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Una metáfora triste grabada en las almas

Artemisa.— Ubicada a seis kilómetros aproximadamente del casco urbano de San Antonio de los Baños, la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) es una de las instituciones culturales más importantes de nuestro país y del continente. En ese lugar de la geografía artemiseña, después de las afectaciones provocadas por el huracán Rafael, las labores de recuperación no cesan; a pesar de los esfuerzos, queda por hacer, sobre todo en la recogida de los tantos árboles arrancados de cuajo por la furia de los vientos.

Lázaro Llanes González, director administrativo de la institución, explica que, en sentido general, los principales  perjuicios se concentraron en los techos, fundamentalmente en el estudio de sonido, que tiene una inversión de más de 700 000 euros en equipamiento adquirido en colaboración de la Unión Europea, la Unesco y Cuba. Este costoso equipamiento se protegió bien y no se dañó, pero las mantas de techo del estudio de sonido se afectaron grandemente, al igual que las del estudio de televisión y de la bóveda fílmica, local donde está almacenado todo el patrimonio de la escuela, es decir, casi 40 años de filmaciones.

Agrega que se destruyó totalmente un aula muy peculiar, en forma de bohío campesino conformado por paneles modulares, que se usaba para ejercicios de fotografía e iluminación. Esta estructura era de madera y zinc.

En cuanto al funcionamiento de la EICTV antes y durante el evento meteorológico, explica Llanes González que el centro activó dos puntos de evacuación y designó a directivos al frente de cada uno para organizar el traslado de los 115 estudiantes, 44 profesores y 40 trabajadores que se quedaron en la escuela, para apoyar y garantizar su vitalidad.

Contaron con el respaldo del grupo electrógeno, lo que les permitió estar al tanto de las noticias generadas por los medios. Posterior al paso del huracán, el equipo de trabajadores evaluó los daños y permitió la salida de los estudiantes hacia sus dormitorios.

Diego Campos llegó en agosto a la   EICTV desde México para cursar la residencia de Guion durante tres meses. Confiesa vivir momentos inolvidables en Cuba, pero nunca imaginó la experiencia del paso de un huracán. «Es impresionante, en mi país hay otro tipo de eventos naturales, incluso se ven cosas caerse con los temblores de tierra, pero esto fue extraño para mí».

Nos cuenta Diego que las mascotas también fueron refugiadas y que se asustó mucho, pues tenía tres bajo su cargo, pero una de ellas no aparecía; recorrió las áreas hasta que apareció cuando los vientos de Rafael ya se hacían presentes. Le resultó extraordinario que, mientras ellos filmaban y tomaban fotos, los estudiantes y trabajadores cubanos se mantenían relajados, tratando de calmarlos, eso le impresionó mucho.

Original de Cataluña, España, Gemma Capdevila, quien también realiza una residencia en la especialidad de Guion, agradece la suerte de recibir los cuidados de unos trabajadores que hicieron hasta lo imposible para que nos sintiésemos bien en medio de tanto desastre.

Se emociona al pensar en los daños que sufrieron en sus casas esos que estaban junto a ellos; mira a través de los cristales y afirma que los árboles caídos son una triste metáfora que la hizo llorar, por eso al otro día aplaudió a los que llegaron a ayudar en la recuperación.

La mexicana Ana Ledesma, coordinadora de la Cátedra de Producción, agradece la organización y prevención tomadas por la escuela para resguardarlos a todos. Nos cuenta que en su tierra son comunes los terremotos, pero es la primera vez que vive un huracán.

Se alejó Rafael dejando una estela de daños, de los cuales nos estamos recuperando, afirma el Director Administrativo de la EICTV. «Estamos garantizando el agua en pipas desde una fuente de abasto cercana, esperamos que se restablezca lo más pronto posible el servicio eléctrico, pero aun en esas condiciones se mantienen los cursos y talleres». Aprovechó el momento para reconocer a trabajadores, profesores y estudiantes, quienes decidieron pausar los talleres el día posterior al huracán para ayudar en la limpieza y recogida del centro.

Hoy la «escuela de todos los mundos», que el próximo 15 de diciembre arribará a 38 años de fundada, mantiene las ideas originales de sus creadores y continuará como espacio multinacional y multicultural formando profesionales que ayuden a liberar la mirada del espectador. (Tomado de El Artemiseño)

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