El Señor de Coronación resplandece recién restaurado por Cristo Rey en Córdoba
En medio de una gran expectación por ver su aspecto, Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas resplandeció este sábado en la víspera de Cristo Rey. En la plaza del Cristo de Gracia una bulla aguardaba para verlo descender lentamente en parihuela desde la puerta de la iglesia de los Trinitarios por la rampa mientras la noche se pintaba en el cielo. Pasaba su figura doliente en penumbra por dos farolas tintadas de rojo, en recuerdo de los cristianos perseguidos, como rojas fueron las flores que adornaban las andas. El 'Stabat Mater' de Kodaly interpretado por la banda de Coronación de Espinas recibió a la imagen que luce su policromía con toda la riqueza de contrastes con la que la concibió Francisco Buiza , tras las labores de restauración y limpieza que han durado medio año en el taller de Ana Infante de la Torre. Tras la prolongada espera de seis meses, el largo cortejo de hermanos que lo antecedían con sus cirios le alumbraron el camino de vuelta a su templo, San Antonio de Padua, llenos de emoción por tenerlo ya tan cerca otra vez. La mirada sufriente del Señor, su poderosa anatomía, el modelado, todos sus detalles y los regueros de sangre en su cuerpo lucieron como nunca en medio de la noche de noviembre. Sonaban a esas alturas las marchas 'Eucaristía' y 'Soledad de San Pablo'. Por Ronda del Marrubial la parihuela, llevada por la cuadrilla del Señor, adoptó un ritmo más rápido, el que le caracteriza habitualmente cada Lunes Santo. Antes, en el interior del templo de los Padres de Gracia el Señor permaneció frente a frente del Cristo de Gracia y del Rescatado, y la hermandad de la Merced agradeció la cálida acogida que le han dispensado los Trinitarios y estas dos cofradías. Los que deseen rezarle al Señor de Coronación más detenidamente y perderse en los detalles que deja la restauración tienen la jornada del domingo en la función solemne en su honor, a las doce de la mañana, y la posterior veneración extraordinaria en su sede hasta el mediodía. La intervención en la imagen, la primera en su casi medio siglo de existencia, ha servido para eliminar el polvo y la suciedad superficial, consolidar la policromía, eliminar zonas ennegrecidas por el paso del tiempo y el culto, todo respetando su autenticidad y sus valores históricos y artísticos. También se ha fortalecido la peana para la adecuada sujeción del Señor.