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España se mueve menos en coche al trabajo que el resto de Europa

Abc.es 
Para las empresas, esto significa que aquellas que tengan más de 500 empleados –o 250 con dos turnos– tendrán que diseñar un Plan de Movilidad Sostenible que contemple el impulso del transporte activo, como las bicicletas o el colectivo, así como el teletrabajo. Para el director comercial de Arval, Manuel Burdiel, «entre los próximos 18 y 24 meses comenzaremos a ver mucho movimiento por parte de las compañías para diseñar estos planes una vez se apruebe la ley». La compañía de renting acaba de publicar su segundo observatorio sobre las tendencias de desplazamientos al trabajo por parte de la población española. En él, queda patente que aunque el Gobierno tenga buenas intenciones con respecto al medio ambiente, aún queda trabajo por hacer. La realidad es que el método preferido por los trabajadores en nuestro país es predominantemente el coche, con un 64% de ellos optando por él para acudir a la oficina. Aunque en el resto de países de Europa occidental –la encuesta fue llevada a cabo en Francia, Bélgica, Italia, Alemania, Holanda y España– lo hace más, hasta llegar al 71%. Eso sí, con la diferencia de que fuera de nuestro país, un 18% de los coches en los que se mueven los trabajadores son pertenecen a las empresas, ocho puntos porcentuales más que en nuestras fronteras. Sin embargo, estas tendencias están en declive en comparación con la última vez que se llevó a cabo el estudio, a mediados de 2022. En contraposición, aumenta el uso del vehículo personal, que en España llega al 87% y en el resto de países, al 77%. Idealmente, los trabajadores optarían por usar el transporte público para ir a la oficina, pero los espacios de trabajo están mucho peor comunicados que las zonas residenciales: en nuestro país, un 75% de los encuestados afirman que están a menos de 20 minutos desde su oficina a una estación de transporte público, número que asciende al 80% en el resto de países comunitarios. «Claramente, aquí se puede mejorar», afirma Burdiel, a pesar de que nuestro país es el que más utiliza el transporte público de todos los encuestados. Los trayectos son predominantemente de menos de 20 kilómetros y se realizan en menos de 30 minutos, de manera general, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, con una proporción de dos tercios a un tercio. El motivo principal para elegir un medio de transporte sobre los demás, para todos aquellos que respondieron, se trataba de hacer el viaje lo más rápido posible y lo más cómodo posible, por lo que el coche sale triunfante ante el resto. Lo que Arval no se explica –literalmente– es que los desplazamientos en dos ruedas, tanto en bici como en moto, se hayan reducido siete puntos porcentuales entre 2022 y 2024. Mientras en el resto de Europa la proporción asciende al 20% de los trayectos diarios, en España esta se redujo, del 16% al 9%. «Se ve que el mayor uso de las motos que vino provocado por la pandemia no acabó de cuajar», señaló el responsable del Observatorio de Movilida de la compañía, Omar Sánchez. Otro factor que se ha reducido desde el confinamiento es el teletrabajo –algo que las empresas deberían recuperar para sus planes de movilidad–. Un 54% de los encuestados españoles afirma contar con al menos un día de teletrabajo, con 1,6 días de promedio total. Entre los que sí que cuentan con él, la media es de trabajar tres días a la semana en una modalidad remota, tres décimas porcentuales por debajo que en 2022. «Lo que hemos notado últimamente en las negociaciones de contratos de renting», afirmó Sánchez, «es que cada vez están más presentes en ellas los departamentos de Recursos Humanos». Esta es una realidad que pone de manifiesto que, cada vez más, la movilidad está dentro de los planes de las compañías. En Europa, la mitad de los empleados está satisfecho con la oferta que ponen las empresas a disposición de su plantilla, proporción que se reduce hasta apenas el 36% en España. En nuestro país la posición no es solo indiferente, sino abiertamente hostil, y un 20% de los trabajadores se muestra completamente averso a las soluciones –o falta de ellas– que han puesto. Estas pueden ser desde contar con una plaza de estacionamiento en el lugar de trabajo, hasta la cobertura de parte de los gastos del transporte, ya sea público o privado. Mientras que en España un 10% afirma que tiene este beneficio, en Europa la proporción asciende al 23%, y ha aumentado tres puntos porcentuales en comparación con la última encuesta. En casi cualquier beneficio de transporte, España se encuentra por detrás del resto de países europeos, y se reduce la tendencia especialmente en los servicios de bicicletas compartidas y alquiler de motos, que solo cuentan con un 1% en nuestro país. De hecho, en España un 47% afirma que su empresa no cuenta con ninguno de estos servicios, mientras que en resto de países, esta proporción llega al 29%, cinco puntos por debajo de lo que se registró en 2022. «Cada vez más», señala Burdiel, «los trabajadores están buscando evitar complicaciones con la movilidad». Es decir, cada vez pesan más los argumentos para hacer que ir a la oficina sea más cómodo –o no sea necesario–. Para el director de Recursos Humanos de BNP Paribas, Gonzalo de la Rosa, «la posibilidad de realizar teletrabajo o contar con jornadas flexibles que les permita invertir menos tiempo en desplazamientos es uno de los temas que más interesa a los jóvenes talentos. En cambio, contar con una plaza de estacionamiento privado, algo que valoraban las generaciones anteriores, está perdiendo peso». De todas formas, hasta que no entre en vigor la Ley de Movilidad Sostenible, las empresas no contarán con el aliciente –salvo el de convertirse en lugares más deseables para trabajar– para facilitar el transporte de sus empleados. La perspectiva, al menos por parte de los encuestados españoles, es pesimista: solo un 11% considera que es muy probable que aumente la oferta por parte de las compañías, casi la mitad que en Europa.

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