El obispo estrecha el cerco sobre las cofradías y pone el foco en uniones de hecho y políticos
«Solo espero que haga otro ‘recordando’ a los profesores de Religión que los domingos tienen que ir a misa». Quien habla es el presidente de una cofradía de la Semana Santa ilicitana que prefiere no pronunciarse con nombre y apellidos por temor a que su opinión pueda tener consecuencias para su colectivo. Sin embargo, resume a la perfección el rechazo que, por una cosa o por otra, ha causado entre prácticamente todos los consultados -que también quieren mantener su privacidad por los mismos motivos- el Decreto de la Ampliación de las Normas acerca de las Cofradías y Hermandades de Semana Santa firmado por el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, a finales de julio y que en los últimas semanas han ido recibiendo las diferentes directivas. Un regulación que, entre otras cuestiones, pone el foco en la prohibición de ser presidente y vicepresidente de cofradías o hermandades en el caso de que se trate de personas que estén en «situaciones irregulares», como uniones libres de hecho, católicos unidos por mero matrimonio civil y católicos divorciados que se han vuelto a unir civilmente con otra persona. Una línea roja a la que, en el caso de los presidentes, también se suma como veto el hecho de ostentar algún cargo de dirección en cualquier partido o asociación política.