¿Cómo se contagia la ‘Clostridium difficile’?
Cuando escuchamos hablar de la bacteria Clostridium difficile, normalmente es en contextos de brotes en hospitales, porque ahí es más común. Tal vez la primera vez que escuchamos de ella fue en 2009, cuando un brote en el Hospital San Juan de Dios provocó la muerte de al menos 17 personas y enfermó a 216.
Este patógeno produce diarreas graves, vómitos y daños intestinales. Se ve principalmente en personas que han consumido antibióticos por largos periodos. También se caracteriza por ser resistente a antibióticos, es decir, muchos de los tratamientos que se utilizan para combatirla no funcionan y deben buscarse otras opciones.
Sin embargo, es mucho lo que la población desconoce de esta bacteria, de cómo afecta y quiénes son los más vulnerables. Por eso esta edición de Siéntase Pura Vida se abordará. Esta información se hace en el marco de la Semana Mundial de Concientización Sobre la Resistencia Antimicrobiana.
¿Qué es la Clostridium difficile y cómo llega al organismo?
Para comenzar, debe entenderse que, a diferencia de otras bacterias, la C. difficile no puede obtenerse tan fácilmente y de ser así, en muchos casos no provocará mayores problemas.
La Clostridium difficile se contagia cuando se tocan alimentos, superficies u objetos contaminados con heces de una persona con la bacteria, pero son pocos los individuos que sufren daños en su salud por ese contacto.
En otras palabras, la C. difficile se aloja en el intestino de muchas personas pero en la mayoría no causa problema.
Sin embargo, cuando un paciente toma antibióticos muy fuertes o durante mucho tiempo, su microbiota (las “bacterias buenas” del sistema digestivo) se debilita y queda vulnerable ante bacterias que sí pueden causar daño.
El efecto de los antibióticos sobre la microbiota puede durar por varios meses, especialmente en los adultos mayores. Si se entra en contacto con bacterias C. difficile durante este tiempo, puede enfermarse.
La C. difficile, entonces, produce esporas que generan toxinas e inflaman el intestino. Si la inflamación es mucha, se mueren tejidos intestinales. Esto puede traer complicaciones e incluso la muerte.
Hay muchas cepas de esta bacteria y algunas son más agresivas que otras. Un ejemplo es la NAP-1, considerada “hipervirulenta” y más letal. Esta fue la causante de la muerte a varios pacientes del Hospital San Juan de Dios en 2009.
Hubo otra cepa que se describió por primera vez en nuestro país en 2011 y se denominó NAP-CR.
“La NAP-CR ha mostrado una respuesta inflamatoria muy agresiva y tasas de mortalidad similares a la NAP1. Además, su resistencia a los antibióticos es muy parecida a la NAP-1”, dijo en una entrevista anterior Evelyn Rodríguez, exdirectora del Laboratorio de Investigación en Bacteriología Anaerobia (LIBA) de la Universidad de Costa Rica (UCR), que investigó el tema.
¿Quiénes están en más riesgo de una infección complicada?
Síntomas de la C. difficile y cuándo acudir a un médico
Para saber si se tiene esta bacteria se debe hacer una prueba de laboratorio, para lo cual se toma una muestra de heces. Como se indicó anteriormente, hay personas más propensas a complicarse con esta bacteria:
- Quienes están tomando o tomaron antibióticos recientemente.
- Los mayores de 65 años
- Quienes han estado hospitalizados recientemente.
- Las personas con un sistema inmunitario debilitado
- Los pacientes que han tenido una infección previa con Clostridium o han estado expuestos a ella.
Estos son los síntomas:
- Diarrea muy acuosa
- Fiebre
- Dolor o sensibilidad del estómago
- Pérdida de apetito
- Náuseas
- Deshidratación
Estas manifestaciones suelen aparecer entre cinco y diez días después de empezar a tomar un antibiótico. Si no es tratado a tiempo puede provocar inflamación en el colon.
¿Cuándo ir a un centro de salud? Según la Clínica Mayo, estas son las señales de alerta:
- Tres o más deposiciones acuosas al día.
- Fiebre.
- Dolor abdominal intenso o calambres.
- Presencia de sangre en las heces.
- Tres o más días seguidos de estos síntomas.
Resistencia a los antibióticos
Carlos Quesada Gómez, investigador del (LIBA-UCR), señaló que el equipo ha localizado que algunas cepas de C. difficile ya presentan resistencia al linezolid, un antibiótico “muy fuerte”. Aunque el linezolid no es un tratamiento de primera elección contra el C. difficile, sí es muy utilizado para las infecciones con otras bacterias. Es decir, la C. difficile es como un “reservorio” de resistencia al linezolid.
“Estos trabajos sobre la resistencia a los antibióticos en los diferentes aislamientos del C. difficile permiten proporcionar información con el fin de mejorar el uso de estos fármacos dentro del hospital para otras infecciones. También ayuda a monitorear la posible resistencia, propiamente del C. difficile, para una mejor toma de decisiones sobre qué tratamiento proporcionar”, argumentó el especialista.