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La Habana develada en Rutas y Andares

La Habana, Ciudad Maravilla, bendita ciudad que cada cubano lleva en su corazón donde quiera que esté. Añorada, querida, necesitada de cariño y de cuidados, privilegiada... La urbe que tantos desean visitar y que ha inspirado a cantores, escritores, pintores, músicos, escultores y poetas.

¿Cuánto la conocemos, incluso, los que la habitamos? Cada rincón de esta urbe atesora secretos, historias, leyendas. Ina­gotable La Habana que espera, gustosa, ser descubierta. Por eso —afortunadamente— la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) convocó hace 24 años a todas las familias a participar en el programa Rutas y Andares, con la pretensión de divulgar toda la riqueza del patrimonio histórico-cultural que guarda esta ciudad y, en especial, su Centro Histórico.

Como antesala a los festejos por el aniversario de su fundación en noviembre, cada Ruta y cada Andar se convierte en una excelente opción en la etapa estival para el disfrute y para el conocimiento. Este año más de 350 guías y colaboradores llevaron de la mano a quienes desearon amar más esta urbe desde dentro.

Y 122 participantes recibieron el premio Rutas y Andares por su asistencia a más de cinco de las opciones programadas, y como reconocimiento pudieron disfrutar del recorrido en carruajes La Habana de Martí, y de visitas nocturnas al Capitolio Nacional, con el apoyo de la Agencia de Viajes San Cristóbal.

En la clausura de esta edición —realizada la semana última en el capitalino Teatro Martí—, Katia Cárdenas Jiménez, directora de Gestión Cultural de la OHCH, significó que el evento iniciado el 9 de julio se convirtió en un homenaje imprescindible a la urbe que celebrará sus 505 años de fundada.

Lo más atractivo

De las tantas rutas trazadas, los ambientes coloniales, La Habana y sus muebles fue de las más gustadas junto a la visita al Jardín Botánico Quinta de los Molinos y a las rutas especiales por el sistema defensivo de La Habana colonial, en las que el público se deleitó con las tecnologías empleadas de manera ingeniosa para comunicar el patrimonio militar de las fortalezas capitalinas.

Mención especial en la edición de la iniciativa de este 2024
tiene el Andar La Habana de Carpentier, como un homenaje al gran novelista a propósito de los 120 años de su natalicio y que permitió atravesar de manera magistral la labor musicológica y literaria del autor de El siglo de las luces, detalló Cárdenas Jiménez.

En esta ocasión, en las que también se promovieron colecciones de diversos museos y centros culturales, se celebraron los 20 años del Centro Hispanoamericano de Cultura, se realizaron 28 recorridos por sitios públicos, que se agruparon en temas como la arqueología y los sitios de la memoria de Guanabacoa, así como seis obras en ejecución como el Edificio de Los Pelícanos y el Convento de Santa Clara.

La Directora de Gestión Cultural de la OHCH aludió a los recorridos a la Casa de las Tejas Verdes dedicados a la arquitectura y, especialmente, al que abordó el movimiento moderno de Nuevo Vedado. Agregó que los barrios de Centro Habana y La Habana Vieja también acogieron a los andantes que quisieron explorar la arquitectura y las historias de lugares como Campeche y el consejo popular Belén.

Con nuestros niños

Aquellos que no pudieron caminar por los senderos no quedaron sin la dicha de disfrutarlos porque contaron con los andares virtuales. Además, los pequeños y adolescentes adicionaron a su deleite la participación en talleres diseñados para sus edades y necesidades, muchos de ellos en el Centro a+ Espacios Adolescentes, y como guías del patrimonio como líderes de la Ruta del Agua, por ejemplo.

Cárdenas Jiménez señaló que se impartieron 103 talleres para niños, niñas y adolescentes, quienes encontraron oportunidades de crecimien­to en las distintas áreas del saber, porque gracias a este proyecto se puede redescubrir la ciudad desde su historia, arquitectura y conservación del patrimonio.

Por eso, Rutas y Andares esta vez fue más ambicioso porque contempló propuestas más inclusivas como las que convocaron en horas de la noche a niños y niñas que padecen Xeroderma Pigmentosa u otras enfermedades que requieren permanecer fuera del alcance de los rayos solares. Una propuesta para extenderse.

Exitosa nuevamente fue la iniciativa que, felizmente, contó con el apoyo de numerosas instituciones y proyectos de cooperación internacional, para seguir siendo, como la definió su fundador, Eusebio Leal Spengler, «una oportunidad más para ejercitarse, muy creativamente, buscando que no se convierta en un lugar común o una tarea aburrida, el llevarlos a ver lo que siempre hay que descubrir con mirada nueva, con ojos nuevos y con espíritu de alegría».

Surge un proyecto

En 2001 la Oficina del Historiador de la Ciudad diseñó la primera edición de un programa público que acercaría a la familia al patrimonio histórico-cultural atesorado en el Centro Histórico. La idea inicial —nacida del genio de Eusebio Leal Spengler— se centraba en visitas libres a museos que tomaron el nombre de Rutas, aceptadas desde un primer momento por decenas de personas que respondieron a la convocatoria.

Según reseña el sitio web Habana Cultura, así comenzaba Rutas y Andares para descubrir en familia, un proyecto que fue creciendo en el tiempo, al punto de que hoy son miles los grupos beneficiados con esta propuesta. A las primeras visitas se sumaron los Andares o recorridos especializados, modalidad que enriqueció esta opción de turismo cultural, que privilegia la interrelación de los guías y familias.

Además de abrir las puertas de La Habana Vieja, Rutas y Andares ha conectado a unos y a otros en una experiencia que involucra a todos los componentes del Centro Histórico. Públicos externos e internos interactúan en una iniciativa que confirma la idea de que el museo, además de conservar e investigar, ha de comunicar desde una concepción contemporánea.

Avalado con el tercer reconocimiento del Premio Iberoamericano de Educación y Museos en 2010, Rutas y Andares cuenta con un equipo interdisciplinario de investigadores socioculturales, comunicadores, promotores culturales, museólogos, historiadores, arquitectos y guías en sus diferentes etapas de trabajo, desde la concepción, planificación y organización hasta su puesta en práctica y evaluación.

Cada edición significa un reto, pues la institución debe apelar a la iniciativa y talento de sus especialistas para proponer temáticas novedosas que atraigan a las familias y, sobre todo, a aquellas que repiten año tras año. Para ello Rutas y Andares ha favorecido también la participación de múltiples actores, incluso más allá de las fronteras del Centro Histórico, entre los que se cuentan artistas de la plástica de reconocimiento, intelectuales y escritores de gran valía, e incluso instituciones de prestigio.

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