¿Por qué interrumpimos cuando hablamos con otras personas? Expertos en psicología tienen la respuesta
Interrumpir mientras se habla con otra persona es un hábito común que puede generar tensiones y malentendidos en la comunicación diaria. Sin embargo, hay que saber que este comportamiento no se limita a una simple falta de educación.
Según especialistas en psicología reunidos en un artículo de The New York Times, interrumpir está vinculado a patrones emocionales y sociales profundamente arraigados, que reflejan cómo nos relacionamos con los demás y cómo manejamos nuestras ansiedades o impulsos en las conversaciones.
Los significados detrás de las interrupciones al hablar: sensación de superioridad o narcisismo
Interrumpir a otra persona durante una conversación puede tener diversas causas. Según Alexandra Solomon, psicóloga del Instituto Familia de la Universidad de Northwestern, muchas personas que interrumpen lo hacen porque asumen una postura de poder sobre los demás.
Este comportamiento se basa en una sensación de superioridad que las lleva a considerar que lo que tienen para decir es más importante que lo que la otra persona está expresando. Estas personas suelen carecer de escucha activa, ya que en lugar de prestar atención al otro, están planificando su próxima intervención.
Falta de control de los impulsos
La psicóloga Sharon Saline señala que los trastornos del control de los impulsos, como el TDAH, también pueden estar detrás de este hábito. Estas personas interrumpen porque:
- Sienten que si no lo dicen en el momento se les olvidará
- No logran postergar sus pensamientos
Además, la Dra. Barbara Fredrickson menciona que el entusiasmo desbordado puede llevarnos a interrumpir cuando un tema nos apasiona demasiado, especialmente si la conversación toca una experiencia personal compartida.
Cambiar el rumbo o ritmo de la conversación
Algunas interrupciones responden a una necesidad de tomar el control de la conversación. Esto sucede cuando el tema abordado no interesa a quien interrumpe o cuando considera que el ritmo es demasiado lento. De esta forma, buscan redirigir el diálogo hacia algo más acorde a sus intereses o expectativas.
Aprendizaje social y desigualdad de género
El acto de interrumpir también puede ser aprendido. Muchas personas interiorizan este comportamiento desde la infancia, observando cómo las interrupciones eran aceptadas o incluso normalizadas en su entorno familiar o social.
Esto explica por qué algunas personas no perciben las interrupciones como una falta de respeto, sino como una forma habitual de comunicarse.
Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que los hombres interrumpen un 33% más a las mujeres que a otros hombres. Esto refleja patrones culturales arraigados que, aunque cada vez más cuestionados, aún persisten y refuerzan roles de poder desiguales en la comunicación.