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‘Clínicas’ que ofrecen ayahuasca para dejar las drogas operan sin permiso, confirma Salud

Sitios que se promocionan en el país como “clínicas” o “centros de rehabilitación” para dejar las drogas mediante el consumo de peligrosas sustancias como ayahuasca o iboga no tienen permisos de funcionamiento.

La información fue confirmada, el pasado 5 de setiembre, por el Ministerio de Salud ante una consulta de La Nación planteada desde el 17 de julio, vía correo electrónico.

De acuerdo con registros de esa cartera, de seis sitios hallados en Internet y redes sociales que ofrecen estas terapias solo uno tiene autorización. No obstante, las actividades para las que está avalado distan de los “servicios de atención residencial para personas adictas” que promociona.

Se trata de Soltara Healing Center, ubicado en Puntarenas. Ese lugar, de acuerdo con información oficial, tiene permiso de funcionamiento como hotel, restaurante y consultorio médico desde noviembre del 2020.

El resto de lugares son: Clear Sky Recovery Costa Rica (no especifica ubicación); New Life Ayahuasca, en San Ramón; Iboga Wellness Center, en Pérez Zeledón; Awaken Your Soul, que funciona en distintas localidades; y un retiro de siete noches con iboga en bahía Gigante, Puntarenas, que no se comercializa bajo un nombre específico.

La ayahuasca y la iboga son sustancias que pueden provocar, según los expertos, estados psicóticos, además de fuertes vómitos, diarreas, arritmias, daño renal, paros cardíacos e incluso la muerte.

Una investigación de este diario reveló que esas “clínicas” ofrecen “terapias” para dejar las drogas sin permiso del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA). La legislación vigente obliga a los establecimientos a contar con el aval de esa entidad para garantizar que tienen profesionales en salud a cargo de los tratamientos, programas terapéuticos, certificados y condiciones seguras para los usuarios.

Pese a no contar con autorización, venden “retiros” de entre siete y 12 días con tarifas que oscilan entre $3.500 y $6.000 (¢1,8 millones y ¢3,3 millones) por persona a través de páginas web, redes sociales y plataformas digitales para alojamiento para el consumo de ayahuasca e iboga.

Aunque se registran dos muertes por el aparente uso de iboga en el país, el Ministerio de Salud admite que no ha realizado cierres de estos lugares porque no ha recibido denuncias formales y porque no ha logrado ubicarlos físicamente.

En abril del 2014, una noruega de 41 años falleció en el Gabón House Center, ubicado en Cañas Dulces de Liberia, por ingerir ibogaína, un alcaloide extraído de la iboga, planta originaria de Gabón y el Congo, en África, que las tribus nativas utilizan en sus rituales sagrados. La mujer se encontraba en ese lugar para tratar su adicción a las drogas.

Además, el pasado 5 de agosto, una estadounidense de apellido Levis falleció, según el reporte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en un establecimiento ubicado en Paquera, Puntarenas, que ofrece terapias con iboga. Al parecer, la mujer sufrió un paro cardíaco luego de consumir iboga en Soul Iboga Retreats. El caso está bajo investigación.

La ayahuasca, entretanto, proviene de la Amazonía y contiene el alucinógeno dimetiltriptamina (DMT), una droga que, de acuerdo con el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, es ilegal en el país.

“En este aspecto, es importante aclarar que los reportes que nos envían las áreas rectoras de Salud consultadas, en donde indican que no se han aplicado cierres a este tipo de establecimientos, se debe a que no han sido identificados ni denunciados como centros que ofrecen este tipo de alternativas”, indicó Salud a través de su oficina de prensa.

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