Elena Tablada revela el lado más oscuro de su relación con Javier Ungría
La historia de amor entre Javier Ungría y Elena Tablada parecía, a primera vista, uno de esos cuentos de hadas modernos que tanto cautivan a los medios. Pero, como en muchos casos, la apariencia engaña y, a medida que pasaron los años, las grietas en su relación comenzaron a hacerse visibles. Tras un repentino y sorpresivo fin de su relación en agosto de 2022, los ecos de su ruptura han resonado con fuerza en los medios, con versiones totalmente opuestas de ambos protagonistas. Aunque Elena Tablada ha mantenido una postura de intentar dejar atrás los enfrentamientos públicos y reconducir su relación con Ungría por el bienestar de su hija, los detalles que ha compartido sobre los momentos oscuros de su matrimonio nos dejan ver una realidad bien distinta. En su última aparición en el programa '¡De viernes!', Tablada, quien se ha convertido en una de las figuras más mediáticas del corazón, quiso sincerarse sobre su versión de la relación. «Viví un lado muy luminoso y otro muy oscuro», comenzó diciendo Elena, aclarando que, aunque no consideraba que Javier tuviera un «lado oscuro», sí existían «luces y sombras» en su relación. Según Tablada, las diferencias empezaron a ser evidentes cuando se trataba de priorizar su hija Ella, fruto de su relación con David Bisbal (45 años). La diseñadora de joyas insistió en que Ungría nunca estuvo a la altura de lo que requería ser un padre comprometido. «Él se ponía sus propios horarios, siempre nocturnos, y eso no es tolerable cuando tienes una hija. El hijo debe ser lo primordial», comentó Elena, dando a entender que, en muchas ocasiones, las discusiones por la educación de Ella derivaban de una desconexión total entre ambos. Lo que para muchos podría parecer una simple discrepancia de opiniones, para Elena fue el detonante de muchas de las «luces y sombras» que vivió durante su relación. La mayor de las sombras, sin embargo, surgió en una conversación que, según Tablada, marcó un antes y un después en su matrimonio. «Me dijo 'le he cogido manía a tu hija' y eso me partió en dos«, relató, con el dolor aún reflejado en sus palabras. Un comentario que, para la exmujer de Javier Ungría, fue el colmo de la intolerancia y la incomprensión , algo que nunca pensó escuchar de un hombre con el que compartió tanto tiempo y proyectos. Aunque él lo niega rotundamente, Elena no ha dudado en abrir su corazón y compartir la verdad desde su perspectiva. «Mi hija vio todo el documental 'Me quedo conmigo' y me dio las gracias por haber contado nuestra historia. Dijo 'mami, seguro que has ayudado a muchas personas con esto'. Era parte de mi sanación«, declaró emocionada, reconociendo que el proceso de sanar heridas ha sido largo y doloroso, pero que, en última instancia, ha sido un acto de valentía personal. Por otro lado, las tensiones entre ambos no cesan. Durante su participación pasada en el mismo programa de televisión, Javier Ungría expresó con contundencia que ya no tiene intención de seguir defendiendo públicamente su relación con Elena. «No quiero que mi hija vea esto», dijo en una entrevista en noviembre, añadiendo que « he fallado en no cuidar la relación como tendría que haberla cuidado«. Sin embargo, su versión de los hechos es completamente distinta a la de Elena, quien le recuerda que hubo un punto en el que su relación se volvió insostenible por sus diferencias de carácter y sobre todo, por la falta de compromiso y respeto mutuo. Al final, lo que parecía ser una historia de amor fue decayendo entre acusaciones, desilusiones y una constante batalla mediática. Sin embargo, lo más doloroso no fue la ruptura en sí, sino las heridas que quedaron al descubierto, especialmente en relación con su hija Ella, una niña que, como tantas otras, se vio atrapada en medio de un conflicto entre sus padres. Ahora, dos años después de su separación, los dos siguen marcados por las diferencias. Elena Tablada, con la voluntad de sanar y aprender de los errores del pasado, espera algún día encontrar la paz, tanto para ella como para su hija, mientras que Javier, por su parte, prefiere mantenerse al margen de cualquier confrontación pública, a pesar de sus continuas declaraciones, que siguen dando mucho de qué hablar.