Pasos decisivos hacia la sostenibilidad
Isla de la Juventud es uno de los ocho territorios seleccionados en el país para formar parte del Programa para la transición ecológica hacia municipios sostenibles en Cuba, iniciativa que no solo representa un hito en la política ambiental nacional, sino que también abre un abanico de oportunidades para el desarrollo social y económico del territorio.
Este esfuerzo, respaldado por la Unión Europea y coordinado por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), refleja un compromiso global con la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades locales.
La participación de los pineros en este programa es un reconocimiento a su potencial y a la necesidad urgente de adoptar prácticas que promuevan un equilibrio entre el desarrollo humano y la conservación del medio ambiente, que, junto a los municipios de Guanabacoa, Martí, Manicaragua, Remedios, Yaguajay, Trinidad y Cabaiguán, beneficiarán a más de medio millón de habitantes, quienes verán mejoras significativas en la producción de alimentos a través de prácticas agroecológicas sostenibles y el acceso a energías limpias.
Esto es crucial para la seguridad alimentaria y también representa un paso hacia la autosuficiencia y la resiliencia económica. Uno de los aspectos más destacados de esta iniciativa es su enfoque en fortalecer las capacidades locales, tanto en el sector estatal como en el privado. En particular, Isla de la Juventud centrará sus esfuerzos en la producción de proteína animal, incorporando principios de economía circular.
Este enfoque busca optimizar los recursos disponibles y promueve además la inclusión social, empoderando a mujeres, jóvenes y personas con discapacidades físicas, una prioridad desde la equidad de cara al desarrollo sostenible.
Además, se pretende fomentar una gobernabilidad descentralizada y más efectiva, una participación activa de los actores económicos y la sociedad civil, a fin de lograr la toma de decisiones en función de las necesidades reales de la comunidad. Así se fortalece el tejido social y se implulsa la aplicación de la ciencia y la innovación a instancia local.
La provisión de un financiamiento millonario para este programa demuestra el compromiso serio y sostenido con esta causa. La colaboración entre múltiples organismos, instituciones, población… es un reflejo de que la transformación hacia el estado deseado de desarrollo requiere un esfuerzo colectivo, ya en movimiento.
Bajo el liderazgo del gobierno local, estos actores serán protagonistas del cambio necesario para mejorar el bienestar y la calidad de vida en ocho municipios cubanos y, en particular, en Isla de la Juventud, al tiempo que se genere un modelo a seguir para el resto de los territorios de Cuba. La transición ecológica no es solo un objetivo, es una responsabilidad compartida que nos involucra a todos.