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Cuando tener empleo no es suficiente: tres millones de trabajadores en España son pobres

Abc.es 
Casi tres millones de personas trabajadoras en España se encuentran en situación de pobreza; en otras palabras, el 13,7% de las personas dadas de alta en la Seguridad Social viven sin los recursos mínimos aunque tienen trabajo. Todo esto a pesar de las cifras de las que con frecuencia presume el Gobierno, esa tasa de paro en el 11,7% -España lidera el ránking de paro de la OCDE-, la de empleo, que alcanza el 65,3%, o el número de cotizaciones a la Seguridad Social, 21 millones de personas, el mejor registro de dicha estadística. Los datos son del informe de Intermón Oxfam 'Pobreza Laboral: cuando trabajar no es suficiente para llegar a fin de mes', un estudio de titular muy elocuente y que revela que a pesar del crecimiento económico que está experimentando España -en 2023, un 2,5%, cinco veces por encima de la eurozona- y de la reducción de la desigualdad económica, que ha vuelto a niveles de 2008 tras los máximos de 2014, hay una porción no pequeña de la sociedad que no llega a los mínimos. La inflación y los precios de la vivienda , que crecen por debajo de los salarios, explican que lo macro no se traslade a la vida real de las personas, aunque tengan trabajo. Del informe de Oxfam se desprende que los sectores más golpeados por eso que llaman 'pobreza laboral' son la agricultura y el trabajo de hogar, donde tres de cada diez personas empleadas viven son pobres. El problema también es acusado en hostelería y la construcción, afectando a dos de cada diez empleados. Paradójicamente, y según un reciente informe de Funcas, todas estas están entre las ramas de actividad donde más acusada es la falta de personal; en hostelería faltan unos 100.000 empleados, según la asociación Hostelería de España. A pesar de todo lo anterior, el problema es transversal, y sirva este dato: una de cada cuatro personas trabajadoras autónomas y de las empleadas a tiempo parcial también se encuentra en pobreza laboral. Para comprender el fenómeno hay que explicar cómo define Oxfam la pobreza laboral: «tenemos que pensar en una persona trabajadora que cobra menos de 915,79€ al mes y debe afrontar por sí misma los gastos de la vivienda, el pago de la luz, del agua, la cesta de la compra.», se lee en el estudio. Otro ejemplo sería un hogar formado por dos personas adultas, donde al menos una trabaja y hay dos menores de edad. Si este hogar tuviera unos ingresos anuales inferiores a 23.077,95€ (o lo que es lo mismo, mantener a cuatro personas con menos de 1.923,16 € al mes) se encontraría en situación de pobreza laboral. La definición es lógica, tenidos en cuenta los gastos básicos básicos del mantenimiento de un hogar, como son la vivienda, los suministros o la cesta de la compra, a los que hay que añadir gastos relacionados con la infancia, como es el material escolar, la compra de ropa o las actividades extraescolares. Lógicamente vivir por debajo del umbral de la pobreza obliga a unas renuncias, y un ejemplo es la cobertura sanitaria. Bien es cierto que en España gozamos de sanidad universal y gratuita, pero hay tratamientos como la atención dental, la compra de unas gafas o la atención psicológica, que resultan más difíciles de adquirir en hogares con pobreza laboral ( 55,3% afirman haber tenido que renunciar alguna vez a estos servicios en el último año) que para aquellos que no la sufren (41,1 %), habiendo una diferencia de 14 puntos porcentuales. Y por supuesto, la vivienda, un problema que ya es mayúsculo en nuestro país. Como ya explicó ABC, en 2023 los españoles destinaron de media el 43% de su salario al pago del alquiler, frente al 41% que dedicaban en 2022 y el 38% de 2019. Según el estudio «Relación de salarios y vivienda en alquiler en 2023», es el mayor dato del último lustro. Sobre esto, en el informe de Oxfam se lee que mientras que un hogar sin pobreza destina a la vivienda entre el 22 % (cuando viven de alquiler) y un 15 % de su salario (cuando viven hipotecados), los hogares en situación de pobreza laboral destinan entre el 42 % de su salario si su vivienda tiene cargas hipotecarias y un 54 % cuando viven de alquiler. Es decir, que hacen el doble de esfuerzo. Además, los hogares con pobreza laboral residen con más frecuencia de alquiler (34%) que en una vivienda de su propiedad con la hipoteca viva (24%). En contraposición, en los hogares sin pobreza el dato es inverso: el 20 % reside de alquiler y el 36 % están hipotecados. Lógicamente esto genera una inseguridad vital que se hace evidente, por ejemplo, en el dato de que el último año el 13,4% de los hogares con pobreza laboral han tenido que cambiar de vivienda por motivos económicos, 6 puntos porcentuales más que los hogares que viven por encima del umbral de la pobreza. Otro dato revelador que aporta el informe es el relativo a la diferencia con los extranjeros que viven en España. Casi el 30% de las personas nacidas fuera de la Unión Europea están en situación de pobreza laboral, el doble que la tasa nacional (13,7%) y 20 puntos porcentuales más que aquellas nacidas en España, «siendo el país de origen la característica demográfica que más peso tiene a la hora de explicar qué personas se ven más afectadas por la pobreza laboral», explica Oxfam. Por comunidades autónomas, a su vez, se observan notables diferencias y que el fenómeno es más grave en las CC.AA. del Levante y sur de España. Andalucía, con una pobreza laboral del 19,4% , lidera negativamente la tabla, seguida por Extremadura (17,2%), Castilla-La Mancha (15,4%), Murcia (14,3%) y Canarias y Valencia (ambas con una tasa del 13,8%). En el lado opuesto, positivamente alejadas de la media, se encuentran Navarra (6,3%), País Vasco (6,6%), Madrid (7%) y Cataluña (7,7%). Del análisis de estos datos, lo que concluyen los investigadores es que en España existen dos brechas de desigualdad territorial, primero entre el campo y ciudad y, por otro lado, por los desequilibrios económicos existentes entre el centro y norte peninsular y el resto del Estado. «Las razones de que la España vaciada y las CC.AA. del sur y Levante español tengan más pobreza laboral se pueden explicar por el mayor peso en estas regiones de alguna de las ocupaciones laborales más afectadas por la precariedad: agricultura, construcción u hostelería», afirma la ONG.

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