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Las leyendas del caimán de la Fuensanta en Córdoba: ¿cómo llegó el animal al santuario?

Abc.es 
La festividad de La Fuensanta celebra unos días en los que la tradición y la religiosidad van de la mano. La devoción por ver a la copatrona de Córdoba, Nuestra Señora de la Fuensanta, se mezcla con la curiosidad de muchos por presenciar una pieza muy peculiar que cuelga en el pórtico exterior de su santuario, rodeada de leyenda. Se trata del caimán de la Fuensanta , uno de los elementos más representativos de esta cita, cuya leyenda resuena con más fuerza estos días. Son varios los relatos que explican cómo llegó en caimán al santuario: desde historias disparatadas a otras con una base bibliográfica. Uno de los relatos del famoso caimán cuenta que apareció en una crecida del Guadalquivir, cerca cerca del santuario , un lugar que se encontraba en ese entonces en las afueras de la ciudad y que era muy proclive a sufrir inundaciones si el nivel del río subía más de lo normal. La bestia atemorizaba a las personas que habitaban las huertas que rodeaban este lugar debido a su gran tamaño y facilidad para devorar a todo aquél que se acercase a los cañaverales donde habitaba, por lo que su sorpresiva aparición era un peligro para los habitantes colindantes. Es aquí cuando esta historia adquiere tintes de devoción y religiosidad , y es que un veterano de guerra que padecía de cojera decidió encomendarse a la Virgen de la Fuensanta para acabar con este peligro para los vecinos. Primero dedicó un día para analizar meticulosamente los movimientos del caimán, y días después le tendió una trampa . El valeroso veterano colocó un jugoso trozo de carne en unos arbustos para que el animal pudiera darse un festín. Cuando el caimán estaba comiendo, el hombre saltó detrás de la vegetación para clavarle su muleta en la garganta y, tras una lucha intensa, el animal falleció . Una vez disecado, esta persona se lo ofreció a la Virgen y lo colocó en la pared del santuario. Además, el garrote que utilizó se encuentra como exvoto , es decir, como ofrenda a la titular. Esta es la historia más popular que se transmite de abuelos a nietos. Sin embargo, aunque los textos indican que sí se produjo esta inundación durante el siglo XVI , la aparición de un caimán en tierras mediterráneas hace que carezca de lógica esta historia, ya que esta especie solo se encuentra en algunas aguas del Caribe. La historia aceptada como la verdadera es la recogida por Tedomiro Ramírez de Arellano en su libro 'Paseos por Córdoba' . Según explica, el animal « fue traído desde América junto a una costilla de ballena, la concha o carapacho de una tortuga, una sierra del pez de este nombre y otras cuantas cosas remitidas como recuerdo por viajeros cordobeses» indica el texto. La razón de la llegada de estos ejemplares al santuario es simple. Los viajeros que regresaban desde las Américas ofrecían estos recuerdos de su estancia a la Virgen en forma de agradecimiento por acompañarles en su travesía y garantizarles mucha fortuna. Además, se llevaban varios objetos de personas que padecían de graves enfermedades y que se encomendaban a La Fuensanta para que pudiera sanar sus dolencias, en esta ocasión, el protagonista se llevó una muleta de una persona minusválida. Ramírez de Arellano también apuntaba otra historia más: «el vulgo ha dado en decir que lo mató en el arroyo cercano un sentenciado a muerte , a quien ofrecieron el indulto si acababa con aquel animal que, corrido del mar, estaba siendo el asombro y terror de los cordobeses».

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