El Príncipe Harry y Meghan Markle, los reyes del escándalo: su última polémica trasciende a la política
Los Duques de Sussex, Harry y Meghan , no dejan indiferente a nadie. Desde su salida de la Familia Real británica en 2020, la pareja ha generado controversia en prácticamente cada paso que da, ya sea en Reino Unido, Estados Unidos, o, como ocurrió recientemente, en Colombia . Su paso por este último país ha vuelto a poner de relieve el debate sobre su impacto y las repercusiones que su estatus cuasi-real conlleva. El detonante de la última polémica fue el coste de su visita a Colombia. Según cifras oficiales, la gira de cuatro días de los Sussex entre el 15 y el 18 de agosto de 2024 tuvo un coste para el país sudamericano de 44.000 libras. Aunque la pareja pagó por sus propios vuelos y alojamiento en Bogotá, así como por gastos generales, la suma cubrió un período de ocho días que incluyó visitas anticipadas de su personal de seguridad y logística. Esta cifra desató la indignación de la senadora opositora María Fernanda Cabal , quien calificó la gira de «despilfarro» y «puro espectáculo». Para la senadora, en un país donde las necesidades básicas a menudo no están cubiertas, gastar tales sumas en figuras que ya no representan a ninguna nación oficial resulta absurdo. Las críticas de Cabal tocaron un nervio sensible en un país como Colombia, que, a pesar de sus avances, sigue lidiando con profundas desigualdades económicas . Los gastos detallados incluyen 7.500 libras en seguridad para los compromisos de la pareja en San Basilio de Palenque, el primer pueblo libre de América, fundado en 1619 por africanos liberados, así como 4.500 libras para garantizar su seguridad en Cali, donde los Sussex posaron para fotografías y disfrutaron de un espectáculo de entretenimiento local. A pesar de que estos eventos fueron organizados con la intención de resaltar la riqueza cultural de Colombia y subrayar su compromiso con causas sociales, no pocos ciudadanos colombianos cuestionaron si realmente valía la pena el gasto. Por otro lado, la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez , defendió la visita. Fue ella quien invitó a la pareja tras sentirse conmovida por el documental de los Sussex en Netflix , y describió la gira como «muy especial». Para Márquez, la presencia de Harry y Meghan en Colombia iba más allá del simple acto de visibilidad. El objetivo, según ella, era «construir puentes» y unir fuerzas en la lucha contra el ciberacoso, la violencia digital y la discriminación, además de promover el liderazgo femenino en el país. Sin embargo, aunque las intenciones fueran nobles, la polémica generada muestra cómo la presencia de los Sussex a menudo se convierte en un debate sobre varios asuntos, incluyendo el uso de recursos públicos. Este tipo de controversias no es nuevo para Harry y Meghan, quienes parecen llevar el escándalo allá donde van. En el Reino Unido, la pareja ha experimentado una caída dramática en su popularidad. Harry, que alguna vez fue uno de los miembros más queridos de la Familia Real, ahora cuenta con solo un 30% de aprobación, mientras que Meghan se sitúa aún más abajo, con un 26%, sólo por encima del Príncipe Andrés , según las últimas encuestas. Esta caída se ha visto exacerbada por su constante disputa con los medios británicos y su decisión de alejarse de las funciones reales. Su relación con el Reino Unido ha llegado al punto en que Harry ha expresado en varias ocasiones que no se siente seguro regresando al país sin la protección adecuada. Después de perder una batalla legal contra el Ministerio del Interior en febrero de 2024, Harry fue autorizado a apelar en un intento por restaurar su seguridad personal financiada por el Estado cuando visita su país natal. Según sus palabras, su preocupación se centra en sus hijos, quienes, dice, no pueden «sentirse en casa» en el Reino Unido si no es posible mantenerlos a salvo. A pesar de su decisión de mudarse a Estados Unidos en 2020, los Sussex también han enfrentado críticas en su país de adopción. La relación entre la pareja y Estados Unidos ha sido ambigua. Inicialmente recibidos con entusiasmo por muchos, su popularidad se ha ido a pique en los últimos años. Una de las razones de este descenso es el polémico libro de memorias de Harry, 'Spare', en el que admite haber consumido drogas. Esta revelación ha llevado a la Heritage Foundation, un grupo conservador de alto perfil, a cuestionar si Harry mintió en su solicitud de visado estadounidense, lo que podría conllevar su deportación si se demuestra que proporcionó información falsa. El expresidente Donald Trump ha sido uno de los críticos más vocales de la pareja. En una entrevista con Nigel Farage para GB News en marzo de 2024, Trump sugirió que si volviera a ocupar la presidencia, Harry podría enfrentarse a la deportación. Cuando Farage le preguntó si Harry debería recibir un trato especial si se descubriera que mintió en su solicitud de visa, Trump respondió que no debería haber ningún privilegio especial y que las autoridades deberían tomar «las medidas apropiadas». Estas declaraciones han intensificado la incertidumbre sobre el futuro de la pareja en Estados Unidos, un país que podría dejar de ser el refugio seguro que según ellos buscaban para sus hijos. Además de las palabras del expresidente, su hijo Eric Trump también ha sido crítico. Durante una conversación en GB News, Eric describió a la pareja como «manzanas podridas» y sugirió que los Sussex ya no eran bienvenidos en Estados Unidos . «Puedes quedarte con ellos», dijo, refiriéndose al Reino Unido, insinuando que la pareja ha quedado aislada incluso en su nuevo hogar en California.