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Ni la UE ni EEUU: el Congreso se alinea con Milei y reconoce a Edmundo González como presidente electo de Venezuela

El PP recibe el apoyo de la extrema derecha y de los nacionalistas vascos y canarios para sacar adelante una proposición no de ley que insta al Gobierno a reconocer al líder opositor venezolano asilado en España como "presidente electo y legítimo de Venezuela"

El Congreso insta al Gobierno a reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela

Los países de la Unión Europea no han ido tan lejos. Ni los grandes países de América Latina. Ni siquiera Estados Unidos, que en otro 11 de septiembre, pero de 1973, tuvo mucho que ver en el derrocamiento de Salvador Allende y la instauración de una cruel dictadura en Chile encabezada por Augusto Pinochet. Tan sólo la Argentina del ultra Javier Milei; el Ecuador de Daniel Noboa, presidente que decidió el inédito asalto de la embajada de México en Quito, de forma indirecta; y la Panamá del conservador José Ramón Mulino han dado el paso de reconocer a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela, que es precisamente lo que ha pedido este miércoles el Congreso de los Diputados con los votos de PP, Vox, PNV, UPN y CC –177 votos a favor, 164 en contra y 1 abstención–. Es una petición en la línea de lo que reclama la oposición venezolana encabezada sobre todo ahora dentro del país por Corina Machado –líder derechista que recibió en las elecciones el apoyo de Milei y ha participado en actos de los ultraconservadores europeos con Vox–.

“El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a reconocer a Edmundo González Urrutia como el legítimo ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 en Venezuela y, por tanto, como presidente electo y legítimo de Venezuela”, reza el primer punto de la proposición no de ley presentada por el PP de Alberto Núñez Feijóo.

Un punto que no sostienen las declaraciones de los países europeos, como el Gobierno español, ni de los principales Estados latinoamericanos –ni siquiera el Chile del durísimo Gabril Boric, donde sí lo votaron las Cortes–, pero tampoco Estados Unidos, ejemplo histórico de intervencionismo –por lo civil o por lo militar– fuera de sus fronteras.

Diferentes tonos y acentos

Por ejemplo, están los países que sí reconocen el triunfo de Nicolás Maduro –China, México, Bolivia, Cuba, Nicaragua, Rusia...–; están los países que no reconocen el triunfo de Nicolás Maduro y le reclaman la publicación de las actas electorales antes de dar ese paso –la Unión Europea, incluida España, Brasil, Colombia...– y luego están países, como Estados Unidos, que proclama ganador a Edmundo González pero no termina de dar el paso de reconocerlo como presidente electo.

De acuerdo con el calendario electoral venezolano, tras la votación del 28 de julio, se abre un periodo transitorio hasta la proclamación del nuevo presidente el 10 de enero de 2025. Y ese periodo transitorio está sirviendo para diferentes movimientos diplomáticos más o menos discretos para intentar resolver una crisis política que ha llevado al líder de la oposición venezolana a salir de su país y pedir asilo político en España, a donde llegó el pasado domingo.

Precisamente este hecho, que González se encuentre en Madrid, es uno de los elementos clave que están teniendo en cuenta algunos países importantes, como EEUU, para evitar ese reconocimiento como presidente electo.

Pero no sólo es la circunstancia de la salida del país y del mapa político venezolano, también es la memoria la que genera resistencias en EEUU y la UE, el recuerdo de cuando Europa y Estados Unidos, con España a la cabeza, decidieron reconocer en 2019 como presidente encargado al autoproclamado Juan Guaidó, entonces presidente de la Asamblea de Venezuela.

Aquella operación diplomática acabó con la ruptura de relaciones de la UE y EEUU con Venezuela, con más sanciones, con Guaidó en Miami y con la realpolitik de que Nicolás Maduro ha permanecido otros cuatro años en el palacio de Miraflores.

Ahora, cuatro años después, González Urrutia ya ni siquiera está en Venezuela –desde el día siguiente de las elecciones ingresó en dependencias diplomáticas de Países Bajos– y en las grandes capitales de todo el mundo pesa el recuerdo del fallido reconocimiento a Guaidó.

Lo que queda por ver, en todo caso, es si estas posiciones se mantienen de aquí al 10 de enero, y si fructifican o no las maniobras políticas y diplomáticas para evitar la proclamación de Maduro el 10 de enero. Y, a partir de ese momento, está por ver qué harán entonces los países como España, que no han reconocido a Maduro como vencedor en las elecciones: ¿reconocerán a Maduro como presidente electo? ¿A Gómez Urrutia? ¿A ninguno?

El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, decía este domingo en El País: “ Yo fui, el 29 de julio, el primer ministro de la UE en decir que había que exhibir las actas de todas las mesas electorales. Sin eso no se podría reconocer una supuesta victoria. En el último Consejo de Asuntos Exteriores [de la UE] planteé que teníamos que rendirnos a la evidencia de que probablemente nunca podríamos conocer esas actas y, por tanto, no íbamos a reconocer esa victoria [de Maduro]. La política común [de la UE] en estos momentos sobre Edmundo González es tampoco hacer un reconocimiento, porque muchos países evocan lo que se hizo en torno a Juan Guaidó [reconocido como presidente encargado en 2019], la energía que se empleó entonces [sin efectos prácticos]. Lo que tenemos que conseguir es un diálogo entre Gobierno y oposición”.

¿Y qué consecuencias prácticas tendrá el no reconocimiento de Maduro a partir del 10 de enero? “Vamos a esperar”, respondía Albares a El País: “Hay ese margen de tiempo en el que todos debemos trabajar. La única salida sigue siendo una solución pacífica entre venezolanos, una fórmula genuinamente venezolana”.

En este sentido, como a menudo ha dicho el propio Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, la fuerza de la realidad obliga a tener relaciones con quien ocupa el Gobierno de cada país si se quiere tener relaciones con ese país.

Pinza de la derecha Madrid-Bruselas contra el Gobierno

El Parlamento Europeo debatirá la situación en Venezuela en el primer pleno tras su constitución después de las elecciones europeas. Cuatro grupos (PPE, socialistas, liberales -a instancias del PNV- y la extrema derecha de ECR) han solicitado la inclusión de ese tema en el orden del día. El martes habrá un debate en el que participará el alto representante, Josep Borrell, y el jueves se votará una resolución, informa Irene Castro.

Venezuela había pasado a un segundo plano en los debates de la Eurocámara, donde fue un tema recurrente a instancias de la derecha fundamentalmente hasta la invasión rusa de Ucrania. Normalmente PP, los liberales de Renew y ECR -el grupo en el la anterior legislatura estaba Vox- iban de la mano en ese tema sin llegar a consensuar la posición con las fuerzas progresistas, como los socialdemócratas -que forman parte de la mayoría parlamentaria junto a populares y liberales-. 

En esta ocasión, se espera que la derecha cuele el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela, como ha ocurrido en el Congreso, a pesar de que la UE por el momento no reconoce la victoria de ningún aspirante -aunque sí señala al opositor en base a las actas que han sido publicada- y presiona para que se publique la totalidad. La Comisión de Exteriores del Parlamento Europeo, además, pretende invitar a José Luis Rodríguez Zapatero, que se ha convertido en una pieza clave de las conversaciones.

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