia acaba de suscribir el contrato para acabar los 50 km de su parte. Y en el caso del Perú, se espera que finalmente, luego de onerosos incumplimientos, a inicios de setiembre se inicie la construcción de los 50 km restantes.

Pero la agenda de la política exterior descentralizada en Tacna es más amplia. Es indispensable una acción de base regional de promoción de exportaciones en la región, especialmente agrícolas, para aumentar su competitividad. También incrementar los flujos de cooperación internacional no reembolsable, que hoy se expresan en menos del 1% de la que recibe el país (Lima concentra más del 26 %).

Tacna tiene cerca 150.000 migrantes en el exterior y no existe ninguna política para vincularlos a la región, en sus derechos, en actividades económicas, institucionales y de la propia vida social y política. El incordio mayor del centralismo diplomático es la incapacidad del Estado, desde hace ya casi 100 años, para poner en valor el predio El Chinchorro. Y reconciliar a los plebiscitarios con nuestra propia historia.

Читайте на 123ru.net