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La primera gran retrospectiva en Francia del pintor barroco español José de Ribera se abre en París

La primera gran retrospectiva en Francia del pintor barroco español José de Ribera (1591-1652) se abre este martes en el Petit Palais de París, con más de un centenar de obras del maestro del tenebrismo y "heredero terrible" de Caravaggio.

"Es la primera vez, también a nivel mundial, que una exposición integral nos muestra toda la carrera de Ribera, no solamente el periodo napolitano ya muy célebre, sino el periodo romano, de juventud", explicó a la prensa la directora del Petit Palais, Annick Lemoine, una de las dos comisarias de la exposición.

Nacido en Játiva (Valencia, España), genio precoz, Ribera se trasladó a Roma a los quince años para iniciar una carrera meteórica que lo condujo luego a Nápoles, donde acabaría fundando su propio taller.

Nunca volvería a España, pero los virreyes (Nápoles pertenecía en esa época a la Corona española) se disputaron durante décadas sus cuadros, así como los cardenales y la nobleza italiana.

Ribera se cruzó en Roma probablemente con Caravaggio, el maestro que sorprendió por su tono violento, el uso del claroscuro y la crudeza de los bajos fondos, hasta cambiar el rumbo de la pintura.

La exposición del Petit Palais (abierta hasta el 23 de febrero) abunda en importantes préstamos y hallazgos, como el "Filósofo" de 1610, un retrato de un anciano que reapareció a la luz pública en 2020, durante una subasta en París, y que por fin puede ser admirado por el gran público.

Apodado "Lo Spagnoletto", Ribera destaca en esa década de 1610 como un pintor rápido y ambicioso.

Como Caravaggio, es adepto a la vida bohemia, pero a diferencia del maestro italiano, que acabará muriendo a los 38 años tras caer en desgracia, el "pequeño español" alargará su carrera durante décadas.

- El misterioso Ribera romano -

"Hasta hace muy poco no sabíamos casi nada del Ribera romano, apenas se conocían dos o tres cuadros" explicó a la prensa Annick Lemoine.

"Actualmente el periodo romano se ha enriquecido con casi 60 obras maestras porque sabemos que uno de los anónimos 'caravaggescos' más intrigantes de la escena romana era en realidad Ribera", añadió.

Ese anónimo se lo conocía como "el maestro del Juicio de Salomón" (1610), en alusión a un cuadro de grandes dimensiones, presente en el Petit Palais gracias al préstamo de la Galería Borghese de Roma.

En 2002 se comprobó que las obras que se adjudicaban a ese misterioso pintor era en realidad del "Spagnoletto", que en sus primeros años en Roma no firmaba sus cuadros.

La consagración del pintor español llegará con su traslado a Nápoles, en 1616.

De esa época destaca su dramático "San Jerónimo y el ángel del Juicio Final" de 1631, del museo Capodimonte de Nápoles.

O la extraordinaria "mujer barbuda" de 1631 (Museo del Prado), que muestra la afección del pintor por los modelos extravagantes, surgidos de las clases más humildes.

Para las obras más violentas, como "El martirio de San Bartolomé", una de sus composiciones preferidas, Ribera se inspirará directamente de los juicios de la Inquisición en Nápoles.

Esas escenas crueles las reflejará también en dibujos y grabados, que el Petit Palais rescata de archivos propios y de museos como el Louvre o el Metropolitan de Nueva York.

Tras el siglo XVIII, el Romanticismo volverá a reivindicar al maestro, en especial en Francia.

"Es una furia al pincel, un toque salvaje, una ebriedad de sangre que casi no podemos imaginar", proclama el poeta Téophile Gautier.

jz/mb

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