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La cúpula de Resistencia Galega se niega a declarar por el atentado de Baralla

Abc.es 
Silencio . Esa fue la respuesta que ayer dieron Antón García Matos y Asunción Losada Camba a las acusaciones del Ministerio fiscal, que les imputa el papel de ideólogos en el atentado que en 2014 hizo volar el concello gallego de Baralla provocando daños materiales por valor de más de 200.000 euros. Los dos acusados, ayer sentados en el banquillo de la Audiencia Nacional, sí decidieron colaborar cuando en 2022 el mismo tribunal los juzgó por su pertenencia a la organización terrorista. La petición era de 51 años, pero la pareja reconoció los delitos que se le achacaban para lograr una sustancial rebaja: 28 años como dirigentes de la organización y fabricación de explosivos, entre otros delitos. Ayer, sin embargo, la postura fue distinta. Estaban en juego 15 años de prisión por el ataque a la casa consistorial de Baralla, que el fiscal asume que la pareja ideó y que otro integrante de Resistencia, Raúl Agulleiro, materializó. Ellos sonrientes, callaron. Agulleiro, condenado por el atentado, testificó para exculpar a los que fueron sus jefes en la banda durante años. Ante el fiscal Carlos García Berro sostuvo que hubiera atentado contra ese ayuntamiento aunque no fuera objetivo de la organización ya que fue «una decisión propia» fruto de las declaraciones contra las víctimas del franquismo que realizó meses antes el alcalde de esa localidad. Contra la versión del Ministerio Público, el condenado negó que el hecho de que se le encontrara un manuscrito de puño y letra de García Matos señalando una serie de objetivos contra los que atentar, y que incluyera ese ayuntamiento, influyera en su decisión. «¿Era una pura casualidad?» , le preguntó el fiscal ante lo inverosímil del razonamiento. Él respondió afirmativamente. Además, Agulleiro sostuvo que hubiera atentado de igual forma contra ese edificio en caso de que no le hubiera proporcionado la organización el material explosivo. «Me hubiera buscado la vida para confeccionarlo yo» , respondió, aunque matizando que la organización terrorista sí le proporcionó el material para realizar ese atentado. A preguntas de las defensas, Agulleiro indicó expresamente que los explosivos no le fueron proporcionados por García Matos, y que nunca le conoció o tuvieron contacto. Del mismo modo negó que Losada tuviera «ni la más mínima participación» en los hechos . Incrédulo, el fiscal incidió en que es «evidente» que Agulleiro no actuó por iniciativa propia de acuerdo al «acervo probatorio». Sin embargo, rebajó la pena que solicita para los dos acusados por el atentado modificando sus conclusiones. En concreto, levantó la acusación contra Losada y rebajó la pena que solicita para García Matos al cambiar el delito de estragos terroristas por el de daños terroristas, pasando de 15 años a solo 1 año y medio. Contra Matos y Losada la Fiscalía mantiene que existe un documento redactado por el primero de ellos que se halló en el registro de un garaje en Portugal que «fija como objetivo» el ayuntamiento de Baralla y da explicaciones y datos determinados como el motivo por el que atentar. Asimismo, sostuvo que hay «exactitud» entre el material explosivo y de temporizadores encontrados en este garaje de Coimbra con los incautados al autor material. «Se realizó el atentado porque estaba fijado como objetivo por el acusado y (porque) facilitó los elementos temporizadores y demás material », zanjó el representante público. Ayer también declararon dos agentes de la Guardia Civil que intervinieron en la investigación del atentado en calidad de Inteligencia. Ambos afirmaron que del análisis de diversos registros como el de Coimbra se pudieron hallar restos de ADN que correspondía con el García Martos. Eso posibilitó relacionarle con el explosivo que se habría usado en el atentado contra el concello lucense de Baralla. Explicaron, asimismo, que en el manuscrito de García Matos que estaba también en poder de Agulleiro existían otros objetivos además del de Baralla, como el de la casa museo de Manuel Fraga o el de la vivienda del juez decano de Santiago de Compostela, detallaron. La bomba que motivó el proceso judicial estalló sobre las 04.45 horas del 1 de octubre de 2014 causando «graves daños» en el inmueble, «con arrancamiento y destrucción total de la puerta de entrada, arrancamiento de material de obra del suelo y muro de la fachada, grietas y desplazamientos en fachada y columnas del soportal». Además, la deflagración provocó derribos en el interior, arrancamiento de puertas , rotura de ventanas, caída de falsos techos y daños en el mobiliario. Por los hechos, en 2016 la Audiencia Nacional condenó a 7 años y medio de prisión al integrante de la organización terrorista Resistencia Galega, Raúl Agulleiro, tras llegar a un acuerdo la Fiscalía y la representación procesal del acusado. Este acuerdo entre las partes evitó la celebración del juicio.

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