Atrapada en las tinieblas de Tinder: el flechazo de Cesáreo por Viktoria que escondía 13 kilos de coca pura
El 7 de junio de 2023, el frágil castillo de naipes que Viktoria había tejido en Madrid se vino abajo. A última hora de la tarde, los agentes del Grupo XVIII de la Brigada de Policía Judicial de Madrid y del Grupo 32 de la Brigada Central de Estupefacientes tocaron a la puerta de su domicilio. Su pareja, Cesáreo, cabecilla de una red de producción de cocaína , acababa de referirse a ella como «una amiga suya». Viktoria sopló en marzo las velas de su 32 cumpleaños en una celda del penal de mujeres de Alcalá-Meco, donde ha estado año y medio, acusada de un delito contra la salud pública que en todo este tiempo siempre aseguró desconocer. Su desgracia, algo más de 15 kilos de coca (rebajados en parte tras el análisis de pureza en el laboratorio) y un arma corta con tres cartuchos que la Policía Nacional encontró aquel día en su domicilio. Un piso que el propio Cesáreo le había dejado para no compartir techo, después de conseguir que la joven abandonara su Bulgaria natal a cambio de una supuesta relación de amor. Ayer, la investigada alcanzó un acuerdo de conformidad antes de ser juzgada en la Audiencia Provincial, por el cual quedará hoy en libertad tras aceptar una pena de dos años. El resto de los implicados en la trama, seis individuos (todos varones), hicieron lo propio con suerte dispar. Cesáreo fue condenado como autor de un delito contra la salud pública y tenencia de arma prohibida a ocho años de prisión y una multa de 800.000 euros; Jairo y Jorge Enrique, coatutores, a siete años y 800.000 euros; Juan Carlos, cooperador necesario, a cuatro años y 654.000 euros; y Tito Julio, Juan Sebastián y Óscar Manuel, cómplices, a dos años y 327.000 euros. La salida a la calle de Viktoria era algo esperado a tenor de que en la trabajada investigación policial, con multitud de vigilancias, seguimientos y un sinfín de averiguaciones surgidas sobre la marcha, no hay una sola imagen en la que aparezca la enjuiciada. Pero entonces, si en los más de siete meses de investigación no fue captada en ninguno de los movimientos registrados por los agentes, ¿cómo es posible que haya acabado entre rejas? Su defensa, a cargo del letrado Ignacio Estradé y su socia Patricia Marcos, lo tiene claro. Una relación de dependencia económica y emocional, cocinada a fuego lento tras hacer 'match' en Tinder: Viktoria, 31 años el día de su detención; Cesáreo, 57, o dicho de otro modo, 26 años mayor que ella. A través de la pequeña pantalla, es donde empiezan a replicarse todos los patrones de riesgo. La mujer dejó de tener trato con su padre cuando era niña, lo que siempre le ha llevado a entablar relaciones con personas de mucha más edad, como el hombre, Cesáreo, con el que ahora no para de chatear. Este le halaga constantemente, que si una vida mejor, que si un futuro en pareja... aunque a 3.500 kilómetros de su lugar de residencia. A fin de convencerla, viaja a Bulgaria para conocer a su madre y su tía, un gesto por el que pronto obtendrá lo que quiere. En contra de cualquier tipo de cliché, Viktoria posee una elevada formación académica, con máster en estudios iberoamericanos incluido; y se maneja en varios idiomas. Su problema, por tanto, no es la cabeza. Es el corazón. De hecho, ya detenida y a preguntas de su abogado en los juzgados de Móstoles, reconoció ser víctima de VioGén y se dedujo testimonio en favor de los Juzgado de Violencia sobre la Mujer; una vía finalmente archivada por la negativa de ella a seguir adelante. Una vez instalada en Madrid, la búlgara pasa a estar a merced de su nuevo novio: relaciones sexuales solo cuando él quiere, y lo mismo con el exiguo dinero que este le entrega para subsistir. Su grado de dependencia económica es tal, que llega a vender vídeos eróticos suyos por Skype. Y todo, al mismo tiempo que los agentes de la Policía Nacional empiezan a monitorizar los pasos de Cesáreo (un tipo que le dice dedicarse a «temas inmobiliarios») y sus compinches. La realidad, sin embargo, es bien diferente. El 24 de junio de 2023, la Policía Nacional envía una nota de prensa informando de la detención de un reconocido 'chef de la droga' , en una operación contra la producción y tratamiento de cocaína. Un titular-gancho para atraer la atención de los medios, que lleva aparejado todo un entramado de narcotráfico detrás, con dos laboratorios clandestinos (un chalé en Villanueva de la Cañada y otro en El Álamo), dos pisos-madriguera (en Talavera de la Reina y un pueblo de Toledo, Villarrubia de Santiago), 150 kilogramos de precursores, 20 de cocaína ya lista para su consumo, cuatro armas de fuego y numeroso material de laboratorio para cocinar la droga. Las primeras pesquisas arrancan en octubre de 2022, después de que un vecino del chalé de Villanueva de la Cañada envíe un correo a antidroga@policía.es, la dirección electrónica que el Cuerpo Nacional tiene habilitada para recibir denuncias relacionadas con el tráfico de estupefacientes. En el mensaje, el remitente alerta de un trasiego inusual de personas de origen sudamericano, así como de un fuerte olor a productos químicos y de la presencia de una furgoneta encargada de descargar garrafas. Un primer indicio que hace saltar las alarmas de los expertos en este ámbito, conscientes de que ciertas organizaciones criminales adquieren grandes cantidades de sustancias químicas y precursores, que ocultan en laboratorios clandestinos y emplean para la extracción de la cocaína base, antesala del polvo blanco que se venderá en la calle. La investigación se pone en marcha y poco a poco aparecen nuevos personajes y escenarios en la trama. En base a los controles practicados, los funcionarios constatan que todos los investigados toman medidas de seguridad y contravigilancia, y que no ejercen actividad laboral alguna. Algunos, además, cuentan con antecedentes por tráfico de droga y hasta el 'afamado' chef del que habla la Policía en su nota presenta una orden europea de detención emitida por las autoridades italianas. A Viktoria la relacionan por una llamada en búlgaro con su tía, en la que hace referencia a la amistad de Cesáreo con personas que habrían sido arrestadas por diversos trapicheos. El hecho de mirar para otro lado y una inteligencia emocional nula terminaron por hacer el resto: 17 meses en la cárcel y un 'amor' de Tinder que jamás olvidará.