Vicente Amigo recibe el premio Gran Capitán de ABC: «Todo lo que está en mi música es parte de Córdoba, es mi esencia»
«La palabra es tiempo y el silencio es eternidad, y Córdoba es muy de silencio». Decía Vicente Amigo , este miércoles, al tener que empezar a hablar, cuando ya tenía en las manos el II Premio Gran Capitán que concede ABC Córdoba , que casi temblaba de tener que dirigirse al público, que era algo tímido, pero a esas alturas de la conversación lo había olvidado, y se expresaba con hondura sobre el flamenco , la guitarra, sus recuerdos y la ciudad vivida. Vicente Amigo recogió el Premio Gran Capitán, con el que ABC quiere reconocer a cordobeses que se han erigido en grandes referencias nacionales o internacionales, en un acto que se celebró en el Salón Liceo del Real Círculo de la Amistad . El galardón está patrocinado por el Ayuntamiento de Córdoba y Caixabank. Lo hizo de manos del alcalde, José María Bellido ; y en presencia del director de ABC, Julián Quirós; el director general de ABC en Andalucía, Álvaro Rodríguez Guitart; el director de ABC de Sevilla y Andalucía, Alberto García Reyes; el director de ABC Córdoba, Francisco J. Poyato, y el director territorial de Caixabank en Andalucía, Juan Ignacio Zafra . Además, estuvieron presentes, entre otras autoridades, tres consejeros de la Junta de Andalucía: los de Justicia, José Antonio Nieto ; Empleo, Rocío Blanco, y Universidad, José Carlos Gómez Villamandos, y el rector de la Universidad de Córdoba, Manuel Torralbo. El director territorial de Caixabank insistió en que «nadie puede responder mejor al espíritu del premio que la figura de Vicente Amigo, porque si se busca la esencia de Córdoba es complicado alguien mejor». «Consigue que mucha gente entienda el flamenco como forma de acercarse a otras culturas», resumió. En la misma línea abundó el director de ABC Córdoba, que ensalzó a Vicente Amigo por sus «36 años de carrera en lo más alto, llevando el flamenco como bandera», pero también por su arraigado sentido de « pertenencia a Córdoba». «Un virtuoso intérprete y un incansable investigador», dijo, al tiempo que enumeraba sus grandes discos, como 'Ciudad de las Ideas', 'Memoria de los sentidos' o 'Paseo de Gracia', entre otros. Ya con el Premio Gran Capitán en las manos, Vicente Amigo quiso dedicarlo a otro gran guitarrista flamenco cordobés, José Antonio Rodríguez , que estaba presente en la sala y que recibió con emoción el recuerdo que había hecho. Y comenzó bromeando: «El Gran Capitán fue una persona de mucho mando y yo no mando ni en mi casa, porque allí mandan mis hijos y mi mujer, creo que por este orden». A partir de ahí, su intervención se desarrolló en formato de conversación con Alberto García Reyes y Francisco J. Poyato. Vicente Amigo recordó entonces su infancia en Guadalcanal, donde nació en 1967, de su llegada a Córdoba en 1972, y de cómo quedó enamorado de la guitarra al haber visto «a Paco de Lucía en la televisión en blanco y negro». «Me quedé enamorado y pedí una guitarra a los Reyes Magos. Y como mi familia era de ocho hermanos , tardaron, pero vino la guitarra», recordó. Alberto García Reyes hizo sonar entonces una grabación de la madre de Vicente Amigo, Brígida, en la que contaba cómo estaba convencida de que su hijo iba a ser artista por haberlo escuchado llorar cuando todavía no había nacido. «Lo viví, lo noté, y ha sacado ese talento porque Dios se lo ha dado», decía la madre. «Lloré mucho de chico y pasaba miedo. Con lo que ahora me gusta reírme, he llorado lloro», dijo. Su casa, con ocho hermanos, «era un poco como casa de locos», aunque bajo la autoridad del padre, y el loco era él: «Prefería tocar la guitarra que irme a jugar con la pelota, porque la guitarra te la puedes llevar a cualquier calleja. Era una época en la que todo esta por descubrir y por aprender». La timidez del principio se había evaporado y Vicente Amigo contaba mucho de sus reflexiones: «Tendemos a reencontrarnos con quien de verdad somos. En la vida no se aprende tanto, y uno es más o menos como es con siete u ocho años . Yo tengo la misma ilusión de buscar las melodías». Y si había que recordar la infancia había que hablar de Córdoba. «Todo lo que está en mi música es parte de aquí, de Córdoba, es mi esencia», dijo. En su imaginación más de una vez ha pensado que su padre, de Cáceres, y su madre, de Sevilla, vinieron a la ciudad por él, para captar el ambiente y el flamenco que ha sido un humus fecundo del que ha nacido su música y su forma de tocar la guitarra. Tiene vocación de permanecer en la ciudad: «Estoy muy a gusto en Córdoba. He tenido oportunidades de irme fuera y me ha dado pereza, porque además estoy muy a gusto aquí, y de Córdoba sale todo lo que yo hago». Pasea por la ciudad a diario, por todos los barrios , incluso de noche, y se impregna de la ciudad. Si no caminando, porque ya se cansa más, sí con bicicleta. ¿Y cómo es Córdoba? «La palabra es tiempo y el silencio es eternidad, y Córdoba es muy de silencio. El silencio también es música. Habla tanto y es tan doloroso y tan fuerte como cualquier pasaje todo. Córdoba es muy de agua calma». Alberto García Reyes, gran conocedor del flamenco, le habló entonces de que la obra que había dedicado a Córdoba era una soleá , «que es el estilo flamenco de mayor profundidad y hondura». Vicente Amigo lo tuvo claro: «La soleá es la madre del flamenco. Córdoba tiene mucha personalidad y traté de hacer una soleá muy personal, muy distinta a lo que se había hecho». No cabía esperar otra cosa en una persona criada en una ciudad «que tiene el flamenco en las calles, en la gente, en la forma de sentir, así que es inevitable ser flamenco». Recordó al cantaor Manuel Moreno Maya 'El Pele' , al que acompañó con la guitarra, y al que definió como «un niño viejo , pero niño, y que es vitamina». El director de ABC Córdoba le habló entonces de otra pasión los toros . Conoció la fiesta con su abuelo, en los tendidos de sol, pero le impactó ver a Finito de Córdoba cuando todavía era novillero. «Me quedé loco. No podía dar crédito a que se pudiera crear tanta belleza delante de un bicho», explicó. Y a partir de entonces se hizo seguidor de Finito y empezó a ser más aficionado a la fiesta. Ensalzó a los toreros, de los que dijo que «tienen un mundo interior increíble, que dan lecciones de vida, porque superan situaciones anímicas importantes, y con mucha sensibilidad». De ahí se regresó al flamenco, y Alberto García Reyes le preguntó si no es un guitarrista «principalmente un compositor ». La respuesta era que sí, que los guitarristas, según Vicente Amigo, son «pensadores natos». «No es algo espontáneo, sino para desarrollarlo necesita ser pensado. Hay que ordenar las notas con arreglo a la belleza». Algo más que notas tiene en la cabeza Vicente Amigo, porque también escribe versos en el teléfono móvil, reflexiones que salen casi en el molde de la música que después interpreta con las seis cuerdas. El músico accedió a compartirlo con quienes habían acudido a arroparlo en la entrega del II Premio Gran Capitán. «¿Dónde mira mi alma ? / ¿Después de muerto mi cuerpo / habrá libertad / o existirán los recuerdos? / ¿Dónde irá mi alma? / ¿Tendrá consuelo? / ¿Dónde miran todos mis empeños? / ¿Donde abrazaré a los seres queridos?». Y los asistentes no tuvieron más remedio que corresponder con un largo aplauso. Cerró el acto el alcalde, que admitió que era difícil hablar después de lo escuchado. «Ha sido un rato excepcional, y agradezco a ABC quiera seguir deleitándonos con estos premios Gran Capitán, que reconocen a personas que llevan el nombre de Córdoba con orgullo», resumió. José María Bellido definió a Vicente Amigo como «un creador universal, un pensador dela guitarra, en búsqueda constante de nuevas expresiones y emociones. Su guitarra ha conseguido que el flamenco nos toque el alma desde el respeto a la tradición , con nuevos sonidos que lo han hecho diferente». La obra de Vicente Amigo es «fruto del talento y de la inspiración, pero también del trabajo y del estudio». «Córdoba será siempre la ciudad de las ideas que alumbraste, la Córdoba nuestra y de todos, que te quiere, y en la que sin duda tu alma tendrá su sitio», concluyó el alcalde dirigiéndose directamente al premiado.