Ayuso, ante el belén de Sol: «Cada vez se oye menos la palabra Navidad; no dejemos que nos la censuren»
Un mensaje eminentemente cristiano es el que ha leído este viernes la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, como apertura de la Navidad en la Comunidad de Madrid. Lo ha hecho a espaldas del enorme belén que, como cada año desde hace 22, ha montado la Asociación madrileña de Belenistas, y que este año reproduce un típico pueblo árabe y recoge el misterio en una isleta. La jefa del Ejecutivo regional ha llamado a defender la Navidad y ha pedido: «No dejemos que nos la censuren». Al tiempo que recordaba que «Jesús siempre llamó a cumplir la ley y a que ésta fuera igual para todos». Recordaba Ayuso que «nada hay más nuevo que la Navidad», y también durante sus palabras ha hecho varias referencias al Papa Juan Pablo II, entre ellas sus peticiones a los cristianos de no tener miedo incluso ante situaciones, como las actuales, de tensiones bélicas y amenaza nuclear. La presidenta ha asegurado que «en este mundo nuestro, se tenga fe o no, creemos en las segundas oportunidades, en la concordia», como «los españoles hicimos en la Transición». Ha alertado contra el hecho de que «se está dejando de contar los años desde el nacimiento de Cristo. O, más bien, se cuenta desde su nacimiento, pero se omite a Cristo, se hace como si no existiera, con una doble traición a la Historia y a quiénes somos, al pasado y a las nuevas generaciones. Les roban la herencia de la Cristiandad». Igual ocurre con la Navidad, a su juicio «cada vez se lee y se oye menos la palabra Navidad, cada vez se la llama menos por su nombre. No dejemos que nos la censuren, nos la quiten», ha pedido la política madrileña. Y recordaba además que «el odio al cristianismo dentro del mundo cristiano va acompañado del desprecio al hombre». Tras hacer referencia al problema de la natalidad, apelando a que «nos faltan niños, y la infancia es cada vez más corta; la están borrando», Ayuso se ha centrado en el belén de la Real Casa de Correos, que como todos los años, será contemplado por decenas de miles de personas durante estas fiestas. «Es -ha descrito- un homenaje a los cristianos en el mundo árabe». El montaje, que una vez más ha salido de las manos expertas de la Asociación madrileña de belenistas, ocupa una superficie de 145 metros cuadrados, y para confeccionarlo han sido necesarios 1.200 kilos de corcho, 1.000 kilos de arena y piedras, y un enorme ejercicio de paciencia para completar este trabajo completamente artesano. Eugenio Barandalla, su presidente, ha explicado las características de este gran misterio, el número 22 que montan en la Real Casa de Correos, que cuenta con un zoco con calles bulliciosas, comercios, y todo lo que acompaña a un pueblo del desierto, regado por un río que lo refresca. Al otro lado de este, los pueblos nómadas han montado su campamento en el desierto, y descansan bajo sus jaimas, convenientemente dotadas de todos los elementos que las acompañan, incluso la iluminación. ADemás, hay una isla rodeada de agua donde figura la escena bíblica del Niño Jesús con la Virgen y San José, el buey y la mula y la presencia de los tres Reyes Magos con sus pajes; no muy lejos puede verse la anunciación a los ángeles. En total, 9 escenas, 480 figuras de autores de la talla de José Luis Mayo, los hermanos Castels u Olot.