Infraestructuras para el progreso
Si una demanda ha sido transversal en Barcelona y el conjunto de Cataluña en los últimos años ha sido la de las infraestructuras, empezando por la reclamación de un servicio de Cercanías en condiciones o la ejecución del corredor ferroviario del Mediterráneo. Ha sido también todo lo relacionado con el Aeropuerto de Barcelona –oficialmente Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat – lo que ha encendido más debates, en este caso en relación al proyecto de ampliación planteado por AENA como elemento central. Ahí, quizás como en ningún otro campo, se ha producido una gran paradoja: es el Gobierno, a través de AENA, el que pone sobre la mesa un ambicioso proyecto para aumentar la capacidad de la infraestructura, y han sido las administraciones catalanas, en su anterior etapa, las que paralizaron el proyecto alegando su impacto ambiental. La propuesta inicial de AENA, rechazada en su momento desde la Generalitat, contempla la construcción de una nueva terminal y la ampliación de la tercera pista, con una inversión global de unos 1.700 millones . El coste medioambiental de la actuación es el principal obstáculo y la excusa de ERC y Comunes en su momento para rechazar la propuesta, en tanto que la ampliación de la pista que debería permitir su uso para vuelos de largo radio debería realizarse sobre unos humedales protegidos , los de La Ricarda. La otra opción implicaría un aumento del impacto sonoro sobre zonas protegidas. La incapacidad de la anterior Govern de sacar adelante una propuesta de consenso mandó el proyecto a un cajón, para desespero quienes entienden que la infraestructura es clave para el desarrollo económico de Barcelona y el conjunto de Cataluña. Particularmente activa en esta demanda ha sido la patronal Fomento del Trabajo , punta de lanza de los sectores económicos en favor de la ampliación. En este contexto, el nuevo Govern decidió que había que retomar el proyecto, dando cumplimiento precisamente a una de las principales promesas del entonces candidato Salvador Illa . Así, el pasado mes de octubre se constituyó la comisión técnica a la que se ha encomendado tener lista para principios de 2025 una propuesta que fije los criterios del nuevo plan director, de modo que en 2027 se pueda incluir en el documento de regulación aeroportuaria, que permitirá sacar adelante la ampliación. Los equilibrios en el Parlament, con unos comunes que han señalado la ampliación como una «línea roja», siguen siendo la principal amenaza para un proyecto clave. «El aeropuerto de Barcelona, que está operando al límite de su capacidad, necesita una ampliación urgente e inaplazable. Es una demanda social y del sector empresarial constante», asegura de manera recurrente la consejera y portavoz de Territorio, Sílvia Paneque , que promete sacar adelante una propuesta que compatibilice el aumento de la capacidad de la infraestructura con el respeto por los vecinos y la preservación ambiental. «No podemos tener esta cuestión dormida o apartada», remachaba el propio presidente Illa. Por ahora, la Generalitat no quiere entrar a valorar si la propuesta debe incluir o no la prolongación de una de las pistas, elemento que AENA considera imprescindible para que el Aeropuerto acoja aviones de largo radio, pero cuyo impacto ambiental es la excusa de ERC y Comunes para rechazarlo. «No hay contradicción entre crecimiento y respeto por el entorno. Estamos comprometidos a que todas las infraestructuras se hagan con el máximo rigor ambiental», explicó en su momento Paneque. La realidad es que el Aeropuerto de El Prat va camino de superar sus límites de capacidad. El mes de octubre cerró con 4.964.341 de pasajeros, lo que supone un aumento del 8,2% en relación con el mismo mes de 2023 y un nuevo récord histórico en un mes de octubre. Desde el inicio del año, el aeropuerto ha registrado 46.914.286 pasajeros, un 11,2% más que entre enero y octubre de 2023, con lo que se prevé que la instalación cierre 2024 por encima de las cifras prepandémicas de 2019, récord histórico. De la cifra total de viajeros, 3.715.625 viajaron en vuelos internacionales , lo que supone un 9,9% más que durante el mismo mes de 2023. En cuanto a la carga, un elemento que a menudo se ignora pero que da la medida de su importancia como polo económico , El Prat experimentó un gran incremento en sus cifras. Durante el mes pasado se transportaron 16.996 toneladas, una cifra que supone un 17,7% más que en octubre de 2023. Entre enero y octubre se han registrado 151.766 toneladas, un 17,8% más respecto al acumulado del mismo período de 2023. Otra infraestructura clave para la economía barcelonesa y española es el Puerto de Barcelona , clave para el sector exportador nacional y una infraestructura empeñada en el liderazgo en sostenibilidad. La pasada semana, por ejemplo, se instalaba el primer sistema Onshore Power Supply (OPS) para ferris del Port en la terminal de Grimaldi, un estreno que marca el inicio de la cuenta atrás para tener el sistema operativo en enero, de forma que los ferris que llegan al muelle comercial más próximo a la ciudad puedan parar sus motores y funcionar solo con la electricidad de origen renovable que le suministrará el OPS, reduciendo así las emisiones y el ruido que generan, uno de los principales impactos de un tráfico crucerista al alza. José Alberto Carbonell, nuevo presidente del Port de Barcelona, recordaba que el OPS–ya en funcionamiento en la terminal Best de contenedores– «contribuirá a mejorar la calidad del aire y disminuir el ruedo en los muelles más cercanos a la ciudad». En paralelo a estas nuevas infraestructuras, prosigue el desarrollo de los accesos a la instalación. Sin ir más lejos, el Gobierno, en octubre, autorizó el convenio entre el Ministerio de Transportes , Adif, Puertos del Estado y la Autoridad Portuaria de Barcelona para regular la financiación y la ejecución de las obras de los nuevos accesos sur, viarios y ferroviarios, con una inversión de 730 millones de euros. Se trata de inversiones clave para una instalación que ha visto como sus cifras de tráfico se han visto incrementadas en los últimos meses por la guerra en Gaza y sus implicaciones en el Mar Rojo, lo que ha obligado a las principales navieras a desviar sus barcos de las rutas habituales para evitar el canal de Suez. Así, el tráfico de mercancías en el Port de Barcelona ha experimentado un crecimiento del 24% en el primer semestre de este año. El Puerto ha movido más de dos millones de contenedores, una cifra récord, en este periodo, aumentando su papel de conexión internacional, sobre todo en el Mediterráneo oriental , ya que recibe mercancías que luego son distribuidas por otros barcos, actividad de trasborde de contenedores que creció nada menos que un 50 por ciento en este primer semestre. Este aumento ha impulsado el tráfico total hasta los 35,8 millones de toneladas, un 10,2% más que en el primer semestre de 2023. En cuanto al número de crucerista, el volumen ha crecido un 4 por ciento. En 2023, el Port de Barcelona cerró el ejercicio con una cifra de negocio de 189 millones (+4,4%), cifra histórica que subraya la pujanza de uno de los pilares de la economía de Barcelona y nacional.