¿Acuerdo o disputa? La batalla 2027 que se libra detrás de la pulseada entre CFK y Kicillof
En vísperas del vencimiento de los plazos legales para la presentación de una lista de unidad en el peronismo, la expectativa reposaba en el encuentro entre el gobernador Axel Kicillof y la expresidenta Cristina Kirchner que se esperaba para ayer a la tarde. Las versiones encontradas respecto a si se concretó o no ese cruce no abonaron a la idea de pacificar la interna más allá del optimismo de unos por destrabar la interna del PJ y el escepticismo de otros. Hay cierto consenso en cuanto a que la cita difícilmente sirva para mucho más que una salida elegante tras semanas de crudos cruces.
Si bien la fecha de la interna está prevista para el 17 de noviembre desde hace ya tiempo y el proceso avanza acorde a los plazos legales con la presentación de dos listas, puertas adentro del PJ ven complejo poder encarrilar en la práctica un proceso eleccionario para más de tres millones de afiliados y afiliadas en todo el país. Un hito que reconoce su antecedente más inmediato hace 35 años, en el duelo Cafiero-Menem.
"¿Quién va a poner la plata para semejante interna?", se pregunta un referente del espacio ante la consulta de El Cronista. A su entender, la convergencia hacia una lista de unidad es un proceso tan natural como obligado, a la luz de las circunstancias. Pero advierte: "Un acuerdo hoy solo salva la situación a nivel nacional. La disputa en la Provincia seguirá pendiente".
Como puso en palabras el periodista y escritor peronista Aldo Duzdevich, "la pelea es con Axel, no con Quintela". El gobernador riojano apoya al gobernador bonaerense como opción 2027, una postura que hoy asoma a contramano de los desafíos de Cristina y La Cámpora en la disputa por el timón del partido.
La Provincia de Buenos Aires es, en efecto, la madre de todas las batallas. Ahí Milei pondrá a prueba su fusión con PRO, o por lo menos una parte de la fuerza amarilla que ya se tornó violeta, de la mano de referentes como la ministra Patricia Bullrich y el intendente Diego Valenzuela. A la vez, el peronismo buscará consolidar la única plataforma posible para llegar competitivo dos años después.
No obstante, en el entorno de Kicillof ven poco probable que la titularidad del PJ bonaerense se vuelva prenda de cambio como circuló en las últimas horas. "Para ello, debería renunciar primero Máximo. Llamarse a elecciones y esperar que no aparezca un (Fernando) Gray con candidatura propia -explican a El Cronista-. Además, hoy la prioridad de Axel no pasa por comandar la estructura partidaria que es un quilombo aparte".
Desde el kicillofismo -hoy encarnado por un grupo de intendentes y ministros bonaerenses- la apuesta es apuntalar la lapicera del gobernador en 2025 para posicionarlo en la pelea 2027. El acto en Berisso mañana donde se planea que el gobernador tenga la centralidad en una fecha emblemática va en esa dirección como así también los plenarios de la militancia en la tercera y quinta sección electoral. Para el 20 de noviembre se organiza el tercero, en San Pedro, la segunda sección bonaerense.
El lunes, Quintela y Kicillof en la interna nacional del PJ cumplieron en formalizar sus pedidos de colores y lista con los avales que sostienen sus candidaturas. En el caso de Cristina Kirchner, sus apoderados -Anabel Fernández Sagasti, Teresa García y Gustavo Arrieta- reservaron el nombre "Primero la Patria" y los colores celeste y blanco con el apoyo de los partidos de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Río Negro, CABA, Buenos Aires, Santiago del Estero, Chaco, Catamarca y San Juan.
Por el lado de Quintela, sus apoderados -Jorge Yoma, Leandro Busatto y Daniel Llermanos- cumplieron en reclamar la denominación "Federales, un grito de corazón" y los colores celeste, blanco y rojo -referencia ineludible al federalismo- en la presentación ante la junta electoral del PJ. Los avales llegaron de La Rioja, San Luis, Misiones y Salta y restaba definir el quinto entre Mendoza, Entre Ríos y Tucumán.
Un dato curioso: las dos listas reclamaron el número 2, el histórico del peronismo. ¿Señal de unidad o de colisión inevitable? Según dejó trascender el propio Quintela, acordaron con la expresidenta encontrarse esta semana antes del vencimiento del plazo legal, el sábado 19. De hecho, el mandatario provincial arribó el martes a la capital y repartió su agenda entre citas con los medios y encuentros para apuntalar su candidatura.
De haber unidad, la lista conjunta debería presentarse a más tardar el sábado y muchos esperan que sea así: no solo evitaría mayores ruidos dentro de un peronismo sino también los costos económicos -y las heridas emocionales- de una interna que el movimiento no está en las mejores condiciones de enfrentar.
A esta altura, nadie cuestiona -al menos a viva voz- que el gobernador de Buenos Aires es el más idóneo para asumir el desafío en 2027. Las dudas apuntan al futuro y todo lo que resta rodar. La pregunta que define las posibilidades de Kicillof, dentro del movimiento, pasa por cómo alcanzará la línea de largada. "De un lado no quieren un nuevo Alberto (Fernández) y del otro, desde La Cámpora, lo quieren dentro de un armado que les permita seguir pisando fuerte en la Provincia", reflexiona un dirigente bonaerense que se alinea con el jefe provincial.
Otro referente del PJ porteño no descarta que se pueda alcanzar un punto en común a último momento -tal como sucedió en las elecciones de CABA- y le baja el precio a las fricciones previas. "Es normal en cualquier interna", afirma. Aunque subraya que se debería "cuidar más a Axel" que está en un "lugar complicado": "Siempre es difícil gobernar la Provincia y mucho más con el Gobierno nacional en contra".
La disputa Quintela-Cristina también dejó sus fisuras en la Ciudad de Buenos Aires. Luego de la adhesión del partido en manos de Mariano Recalde con un comunicado cerrado en su cuenta de Twitter, el vicepresidente Juan Manuel Abal Medina junto a otras autoridades sacaron un segundo comunicado con el título "Conducir no es mandar, es persuadir".
Aunque muchos de los que respaldan la candidatura de Quintela a presidir el PJ siguen ponderando el liderazgo de Cristina Kirchner, los motivos que alegan para alinearse con el gobernador cuyano coinciden: "Es el liderazgo más importante pero no permite ampliar por su propia impronta", sintetiza uno de ellos, que imagina ir a la caza de parte del peronismo que hace tiempo hizo rancho aparte con un porcentaje mínimo de votos como piso y techo que, más que nunca, puede gravitar. En 2023, ese 6% que eligió a Juan Schiaretti podría haberle dado el triunfo a Sergio Massa en primera vuelta.
Mientras tanto, los gobernadores del PJ guardan silencio. No solo Kicillof. A solo días que cierren las listas, no se expresaron públicamente por ninguno de los dos contendientes. Hay quienes lo atribuyen a una especulación política. Otros, a cierto fastidio por la forma como se dio el operativo clamor. La candidatura de Cristina Kirchner tuvo un operativo clamor contenido a su propio campo, pero sin lugar a dudas incomodó a más de uno dentro del peronismo.
También en su entorno motorizaron las fotos de respaldo federal en un intento de contrabalancear la idea de una candidatura del AMBA. Por el Instituto Patria pasaron desde los exgobernadores sanjuaninos José Luis Gioja y Sergio Uñac a la senadora catamarqueña Lucía Corpacci, el rosarino Agustín Rossi y los bonaerenses Julio Pereyra y Andrés Watson, de Florencio Varela.
"Quintela habla de la necesidad de federalizar el Partido Justicialista. Yo estoy totalmente de acuerdo, soy un hombre del interior, de Neuquén, y muchas veces los dirigentes políticos de las provincias hemos sufrido la incomprensión, el sectarismo y a veces una mirada muy sesgada de la Ciudad de Buenos Aires", expresó el senador Oscar Parrilli en La Mañana de CNN, por CNN Radio, en relación a las acusaciones de ambacentrismo en la candidatura de CFK.
Y hasta recordó que tanto ella como Néstor Kirchner provenían de las provincias y hubo obras en sus gestiones en ese sentido, pese a que el grueso de los subsidios se concentró en el Área Metropolitana de Buenos Aires. No obstante, frente al silencio de Kicillof sobre la candidatura de la expresidenta se limitó a recordar que ella lo impulsó en 2019 para competir por la Provincia. Ese es el sentimiento mayoritario en las filas kirchneristas entre quienes no cancelan a Kicillof pero sí le muestran su marca de origen.
La CGT tomó partido en la interna Quintela-Cristina
En la víspera de la cita Kicillof-CFK, la Confederación General del Trabajo (CGT) difundió un comunicado llamando a la unidad, pero con un claro mojón de oreja: "Es preciso iniciar un proceso de genuina renovación, asumiendo que solo con nombres propios no alcanza", consignaron bajo el título "Recuperar lo mejor de nuestra tradición justicialista".
A lo largo de cinco párrafos, el texto repasa la voluntad de "las y los trabajadores organizados" de "participar en la recuperación política de un Justicialismo con voluntad transformadora". Cuestiona el modelo del Gobierno que "ajusta gravemente los ingresos de los que menos tienen". Y reclama "una convocatoria amplia, con la participación de todos los sectores afines, sin alentar divisiones, con la humildad de reconocer errores".
"No es con personalismos que vamos a encaminar la recuperación de la confianza ciudadana", enfatiza el documento firmado por los sindicatos peronistas confederados en la CGT.
De manera tácita, la central sindical se alinea con el gobernador riojano en la puja por la interna del peronismo, a partir de una reunión de la mesa política de la CGT en la que, aseguran, no estuvo presente el líder camionero y triunviro Pablo Moyano, que una semana antes había visitado a Cristina. En esa cita, cuentan, remarcó la necesidad de "cuidar" a Kicillof.