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Los agricultores estadunidenses protestan contra una laguna jurídica en la ley climática que subvierte los cultivos de combustibles verdes

Las importaciones estadunidenses de aceite de cocina chino usado como materia prima para biocombustibles aumentaron desde la aprobación de la Ley de Reducción de la InflaciónLos agricultores estadunidenses instan a la Casa Blanca para que tome medidas enérgicas contra las importaciones chinas de aceite de cocina usado en las últimas semanas de la administración de Joe Biden, advirtiendo que los envíos minan la gran apuesta de la zona rural de Estados Unidos por los cultivos para combustibles bajos en carbono.El aceite de cocina usado es un ingrediente clave del diésel verde y el combustible de aviación sustentable, y las importaciones de China alcanzaron máximos históricos, acercándose a 1 millón de toneladas métricas en septiembre, de acuerdo con los datos de comercio del Departamento de Agricultura de EU. Otros países bloquearon las importaciones, algo que contribuyó a su aumento en Estados Unidos.Se suponía que la histórica ley en materia del clima del presidente Biden sería beneficiosa para todos: los agricultores rurales que sufren desde hace mucho tiempo obtendrían incentivos para cultivar nuevas cosechas que alimentarían la siguiente generación de tecnologías limpias y ayudarían al medio ambiente en el proceso. Pero la ley no limitó los incentivos a los productores nacionales, sino que atrajo una avalancha de importaciones.Ahora, esas importaciones socavan los incentivos antes de que surtan efecto. Los agricultores invirtieron en cultivos de combustible verde como el maíz, la camelina y la soya con la expectativa de un aumento de la demanda en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA por sus siglas en inglés). Pero no se pusieron los puntos finales de las reglas, los créditos no entraron en vigor y la administración entrante de Donald Trump puede descartar la ley.“Realmente es un golpe para nosotros”, dijo Ron Kindred, un agricultor de soya y maíz en Illinois y presidente de la asociación de soya del estado, al Financial Times.“(El crédito fiscal) iba a ser una gran victoria para los agricultores de Illinois, y ahora estamos perdiendo”, dijo Kindred, añadiendo que los bajos precios de varios años para la soya exacerbaron las dificultades que enfrentan los agricultores. Los futuros de aceite de soya bajaron casi un 14 por ciento desde principios de año, de acuerdo con Argus Media.El aceite de soya es una materia prima importante para los biocombustibles, en particular el biodiésel y el diésel renovable. Los cultivos se cosechan y se procesan para obtener aceite vegetal, y luego una reacción química convierte el componente en combustible.Los créditos fiscales de la IRA y los estándares estatales de combustibles con bajas emisiones de carbono estimularon la inversión en alternativas de origen vegetal a la gasolina, el diésel y el combustible para aviones, y se espera que la producción estadunidense aumente un 53 por ciento hasta alcanzar 1.3 millones de barriles de petróleo equivalente por día en aproximadamente una década, más que cualquier otro país, de acuerdo con Rystad Energy.Los créditos fiscales, que comenzarán en enero, no exigen que las materias primas se surtan en el país, lo que favorece las materias primas importadas más baratas basadas en residuos con menor intensidad de carbono. Como resultado, la dependencia que tiene Washington de Beijing para el combustible aumentó considerablemente: China representa más de la mitad de las importaciones de aceite de cocina usado de EU este año, frente a menos del 1 por ciento en 2022, cuando se promulgó por primera vez el crédito fiscal, de acuerdo con los datos del Departamento de Agricultura.“Que nuestro mercado se inunde de aceite de cocina usado importado es una amenaza muy real para la vitalidad económica rural”, dijo Anne Schwagerl, agricultora de quinta generación y vicepresidenta de la Unión de Agricultores de Minnesota. “Queremos asegurarnos de que haya vallas de contención que protejan a los pequeños agricultores en las comunidades rurales”.Los agricultores y los grupos agrícolas pidieron restricciones en las normas finales para que los créditos fiscales se limiten a los productores que tienen sus cultivos en Estados Unidos, y la American Farm Bureau Federation, la American Soybean Association y la National Corn Growers Association se reunieron con el asesor de alto nivel de energía limpia de la Casa Blanca, John Podesta, el mes pasado para presionar a favor de requerimientos nacionales.En septiembre, un grupo bipartidista de senadores y legisladores de la Cámara de Representantes presentó proyectos de ley para restringir el crédito fiscal a las materias primas de origen nacional y ampliar su elegibilidad durante una década entera.“Normalmente esperamos que los dólares de los contribuyentes estadunidenses apoyen a las industrias estadunidenses”, dijo un importante triturador de aceite de soya.”La importación (de aceite de cocina usado) podría verse como una oportunidad de reemplazo de uno por uno para los productos agrícolas estadunidenses”.La Unión Europea impuso aranceles antidumping a las importaciones de aceite de cocina usado procedente de China durante el verano, luego de las advertencias de que la industria nacional estaba siendo socavada por una inundación de oferta china.Los agricultores y legisladores estadunidenses también plantearon preocupaciones sobre si el aceite de cocina usado chino contiene aceite de palma virgen, que se ha relacionado con la deforestación. La Agencia de Protección Ambiental de EU (EPA, por sus siglas en inglés) actualmente audita las materias primas nacionales y extranjeras de aceite de cocina usado para detectar fraude. Los productores y analistas de biocombustibles advierten que las restricciones a las materias primas nacionales podrían limitar los suministros a una industria en auge y frenar la transición hacia combustibles más ecológicos. “Si quieren que esto avance más rápido, no elijan ganadores y perdedores en el ámbito de las materias primas”, dijo Bruce Fleming, director ejecutivo de Montana Renewables, un productor de combustible de aviación sustentable.El mayor obstáculo es la incertidumbre. Si bien el crédito fiscal comienza en enero, los agricultores todavía no reciben las reglas finales. El mes pasado, el Departamento del Tesoro dijo que estaba trabajando “activamente” en las directrices, pero no proporcionó una fecha de publicación y rechazó una solicitud de comentarios adicionales. Las promesas de Donald Trump en la campaña electoral de eliminar la IRA también plantean dudas sobre el futuro de los créditos fiscales en la nueva administración.“Si (los agricultores) no llegan a saber algo muy pronto, será demasiado tarde para aprovechar los créditos fiscales para 2025”, dijo Geoff Cooper, presidente de la Asociación de Combustibles Renovables. “2025 se convierte en un año perdido”. “una agenda ambiental destructiva y politizada”.

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