La Regionalliga Nordost, una puerta al pasado
Hoy 3 de octubre, aniversario de la reunificación alemana, es un día ideal para reivindicar la Regionalliga Nordost. En la Cuarta División alemana y muy alejada de los focos del fútbol mundial, se encuentra este torneo de los más peculiares de Europa. Allí compiten cada semana algunos de los clubes más importantes de la antigua RDA, que tras la reunificación pasaron de brillar en los torneos continentales a malvivir en el infierno de la Regionalliga.
Cómo hemos cambiado
La Regionalliga es un pozo del que es tremendamente complicado salir. Hay 5 grupos a lo largo del país y solo 4 ascensos, por lo que suben algunos campeones mientras que dos de ellos, que se van alternando cada año, tienen que jugar un playoff a vida o muerte donde en un grupo ningún equipo logra el premio de alcanzar la 3. Liga. Con este panorama se encuentran muchos de aquellos equipos de referencia en Alemania del Este y que ahora ven la Bundesliga como una utopía. Solamente hay que mirar la clasificación actual para descubrir a algunos de estos clubes con tanta historia y tan complejo presente: Lokomotive Leipzig, Carl Zeiss Jena o BFC Dynamo comparten la parte alta de la tabla en este momento con el filial del Hertha.
La reunificación fue difícil en todos los ámbitos de la vida y desde luego en el fútbol también. Se hizo una temporada de transición en 1990 donde los dos primeros clasificados llegarían a la Bundesliga, cuatro más a Segunda División y el resto quedarían fuera del fútbol profesional. Además, los mejores jugadores del país como Sammer, Kirsten o Thom ya no estaban, atraídos por los mejores contratos del Oeste. Esto provocó que además del Dynamo Dresden, campeón de los dos cursos anteriores, hubiera una gran sorpresa con la llegada a Bundesliga un equipo con poco bagaje previo como el Hansa Rostock. En aquel instante el resto de clubes comenzó su lucha por sobrevivir, algo que no todos consiguieron.
El club que sufrió más el cambio tras la reunificación de Alemania fue sin duda el BFC Dynamo. Apoyado por la Stasi y sobre todo por su director Erich Mielke, los granates dominaron la competición nacional durante una década, ganando hasta 10 títulos de la DDR Oberliga. Ello les daba el pasaporte temporada tras temporada para competir en la Copa de Europa, alcanzando en dos ocasiones los Cuartos de Final como su mayor logro. Todo se transformó tras la caída del muro cuando quedaron estigmatizados como equipo del antiguo Régimen e incluso durante varios años tuvieron que cambiarse en nombre y el escudo, algo que posteriormente recuperaron.
Por su parte, Lokomotive y Carl Zeiss se quedaron a las puertas de sumar algún título europeo más a las vitrinas del país, algo que finalmente solo pudo lograr el Magdeburg en la Recopa de 1974 ante todo un Milan. Los de Leipzig y Jena también alcanzaron la final del torneo pero sucumbieron ante el Ajax de Van Basten en 1987 y el Dinamo Tbilisi en 1981. Estas hazañas quedan ya muy lejanas en el recuerdo de unos aficionados que reverdecen viejos laureles en unos duelos que siguen llenos de tensión y rencillas a pesar de la categoría y los años que han pasado desde su etapa de gloria. Sin duda, uno de los más especiales, se vivirá este próximo domingo en Leipzig.
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Hay vida más allá de Red Bull
“En Leipzig solo Lok. Y Chemie”. Con esta pancarta se presentó la afición del Union Berlin hace un par de semanas en el Red Bull Arena. Los Eisernen son el único equipo de la antigua RDA en Bundesliga y quisieron reivindicar la importancia de los dos clubes históricos de la ciudad a la par que criticar la llegada de la multinacional de bebidas energéticas a la ciudad sajona. Este próximo fin de semana, Lokomotive y Chemie se enfrentarán en el Bruno-Plache-Stadion en un partido que supone mucho más que 3 puntos, siendo un homenaje al fútbol más tradicional de Leipzig, una ciudad en la que se creó la Federación Alemana en 1900 y donde solo 3 años después el VfB Leipzig, precursor del actual Lok., ganó el primer campeonato nacional del país.
Todos estos triunfos quedan muy lejanos pero los aficionados de ambos clubes han querido seguir manteniendo su esencia a pesar de las dificultades. De hecho, uno de los primeros objetivos de Red Bull al poner Leipzig en su punto de mira fue el de comprar al propio Chemie pero los aficionados locales se terminarían rebelando para conseguir que su club se mantuviera en las manos de sus socios.
A pesar de los retos de la reunificación, las amenazas de bancarrota y las dificultades para salir de la categoría, este curioso grupo de la Cuarta División teutona en una oportunidad de acercarse al fútbol de otro tiempo e incluso del que era otro país, de compartir gradas con aficionados que han saboreado la gloria con sus clubes y que ahora siguen fieles sin importar la categoría. En definitiva, el fútbol más puro y nostálgico del que uno puede disfrutar en Alemania. ¡Larga vida a la Regionalliga Nordost!