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El PP boicoteó a Teresa Ribera porque ha detectado que los votantes exigen mano dura

  1. Un mensaje a los electores
  2. Un nombramiento difícil de evitar
  3. Reparto de responsabilidades
  4. La Aemet y la CHJ se defienden
La candidata a la vicepresidencia ejecutiva de Transición Limpia, Justa y Competitiva, y a la cartera de Competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera, durante su intervención en el Parlamento Europeo.

El Partido Popular ha cumplido el principal objetivo que se marcó en la batalla contra el nombramiento de Teresa Ribera: retrasar su elección como comisaria europea. En Génova admiten que su poder es limitado para influir en la designación de los candidatos al nuevo Ejecutivo comunitario. Un proceso en el que intervienen intereses políticos de Bruselas y del resto de estados miembro, por lo que resulta difícil que los populares impidan que la ministra de Transición Ecológica sea elegida. Pero esa no es la meta.

La dirección del PP ha diseñado toda una estrategia en estos días para lograr mover el foco mediático de la Generalitat valenciana —que ha asfixiado al president Carlos Mazón en los últimos días— para ponerlo en el Parlamento Europeo y plantear la duda de si Ribera debe ser elegida como próxima comisaria. Altos cargos populares aseguran en privado que lo más probable es que termine formando parte del equipo de Úrsula Von der Leyen, pero se congratulan por haber tumbado momentáneamente el nombramiento de la vicepresidenta cuarta.

Un mensaje a los electores

La bronca del PP en Bruselas para demorar la elección de Teresa Ribera esconde un mensaje a su electorado. Otras fuentes populares de alto nivel aseguran que no pueden trasladar el mensaje de que el partido "mira hacia otro lado" o adopta una posición "condescendiente" en el nombramiento de la vicepresidenta "tan solo dos semanas después" de la catástrofe.

En la planta noble de Génova consideran que la confirmación de la ministra de Transición Ecológica como nueva comisaria del Ejecutivo europeo, un cargo al más alto nivel dentro de la UE, supone de facto un "premio" para la aún vicepresidenta cuarta del Gobierno. Por eso, en el PP aseguran que no pueden mantener una posición pasiva porque no concuerda con las críticas que han lanzado a Ribera tras la peor catástrofe climática en la historia del país.

Un planteamiento que lleva a una conclusión clara en la dirección del partido: deben dar la batalla para demostrar a sus electores que el PP pone en la picota a una vicepresidenta del Ejecutivo por considerarla responsable, en parte, de la catástrofe.

Un nombramiento difícil de evitar

El PP llegó a agitar este martes la posibilidad de una imputación judicial de Ribera por la catástrofe. "Estoy segura de que la historia, y quizás los jueces, la juzgarán por su inacción y su incompetencia", le espetó la portavoz del PP en bruselas, Dolors Montserrat que también le preguntó por una hipotética dimisión "si se ve involucrada judicialmente para no arrastrar al descrédito a la Presidenta Von der Leyen y a todo el colegio de comisarios".

La portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, ofrece una rueda de prensa, en la sede del PP, a 5 de agosto de 2024, en Madrid.

Los populares no abandonarán esta lucha y seguirán presionando para torpedear todo lo posible el nombramiento de la ministra, pero son conscientes de que la elección es más que probable. Los nombres no se votan individualmente, sino en grupo, por lo que han demorado todos los nombramientos, no solo el de Ribera. Además, los socialistas europeos se mueven para apoyarla y el PSOE tiene la posibilidad de maniobrar para tumbar a los candidatos conservadores si no apoyan a la vicepresidenta, que ya ha sido previamente elegida por Von der Leyen —paradójicamente perteneciente al PP europeo—.

El movimiento del los populares españoles, desencadena una batalla que, en caso de fructificar, pondría en jaque la elección de todos los miembros de la nueva Comisión Europea.

Reparto de responsabilidades

Génova ha puesto bajo la lupa la actuación del Ministerio durante la DANA, que ha dejado más de 220 muertos, la gran mayoría en Valencia. Aunque el PP no especifica qué acciones debería haber tomado la vicepresidenta, ha reiterado sus denuncias por "inacción". Ribera llamó tres veces a Mazón la tarde del martes 29, según afirmó la ministra. Una versión que no ha sido desmentida por el presidente valenciano, que aportó otro documento: un SMS que le envió la vicepresidente tras no haber hablado con él para mostrarle su entera disposición e informarle de que el Ministerio del Interior tenía preparada a la UME. 

Todas las competencias para prevenir y actuar dependían directamente del Gobierno de Carlos Mazón. Tanto antes de la DANA como después. El propio Ejecutivo autonómico rechazó ceder el mando al Gobierno central al activar el nivel dos de emergencias y no el tres. Por eso, el propio presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidió que fuera Moncloa, directamente, quien le quitara al mandatario valenciano la gestión de la crisis.

La Aemet y la CHJ se defienden

Menos de 48 horas después de la gota fría, Feijóo culpó a las previsiones de la Aemet. Pero la Agencia Meteorológica emitió una alerta roja a las siete y media de la mañana del martes previo a que el agua inundasen decenas de municipios cercanos al barranco del Poyo.

Los populares señalan que los avisos y advertencias sobre dicho arroyo competen a la Confederación Hidrográfica del Júcar, que a su vez depende del Ministerio de Transición Ecológica. Sin embargo, la propia Confederación emitió un comunicado asegurando que no les corresponde enviar alertas, sino que se limita a informar de los caudales.

El organismo comunicó al minuto a través de su página web cómo se incrementaba el agua en el barranco. La crecida se disparó poco después de las cinco de la tarde, triplicando el caudal del río Ebro en apenas una hora. A las 18:43 la CHJ envió un email a la Generalitat alertando de la enorme subida del nivel de agua. El PP nacional y el Govern de Mazón critican que se tardase más de una hora en notificar dicha subida, a pesar de que la brutal crecida se produjo en poco más de ese tiempo.

Otra de las críticas ha sido que la Confederación no prestó suficiente atención al barranco del Poyo y sí lo hizo a la posibilidad de ruptura de la presa de Forata, que nunca cedió. Sin embargo, mientras el riesgo de romperse de esta última se mantuvo hasta el día siguiente, el arroyo que se desbordó hacia las cinco y media de la tarde registró un nivel incluso por debajo del habitual hasta pocos minutos antes.

Voluntarios ayudan para limpiar los estragos en el día 13 tras el paso de la DANA por Valencia.

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