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Un espectacular dúplex en el edificio Torres Blancas de Madrid, una joya arquitectónica única en España

Abc.es 
En tiempos donde, afortunadamente, ya no queda tan claro qué es bello y qué no lo es, toman el espacio que les corresponde en las ciudades —en la historia de la arquitectura nunca lo perdieron— edificios emblemáticos, simbólicos como pocos. En el caso de Madrid, lo es el edificio de Torres Blancas , un esbelto edificio que no pasa desapercibido ni por su ubicación, en el barrio de Prosperidad, justo a la entrada de la capital por la carretera de Barcelona (A-2), ni por su estética, con unas terrazas circulares y esa imagen, «sucia» dicen sus críticos, de su cuerpo de hormigón armado. Es Torres Blancas —nunca lo fueron de este color ni hubo intención de ello durante el proyecto— un icono de la silueta de Madrid, como lo son las Torres Kio, Torrespaña, 'el Pirulí' para generaciones de madrileños, o la estación de Atocha. Y es en este espacio, que cuenta con premios destacados a nivel nacional y europeo, donde el estudio de arquitectura Studio Noju, ha reformado una de sus viviendas de dos plantas , convirtiéndola en uno de los dúplex de lujo y de diseño más deseados de Madrid. No es casualidad que la visita al dúplex de Torres Blancas reformado por Studio Noju haya sido la visita estrella del festival internacional de arquitectura Open House Madrid . El atractivo era doble: por un lado, poder disfrutar del interior del edificio, una obra maestra de la arquitectura orgánica y brutalista, tarea casi imposible si no visitar a alguna persona residente; y por otra, disfrutar de la que probablemente sea una de las viviendas más especiales de todo Madrid. Un piso único, como puedes ver en las fotos tomadas del proyecto una vez finalizado. La casa hace honor al edificio en el que se encuentra, un proyecto galardonado con el premio de la Excelencia Europea en 1974, con el Premio COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid) y, por si fuera poco, con el Gran Premio COAM 50, que entregó la respetada e influyente institución madrileña en 2022 para celebrar el medio siglo de historia de sus galardones. Torres Blancas fue elegida entonces junto a Madrid Río como la obra construida más importante de las 50 premiadas en la historia de los premios, hito que da muestras del significado y del impacto que tiene este edificio residencial levantado por el arquitecto navarro Francisco Javier Sáenz de Oiza , que residió en uno de los áticos del edificio hasta su fallecimiento en el año 2000. Volveremos después a Torres Blancas porque merece la pena poner en valor uno de los edificios de viviendas más especiales del país, no solo de Madrid, pero el protagonista de esta pieza es, con permiso de la torre que lo cobija —el proyecto, como confirma la Fundación Arquitectura COAM, incluía dos torres, de ahí su nombre—, el dúplex reformado por Studio Noju, que ha querido no solo respetar el legado original del proyecto de Torres Blancas, sino ponerlo en valor exprimiendo todas sus características diferenciales. « Refleja un lenguaje contemporáneo que permanece en constante diálogo con el diseño original del departamento de los años 60 », explican desde el estudio que firma la premiada reforma. Esta idea ha sido aterrizada en detalles como por conservar acabados originales del edificio , como sus características contraventanas de madera en las terrazas, espacio que el proyecto ha recuperado en esta reforma después de que anteriores propietarios —el piso había sufrido varias reformas hasta la fecha— la cerraran para dársela al interior de la casa. Para los arquitectos, es una parte fundamental de la reforma: «Una parte clave del proyecto implicó ampliar el área exterior del apartamento existente en las dos plantas de 15 m2 a 80 m2 para recuperar la cantidad de espacio exterior que existía en la unidad original antes de múltiples renovaciones pasadas que lo incorporaron al espacio interior», indican desde Studio Noju. De esta forma, este piso de lujo en Madrid luce ahora una terraza moderna con un diseño que conecta con el estilo de los años 60 en los que concibió —Torres Blancas se levantó entre 1964 y 1969—, y por ende, con las líneas fluidas que Sáenz de Oiza planteó para el edificio junto a sus colaboradores: Juan Daniel Fullaondo Errazu, Rafael Moneo Vallés y el ingeniero Carlos Fernández Casado, responsable de la estructura de la hormigón, según explica la Fundación COAM. El verde ha conquistado la nueva terraza recuperada del dúplex de diseño: la de la vegetación que abraza el perímetro de la estanca exterior y la de los azulejos del suelo y los bancos que dibujan la misma silueta circular que la terraza. Estos azulejos, explican desde Studio Nojo, «se inspiran en los interiores de la década de 1960 y forman nuevos bancos, fuentes y jardineras incorporados que siguen los contornos serpenteantes de las terrazas». Además, en la cara interior de la terraza, la que da al interior de la vivienda en dos alturas , se ha optado por un nuevo acristalamiento curvo de suelo a techo y contraventanas de lamas de color carmesí. El resultado del contraste con el verde de la terraza y la iluminación natural inundando el interior de la vivienda es espectacular. Los arquitectos, en línea con la intervención de la terraza, también han mantenido los ladrillos de vidrio en la fachada que aportan una luz natural filtrada de color amarilla al interior de la vivienda, característica original de los apartamentos de Torres Blancas. «La intervención en este edificio patrimonial demuestra nuestra visión personal sobre cómo trabajar arquitecturas con grados de protección y el valor de la preservación en su narrativa más contemporánea. No sólo se han conservado o recuperado elementos construidos como las terrazas exteriores que se cerraron y ahora son el corazón de la casa, sino también elementos intangibles como la luz ámbar que se proyecta a través de los ladrillos de vidrio de la fachada que ahora inunda los interiores», presumen desde el estudio responsable de la reforma. No menos impresionante es el resultado de la reforma en el interior de la casa, todo un homenaje a las curvas y demás formas sinuosas originales del proyecto de Torres Blancas. Además, homenajea algunos detalles perdidos de la primera versión de las viviendas. Es el caso de los dos baños del dúplex, cuyos diseños se inspiran, según Studio Noju, «en el diseño de baño original de la década de 1960 que se perdió en el apartamento existente después de varias intervenciones». Cada uno de los dos baños, explican, «está codificado por colores con mosaicos individuales de azulejos brillante s que forman bancos, duchas, bañeras y tocadores empotrados que hacen referencia a una estrategia material similar utilizada en el diseño original». Las fotos de Jorge Hevia plasman a la perfección esta descripción. Los espacios comunes, además de por las características citadas hasta esta línea, también destacan por la combinación de materiales y colores, con el verde de algunos muebles, la madera, el blanco y el amarillo de la luz filtrada por los azulejos de la fachada como los tonos principales, y por los espacios diáfanos, concebidos como una gran zona de estar con distintos usos. Este gran salón se abre a la terraza exterior recuperada a través del cerramiento de vidrio de suelo a techo, e incluye una larga encimera corrida polivalente, que se puede utilizar, por ejemplo, para comer o para trabajar. Además, también destaca la escalera suspendida que conecta las dos plantas de la vivienda, que incluye una preciosa barandilla de latón, y la amplia cocina, en cuyo diseño adquiere su máxima dimensión el minimalismo que reina en el conjunto de la reforma. El verde, además, toma aquí el control por completo de la estancia. Se desconoce el precio que ahora tiene este dúplex en el edificio Torres Blancas, pero hay que añadir a la impresionante reforma de Studio Noju la que se está completando en la azotea del edificio, donde está ubicado la espectacular piscina de la torre , una de sus señas de identidad. En la piscina, el agua abraza tres grandes estructuras, que están dedicadas a la maquinaria de los ascensores principales del edificio y al montacargas. Montacargas, por cierto, que conectaba con el restaurante que durante un tiempo ocupó una de las salas sociales de Torres Blancas, ubicada en sus plantas superiores. La reforma de la piscina, obra de CSO Arquitectura y del estudio SIC, de la que ha informado la comunidad a través de su perfil en Instagram, donde pone en valor la obra arquitectónica de Sáenz de Oiza, va a recuperar el mosaico blanco del vaso . Además, se añadirá una escalinata para facilitar el acceso y se restaurarán los vestuarios. Pero el detalle más simbólico de este proyecto que revalorizará todavía más los apartamentos de Torres Blancas es que se van a devolver las geometrías originales a la cubierta, recuperando además la antigua playa de madera de la piscina, perdida en una reforma posterior. «A todo esto se le une un nuevo proyecto de iluminación integral nocturna y unas bancadas alrededor de los maceteros originales que también se restauran», detallan desde el edificio. Esta reforma hará, seguramente, que los precios de los apartamentos de lujo en este edificio icónico de Madrid se disparen todavía más. A modo de referencia, actualmente en el portal Idealista hay tres viviendas en venta en el edificio : las que ocupan plantas bajas, sin vistas panorámicas de Madrid, tienen un precio de 1.400.000 euros —4 habitaciones, 236 m² construidos y 2 baños— y 1.100.000 euros —236 m² y 3 habitaciones—, pero un apartamento en la planta 12 de la torre, con 3 habitaciones y 266 m², se vende por casi 2 millones de euros. Ninguno de ellos cuenta, además, con una reforma tan reciente y tan espectacular como el dúplex que protagoniza esta pieza. Lo prometido es deuda. Aunque sea de un modo breve e introductorio, para picar la curiosidad del lector que no conociera en profundidad el proyecto de Torres Blancas, aprovechamos la oportunidad para poner en valor el que es uno de los edificios más importantes y reconocibles de la capital. Levantado en el número 2 de la calle Corazón de María con el número 37 de la avenida de América, como un guardián de los coches que vienen y van por la carretera de Barcelona, Torres Blancas se considera la obra cumbre en la carrera del arquitecto Javier Sáenz de Oiza, responsable de otras construcciones protagonistas del cielo de Madrid, como es el caso de la Torre BBVA. Premio Nacional de Arquitectura en dos ocasiones, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1987) y Príncipe de Asturias de las Artes (1993), Sáenz de Oiza diseñó el que está considera como el mejor ejemplo de lo que se conoce como organicismo o arquitectura orgánica en España. Una obra reconocida a nivel mundial. « Es un edificio único en su concepción, encuadrado dentro de la corriente organicista con referencias ideológicas a obras de autores como Wright, Le Corbusier, Aalto…», afirma la Fundación Arquitectura COAM. La fundación destaca, por un lado, el expresionismo arquitectónico de un edificio que fue un proyecto casi experimental , con gran importancia de la fachada y la estructura de hormigón que tiene continuidad desde lenguaje su acceso, que tiene lugar por una escalera conocida por sus tres fuentes. «El expresionismo arquitectónico del edificio está patente desde los primeros pasos del proceso creativo en el que el proyectista afronta el problema de construir una unidad de diseño a escala urbanística partiendo de la agrupación de diferentes tipos de vivienda: apartamentos, pisos y dúplex», indica la fundación. Torres Blancas, pese a su altura, que destaca en la zona donde está ubicado, se aleja del concepto tradicional de rascacielos. «Su concepción básica difiere radicalmente de la de los rascacielos convencionales; los pilares y las vigas han sido sustituidos por muros portantes que persiguen un planteamiento de solidez y resistencia , permitiendo insospechadas fórmulas expresivas», señala la fundación, para la que es «la capacidad de moldeo del hormigón para potenciar la plasticidad formal de la construcción a la par que diferenciar los ambientes funcionales con mucha claridad» la principal característica diferencial de la estructura del edificio. No es de extrañar que Torres Blancas sea un caramelo para los estudios de arquitectura contemporáneos, que son conscientes del significado que tiene una reforma de alguno de los apartamentos del edificio, ni que sea objeto de deseo de directores de cine y de anuncios. No en vano, Torres Blancas ha aparecido en películas como La piel que habito , de Pedro Almodóvar, que en su última cinta escogió otra obra de arte arquitectónica, una casa en El Escorial; el anuncio como el de Polo Club, protagonizado por el piloto de motos Álex Márquez; o videoclips como el de la canción Los Tontos , de C Tangana y Kiko Veneno, uno de los mejores ejemplos visuales para disfrutar de las entrañas de Torres Blancas tal y como es en la actualidad.

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