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Los nuevos portavoces de Verdes Equo: "Esta tragedia demuestra que el negacionismo y la inacción climática matan"

Mar González y José Ramón Becerra creen que los efectos de la DANA podrían haberse minimizado si se hubieran activado a tiempo las alertas

Yolanda Díaz consolida su alianza con Los Verdes europeos

Mar González (Málaga, 1988) y José Ramón Becerra (Urduña, 1969) salieron elegidos el pasado 20 de octubre como nuevos portavoces federales de Verdes Equo, el cargo más importante de la formación ecologista. Representan las dos principales patas del partido en los espacios institucionales. González es la representante en el Congreso de los Diputados y Becerra es director de Derechos Animales en el Ministerio de Derechos Sociales que lidera Pablo Bustinduy.

Después de actualizar su configuración orgánica, la formación ecologista se ha dado un año para elaborar una reflexión sobre las nuevas tesis políticas e ideológicas, tras el cierre de un ciclo de una década, afirman, que comenzó con el 15M y ha llegado a su fin. Esa reflexión tendrá que abordar la relación entre las políticas verdes y cuestiones como el derecho a la vivienda, la energía o la posición política ante un mundo que gira hacia la guerra. La entrevista se produce en medio de la crisis que ha explotado en la izquierda tras las denuncias a Íñigo Errejón por acoso sexual y el temporal que ha azotado a la Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha y la Región de Murcia. 

Estamos todavía comprobando los efectos devastadores del temporal. ¿Cómo valoran la gestión que están haciendo el Gobierno de la Comunitat Valenciana y el Ejecutivo central? ¿Qué reflexión de fondo hacen sobre los efectos concretos del cambio climático con este tipo de temporales?

Mar González: Primero, permítenos mandar un sincero pésame a las familias de las víctimas. Tenemos un gran pesar porque pensamos que los daños de esta tragedia podrían haberse minimizado si se hubiesen activado a tiempo las alertas y los servicios de emergencia. En una época de emergencia climática como la que nos toca afrontar, debilitar estos servicios es una irresponsabilidad inadmisible.

[Carlos] Mazón no solo debe dimitir por su pésima gestión de esta crisis, sino por haber preparado el camino a la tragedia, porque su magnitud está relacionada de una forma directa y proporcional con la inacción política ante esta emergencia climática, una inacción que no es de ahora. Las instituciones tienen que ser garantes de la seguridad ciudadana y no hacer de la acción climática una trinchera ideológica. No nos gusta tener razón en estas ocasiones, pero hay que dejar claro ante la ciudadanía que el negacionismo y la inacción climática matan.

José Ramón Becerra: Un buen ejemplo de esto que dice Mar son los mapas de inundabilidad que nos muestran las zonas más vulnerables de cada territorio. Ahí es donde las instituciones tienen que actuar con antelación para que no tengamos que lamentar pérdidas humanas y materiales. Actuar implica no urbanizar en terrenos inundables, pero también respetar los márgenes naturales de los cauces de los ríos. Urge tomar medidas de adaptación al cambio climático, pero a corto plazo la acción climática también nos exige reducir ya nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, o de lo contrario esto no será la última vez que pase.

Hablaban de negacionismo sobre el cambio climático. Acaba de ganar Trump en Estados Unidos. ¿Qué análisis hacen de esas elecciones?

MG: No son buenas noticias para la democracia y los derechos humanos. Con la victoria de Trump la internacional del odio y el negacionismo ha dado un paso más: el virus de la ultraderecha se expande. Y ante el auge del autoritarismo en el mundo, debemos construir una Europa fuerte, federal, feminista, ecologista y democrática, que nos permita seguir avanzando en derechos y ser muro de contención de políticas suicidas.

JRB: Trump ha ganado con un discurso egoísta y aislacionista que le irá muy mal a su país: su propuesta de aranceles y el aislamiento internacional con un primer movimiento que dejaría a Ucrania a merced del autócrata Putin, será el fin de la hegemonía estadounidense. Y esta previsible decadencia estadounidense conlleva muchos riesgos, porque ese espacio lo ocupará alguien en el nuevo tablero multipolar. Por eso, es imprescindible que Europa se organice y profundice en su federalización, porque somos el último muro de contención en la defensa de la democracia y los derechos humanos.

En las últimas semanas, el espacio político al que pertenecen ha quedado sacudido por las denuncias contra Íñigo Errejón. ¿Cómo lo están viviendo? ¿Cómo creen que ha gestionado Sumar el caso?

MG: Estamos muy impactadas, como no puede ser menos, pero creo que Yolanda [Díaz] dio las explicaciones oportunas con respecto a Sumar y ha sido contundente. Hace dos semanas también conocimos que oficialmente el señor Íñigo Errejón es un señor investigado y lo que manifestamos desde Verdes Equo es que este asunto ya está en el sitio que tiene que estar, que es en los juzgados, como en un Estado de Derecho que somos.

La respuesta de Sumar con Errejón ha sido contundente

Ustedes se aliaron estratégicamente con Errejón en 2019, con Más País. ¿Tuvieron conocimiento de algún comportamiento de este tipo o les llegó algo?

JRB: No, no. Compartimos durante tres años espacio político en el Congreso de los Diputados con él y hemos hablado con Inés Sabanés, que era nuestra diputada y está conmocionada, porque no es lo mismo la persona que el personaje. La persona con quien compartía el espacio político no es quien ha resultado ser y a quienes primero nos ha conmocionado es a quienes en un momento dado compartimos esa militancia y ese espacio político.

¿Creen que fue un error haberlo elegido a la vista de todo lo que estamos conociendo?

MG: No creo que haya sido un error porque no lo sabíamos. Si lo hubiéramos sabido, las decisiones hubiesen sido otras. No habría sido diputado, no habría tenido espacio en este grupo. No se nos preguntó a Verdes Equo si queríamos que fuese el portavoz, pero si nos hubieran preguntado, lo hubiésemos apoyado, porque no se puede negar que fue un referente en la izquierda.

Hace unos días elDiario.es publicó una denuncia por acoso también al fundador de Ecologistas en Acción, que no sé si sigue en la fundación Verdes Equo…

JRB: No, estuvo al principio de Equo, hace mucho tiempo, pero su ligazón duró muy poco tiempo.

¿Qué reflexión hacen sobre por qué fallan los mecanismos, los protocolos? ¿Cómo es posible que se den estas situaciones en formaciones como la vuestra, progresistas, que defienden valores feministas?

JRB: El machismo impregna la sociedad desde la derecha hasta la izquierda y, lógicamente, las fuerzas progresistas o transformadoras también podemos tener algunos casos. La diferencia es cómo reaccionamos ante eso. Ha quedado bien claro que no hay ningún tipo de convivencia, ningún tipo de cohabitación con este tipo de personas. Y a diferencia de lo que ha sucedido en el pasado con casos que sucedieron en la derecha, aquí se ha tardado horas en expulsar a esa persona y minutos en apoyar a las víctimas, en salir en defensa de esas víctimas y en expresar la necesidad de una reparación.

MG: La contundencia con la que se ha dado respuesta marca una diferencia. Todavía hay cargos políticos de otros partidos que tienen condenas por violencia de género y la diferencia entre la respuesta que hemos dado nosotras es abismal.

Este miércoles Sumar ha elegido a Verónica Martínez como portavoz parlamentaria para sustituir a Errejón. ¿Qué les parece la decisión?

MG: Verdes Equo ha apoyado este nombramiento dado que, después de un año trabajando con Verónica, podemos decir que es una persona sobradamente solvente para desempeñar la labor de la portavocía del grupo. Esta portavocía no solo se refiere a la parte comunicativa o visible, también esperamos poder trabajar con ella para hacer del grupo parlamentario un espacio más colaborativo y democrático a la vez que diverso, para conseguir los objetivos que nos pusimos en las pasadas elecciones generales.

JRB: Nos consta su buen hacer político, su capacidad para llegar a acuerdos y su impecable trayectoria en el Ministerio de Trabajo. Es muy buena noticia y va acompañada del anuncio de más cambios necesarios, como la reestructuración del grupo para hacer de él un espacio en el que todas las fuerzas políticas estemos representadas en igualdad de condiciones.

El 20 de octubre celebraron la asamblea de Verdes Equo. Más allá de lo orgánico, ¿qué conclusiones importantes han salido de este Congreso? ¿Ha habido una actualización de las propuestas ideológicas?

JRB: Hemos hecho un análisis de todo lo sucedido en este tiempo. El ciclo político que empezó con la indignación y con el 15M y que tres semanas después dio lugar a Verdes Equo hace 13 años ha pasado a la historia. En Verdes Equo hemos estado durante todo este tiempo en todas las confluencias, en todas las coaliciones que hemos estado en la oposición, hemos estado en el gobierno, hemos estado en las calles y en las asambleas... la cuestión es cómo nos proyectamos ahora hacia el futuro porque creemos que un espacio verde sigue siendo necesario. 

Hemos llegado a la conclusión de que tenemos que renovar nuestra carta de presentación política ante la sociedad. Y vamos a hacer una reflexión durante todo este año para hacer ese relato y mostrar ese relato renovado que nos permita afrontar los problemas que a día de hoy tiene la sociedad. Algunos son los mismos que teníamos en 2011, pero otros han cambiado completamente. Desde la visión de la seguridad en el mundo y de la seguridad en España, cuestiones que van desde la situación de los precios, la vivienda, las condiciones de vida de las personas... Si algo tenemos claro desde Verdes Equo es que todas nuestras políticas van enfocadas a mejorar la vida de las personas, a hacer que esa vida sea un poco mejor y un poco más feliz.

En este lapso de tiempo del que habla, las políticas verdes han llegado al seno de la Unión Europea, de la mano del Green New Deal, y al mismo tiempo han surgido voces más asociadas al decrecentismo, que encarna quizás una izquierda más alternativa, anticapitalista. ¿Dónde se sitúan ustedes?

MG: En el siglo XXI tenemos que dar unas nuevas respuestas. El Green New Deal, de hecho, está ahora mismo en jaque. Parece que como es el bebé de Ursula von der Leyen quizás quiere seguir cuidándolo. Y ahí estaremos apoyando para que lo mínimo que se consiguió en un pacto verde europeo se pueda mantener. Es verdad que la Unión Europea ha dado muchos pasos atrás en estos últimos tiempos. Se puso en pausa el Reglamento para evitar la deforestación en la Unión Europea o por ejemplo se consideró que en la taxonomía verde tenía que entrar el gas o tenían que entrar las nucleares. Pero es verdad que Europa ha sido vanguardia y vamos a hacer todo lo posible para que siga siéndolo.

Nos situamos en una respuesta innovadora. Entendemos que tenemos que pasar página del dogma del crecimiento, pero no porque nos apetezca, sino porque simplemente se ha demostrado que nos lleva a un precipicio. ¿Qué hay más allá? Nosotras nos quejamos de que hay un reparto desigual de la riqueza, pero también impugnamos la forma en la que se ha extraído esa riqueza. No nos parece bien que simplemente se repartan más migajas. Es que el sistema está generando unas desigualdades que nos está llevando a un colapso y a una emergencia climática. En un planeta muerto no hay ni negocio ni empleo ni hay nada.

Esto no es un debate ya solo de si el coche de gasolina o el coche eléctrico. Buscamos aportar soluciones que vayan a la raíz del problema

JRB: Las políticas verdes que ahora mismo defendemos no se limitan a dar respuesta de sustitución. Esto no es un debate ya solo de si el coche de gasolina o el coche eléctrico. Nosotros lo que buscamos es aportar soluciones que vayan a la raíz del problema y que reenfoquen la cuestión. El problema no es el coche, sino la movilidad, cómo configuramos nuestras ciudades, cómo garantizamos a todo el mundo el derecho a la movilidad, porque el derecho a la movilidad es la base de otros muchos derechos. Si tú no tienes derecho a la movilidad, tampoco tienes derecho a la sanidad, porque no te puedes desplazar o no tienes derecho a la educación si todo lo que tienes son colegios concertados que están en la periferia. Tratamos de dar un enfoque mucho más transversal, donde evidentemente ponemos encima de la mesa las contradicciones del sistema económico, del sistema social, del sistema político. Dentro de Verdes Equo tenemos una diversidad ideológica que nos permite enfocar de una forma mucho más transversal y participativa esos problemas y dar respuestas que quizás en muchas ocasiones no serían las que diera una izquierda tradicional, pero que al mismo tiempo nos permiten incorporar a la ecuación de la solución a mucha más gente que quizás no se siente interpelada por un discurso netamente de izquierdas.

Hablaban de una propuesta transversal sobre movilidad. ¿Cómo se concreta esto para no enfrentar a las clases trabajadoras con las políticas verdes? ¿Cómo se apela a esa persona de clase trabajadora que tiene que cambiar el coche para poder entrar la M30, pero no llega a fin de mes?

MG: Nuestras demandas en cuestión de movilidad siempre han sido por el transporte eléctrico y colectivo, que es el que garantiza la mayor integración e integración de toda la ciudadanía en este derecho de la movilidad. Esta dicotomía está pasando porque tenemos un ministro de Transporte y Movilidad que podría ser perfectamente del PP y en vez de utilizar los recursos para la transición de la movilidad los está utilizando para la ampliación de los aeropuertos o la ampliación de los puertos. Céntrese en que los trabajadores lleguen a sus trabajos, en que esa movilidad no suponga enfermar a la población. Un 30% de los gases de efecto invernadero vienen de la movilidad. Movernos no puede enfermarnos. Y ahí es donde está nuestro cambio de paradigma, el ferrocarril, que es lo que ha hecho Europa, que ha estado empujando y dándonos los fondos para que pudiéramos hacer esa transición. Y la realidad es que vamos tarde. Por otro lado, o la movilidad no va de sacrificios individuales. Un trabajador que no tiene las conexiones públicas necesarias, si está viendo que para ir a su trabajo en transporte público tarda hora y media, es normal que no lo elija. Tenemos que dar esas alternativas para que se incentive el uso del vehículo compartido o del vehículo colectivo.

JRB: Una de las mayores dificultades que tiene el discurso verde es que nosotros no nos podemos limitar a lanzar consignas. Tenemos que hacer una cierta labor de pedagogía y concienciación. A la gente hay que decirle que el vehículo privado le hace más pobre. Y que un transporte público asequible mejora su poder adquisitivo. Pero cómo haces referencia a esa cuestión o a la otra que mencionaba Mar, de que el acceso con el vehículo privado a las ciudades nos está enfermando. Esa crisis multifactorial, donde no solamente es intentar sustituir una cuestión por la otra, sino hacer ver que todo tiene unos enfoques mucho más amplios y que además están interconectados entre sí, esa es la visión verde de la política. Pero es difícil condensar todo eso en un simple eslogan que te pueda dar un voto muy rápido y ese es nuestro reto a día de hoy. 

¿Cuál es su propuesta para afrontar el problema de la vivienda y al mismo tiempo hacer ciudades sostenibles? Lo que hemos visto hasta ahora es que las actuaciones que van encaminadas hacia ciudades más verdes, más sostenibles, con menos coches, como las superilles de Barcelona o el mismo Madrid Río, que están muy bien, al mismo tiempo generan procesos gentrificadores y encarecen los precios. 

JRB: Lo que no debemos hacer es que la gente tenga que elegir entre una vivienda digna y una vivienda asequible. Por eso no ponemos tanto el foco en construir, construir, construir, sino en ver que toda la vivienda que existe primero se reparta adecuadamente y no haya una concentración de vivienda en pocas manos; segundo, que se ponga su uso social encima de la mesa. Si la vivienda tiene un uso social, entonces otros usos tienen que estar supeditados. Y ahí hablamos, por ejemplo, de la vivienda turística; y en tercer lugar, tenemos que ir a procesos de rehabilitación de viviendas masivos que se pueda permitir toda la sociedad. Porque la vivienda no solo son cuatro paredes. La vivienda es un hogar y es un refugio climático.

MG: La limitación al acceso de la vivienda es lo que hace que después tengas también otro tipo de exclusiones. Si no tienes vivienda no tienes derecho prácticamente a nada. Yo soy de Málaga y este proceso lo vivimos muy de cerca. Hemos ido perdiendo nuestras ciudades y la diferencia con otros espacios es básicamente esa: para nosotras nunca va a ser la primera opción la construcción de vivienda. Hay vivienda cerrada, hay viviendas de la Sareb, hay vivienda que se puede rehabilitar y se puede poner en uso de vivienda pública de alquiler público. Es que solamente estamos en un vergonzante 1%. Y si queremos mirar a Europa, que para nosotras es el ejemplo, tenemos Países Bajos, donde la vivienda pública en alquiler es un 34% y yo creo que nadie los ha acusado de revolucionarios. Está fallando mucho la ministra de Vivienda. Pero no nos confundamos, los ministros que elige Pedro Sánchez están elegidos con una finalidad y ella la está cumpliendo, que es no hacer absolutamente nada. Las calles están llenas de personas que nos han votado a nosotras o al PSOE y no querían estas políticas de vivienda. Estamos en una emergencia habitacional en toda España y en algunos puntos en concreto, más todavía, y ante una emergencia hay que responder con políticas excepcionales.

Y relacionado con esto, está el modelo turístico que tensiona las ciudades. ¿Hay que replantear el modelo? ¿Qué propuestas tienen?

JRB: Los y las Verdes llevamos defendiendo un cambio del modelo económico del país desde que nacimos como mínimo, porque ya veníamos de una crisis ligada a tener el monocultivo de la construcción de viviendas. Ahora estamos pasando a tener el monocultivo del turismo. Poner todos los huevos en la misma cesta nunca ha sido una buena idea. Lo mejor que tenía el Green New Deal a nivel europeo es que estaba planteando una reindustrialización de Europa y de España sobre unas bases verdes, de una industria sostenible, que no estuviera basada exclusivamente en la producción de vehículos privados, sino que diversificara y además se reindustrializara desde unas bases de utilizar energía limpia. Y luego otras bases ligadas con la sostenibilidad humana, la justicia social, como la reducción del tiempo de trabajo. Pero todavía nos queda toda una parte importante que es la de repensar el sistema económico español para que no sigamos dependiendo exclusivamente del turismo, como años atrás estuvimos dependiendo de la vivienda.

MG: Durante la epidemia de COVID se vio lo vulnerable que nos dejaba a los territorios que solamente teníamos esa industria. La cuestión es la insostenibilidad. Cuando nos dicen no, claro, es que los ecologistas no entendéis del business. No, no, es que no van a querer venir turistas a sitios donde no sea posible dar un paseo sin una sombra. Ya hemos tenido cortes de agua en zonas altamente turísticas. Incluso el tema de la sequía, que está muy relacionado con el turismo, con ese modelo, un turista tiene un consumo de seis veces lo que consume una persona local. No decimos que no al turismo. Lo que decimos es sí al turismo, pero tiene que ser sostenible. Con los medios que hay, tiene que estar más racionalizado.

JRB: Tenemos que conseguir que todo el mundo en este país llegue a final de mes sin llegar al final del planeta. Tenemos que conseguir tener empleos decentes, dignos, sostenibles, pero al mismo tiempo siendo conscientes de que los recursos del planeta son limitados y los recursos de España también.

¿Y hay que viajar menos? ¿Tiene sentido seguir viajando a este ritmo?

JRB: Hay que viajar mejor. Una de las cuestiones que nos hemos planteado y que también trajimos en la legislatura anterior era la reducción del número de vuelos domésticos allí donde podemos llegar con el autobús o con el transporte público en un tiempo razonable. Sumar dentro de su programa electoral asumió que esa tenía que ser una de las propuestas verdes porque es de sentido común. En Europa se están recuperando los trenes nocturnos para enlazar capitales y poder llegar a los mismos sitios sin necesidad de contaminar el triple o cuatro veces más. Y aquí, sin embargo, nos encontramos con que el tren está marcha atrás y sin frenos.

Las subvenciones ocultas que reciben los combustibles fósiles son muy superiores a las que reciben los modos limpios

Ahora nos encontramos con una situación que es muy llamativa y es que las subvenciones ocultas que reciben los combustibles fósiles y los modos insostenibles son muy superiores a las que reciben los modos limpios. Hay que darle la vuelta. Si diéramos la vuelta a eso ya no sería una cuestión de tener que elegir, sino que seguramente los precios justos de cada cosa harían que pusiéramos cada cuestión en su lugar. Que en un momento dado viajar por España seguramente sería mucho más barato e incluso satisfactorio que irte al otro lado del Atlántico. Es un ejemplo tonto, pero resume muy bien lo que está sucediendo ahora. Lo barato es lo insostenible y lo caro es lo que sería sostenible.

¿Qué modelo energético proponen? Hay ciertos sectores verdes en Europa que están recuperando la energía nuclear. 

MG: Seguir en el callejón sin salida de las nucleares es una respuesta cortoplacista. Si estuviéramos ya en esa tesis estaríamos muy mal, porque estaríamos pensando que ya no habría futuro. Quienes sigan apostando por estos modelos es porque realmente no les importa hipotecar a las generaciones futuras. Nuestro modelo energético es el que está basado en la eficiencia. El kilovatio hora más eficiente es el que no se gasta. Lo que estamos intentando es que necesitemos menos energía. Estamos hablando de algo muy radical, de que no pueden seguir las máquinas funcionando como están funcionando en la actualidad. Y luego esta generación de energía tiene que venir de energías limpias. En España tenemos viento, tenemos sol, tenemos todas esas posibilidades. Pero que se haga también desde la sensatez. Un modelo que apueste por lo primero e ideal, el autoconsumo. Después estarían las comunidades energéticas. Después, los pequeños parques fotovoltaicos o eólicos que dejan más riqueza en su entorno. No estos modelos que nos están trayendo Iberdrola o Endesa, que están comprando el territorio de manera salvaje, sin ningún tipo de ordenación y planificación del territorio. 

JRB: Realmente la transición energética tiene que ser justa sí o sí. No se puede hacer a costa de determinados territorios de España, no puede haber territorios de sacrificio, no se puede hacer a costa del bolsillo de la gente. El autoconsumo y las cooperativas energéticas hacen que tengas una energía limpia, pero al mismo tiempo que esa energía sea asequible y no dependa de una gran multinacional que hoy está aquí y mañana está allí y que desde luego no va a mirar por tu bolsillo o porque la energía sea limpia. No se trata de sustituir una energía por la otra, sino de pensar en global y tener claro que si reducimos un 30% nuestras necesidades energéticas, seguramente vamos a tener energía limpia, verde, sostenible y sin necesidad de machacar ciertas zonas de España y la vamos a tener para todo el mundo. 

Hablamos antes de los perímetros ideológicos en los que se ubican. En Europa están adscritos al Partido Verde Europeo. ¿Sienten incomodidad con las posiciones que ha marcado sobre Israel?

JRB: La posición del Partido Verde Europeo, no. Porque el Partido Verde Europeo es el único partido en toda Europa que ha llegado a un consenso entre todos sus miembros, incluidos los verdes alemanes: cese de cualquier actividad bélica y reconocimiento del Estado de Palestina. Elecciones anticipadas en Israel para acabar con el gobierno de Netanyahu y reconocimiento y reparación de todo el daño causado. Esto es un acuerdo del Partido Verde Europeo en su totalidad, incluyendo los verdes alemanes. Lo quiero resaltar porque se ha dicho por ahí que Los Verdes tienen una postura belicista. Es justo lo contrario. Esta es una resolución que solo alcanzó el Partido Verde Europeo. Ni los socialistas ni The Left ni ningún otro grupo. Evidentemente en Alemania hay una situación que es conocida por todos, tienen unas dinámicas históricas que seguramente no son las que desearíamos el resto de partidos verdes europeos, pero que no afectan solo al Partido Verde Europeo. The Left tiene esa misma contradicción. Pero sí hemos tenido la capacidad como espacio político verde que somos de juntarnos en torno a una mesa y llegar a un acuerdo que nos juntaba en el 90% de las cuestiones y en un 10% seguramente no. Nosotros tenemos muy claro que hay que hablar de que está existiendo un genocidio y de que a ese genocidio le tenemos que hacer frente entre otras medidas con los embargos de armas, etcétera. La postura que compartimos con el Partido Verde Europeo no agota en nuestra postura como verdes españoles en esta materia.

MG: Esperamos lo antes posible un cese del conflicto armado. Y que caiga sobre el genocida Netanyahu todo el peso del derecho internacional. Que sea juzgado como lo que es, como un criminal.

El Partido Verde Europeo es el único en toda Europa que ha llegado a un consenso entre todos sus miembros, incluidos los verdes alemanes, sobre la situación en Palestina

Y más allá de Israel, ¿no les preocupa la preponderancia de Los Verdes alemanes y de la posición conservadora del grupo en algunos asuntos como la migración, como vimos con el pacto migratorio la legislatura pasada?

JRB: Ahí hay una coexistencia, porque efectivamente el Partido Verde Europeo es muy plural y muy transversal y evidentemente nuestro abanico ideológico seguramente es más amplio, pero tenemos esa capacidad de dialogar y de llegar a posturas comunes. Al final cada partido en cada país tiene unos condicionantes. Cuando estás en un gobierno no es lo mismo que si estás en la oposición. Tanto en España como en Alemania estamos en gobiernos, pero también en gobiernos con socios distintos. Allí están con los liberales. Nosotros estamos aquí con los socialistas. Lo que sí creo que estamos consiguiendo es que estos condicionantes nos permitan tener una visión común de hacia dónde tiene que avanzar Europa. La visión que tienen ahora mismo los Verdes en Europa es muy clara y muy compartida entre todos. Tenemos que buscar la manera de llegar a recuperar un continente en paz. A eso no ayuda la agresión de Rusia hacia Ucrania, pero tenemos que ser capaces de dar una respuesta también como continente a ese reto de la paz, al reto de las migraciones, asimilar esas migraciones de la mejor forma posible y dar respuesta a todos esos retos que ahora mismo están haciendo que nuestro continente se vea tensionado por los condicionantes geopolíticos que se producen en el mundo.

¿Y cómo se encuentran con sus alianzas con la izquierda en España? Han perdido peso parlamentario, pero lo han ganado dentro del Gobierno. 

JRB: Siempre podríamos estar mejor, pero la verdad es que dentro de Sumar, tanto dentro del grupo parlamentario como del Gobierno, tenemos una posición que nos permite trabajar en política, desarrollar esas propuestas verdes y ayudar a que también Sumar asuma políticas que siempre han sido nuestras. Yo estoy con el tema de los derechos de los animales, muy importante para buena parte de la sociedad. La mitad de la sociedad española convive con un animal de compañía. Entonces, hacer ver dentro de un ministerio como el de Derechos Sociales, que dentro de los derechos sociales hay un lugar para los animales de compañía dentro de las familias yo creo que es un avance que no se pondera lo suficiente.

MG: Nosotras estamos en la dirección del grupo parlamentario. No es el producto que nos gustaría. A nosotras nos gustaría poder defender nuestras políticas en primera persona y que las iniciativas que presentamos no necesitaran la firma de otros compañeros, porque si no, no podríamos hacerlas. Es verdad que en nuestro ADN está la colaboración y la cooperación política, pero después de trece años de experiencia acumulada, pues queremos ser nosotras las que lo hagamos.

Ahora que lo mencionaban, ¿cómo avanza el reglamento de la Ley de Bienestar Animal?

JRB: Estamos muy cerca de sacarlo a exposición pública. Estamos trabajando en ello. No es un reglamento nada sencillo porque conlleva poner de acuerdo a muchos sectores sociales, conlleva negociarlo con las comunidades autónomas. Estamos terminando ese proceso y yo creo que a lo largo de este mes de noviembre ya estará en exposición pública. Al final un reglamento es reinterpretar una ley y hacerlo para ampliar su eficacia. No es que sea tan complejo como una ley, porque no hace falta pasar por un Congreso, pero sí que hace falta poner de acuerdo a mucha gente y el espíritu que siempre tenemos los y las verdes, es ese de cooperación, de colaborar con diferentes sectores para que las medidas que tomemos en el gobierno sean lo más consensuadas posibles.

¿Y cómo analizan el espacio de Sumar? ¿Cómo creen que tiene que organizarse a partir de ahora? Algunos partidos de la coalición han pedido métodos democráticos, menos hiperliderazgos. 

MG: Queremos abstraer el análisis de este momento [tras la dimisión de Errejón]. Necesitamos más coordinación, porque hacemos mucho la metáfora del barco. Para que un barco avance necesitamos que todos rememos a la vez y en la misma dirección. Y eso es verdad que no estaba pasando. Esos cambios y esas nuevas posibles organizaciones del grupo contarán con todo nuestro apoyo y nuestras manos para que podamos ser más eficaces, porque ahora mismo estamos todas trabajando un montón, pero lo que nos hace falta es coordinación entre nosotras.

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