Mundos íntimos. No soy futbolero pero vi con mi viejo el gol del siglo de Diego a los ingleses, en México, y esa emoción no la olvido más.
Excepcional. El autor lo recuerda bien: a medida que Maradona avanzaba con la pelota todos se ponían de pie y sentían que nunca más contemplarían una jugada de tamaña destreza.