Cuando del desánimo se pasa a la desconfianza
El Betis se ha acostumbrado (e incluso alguno diría que mal acostumbrado) a que las crisis le rocen sólo un poquito en la oreja . Que pique, pero no duela. Como un susto para quitar el hipo, un pequeño truco para un mal menor. Y esa sana costumbre de salir de las emboscadas del fútbol sin heridas de guerra se lo debe a su entrenador, Manuel Pellegrini . En todos estos años al frente del conjunto verdiblanco ha conseguido una estabilidad históricamente esquiva en Heliópolis. Porque cuando el Betis se ha tirado al callejón, no encontraba la salida ni aunque se la señalasen con luces de neón. Y no es el momento de decir que todo vuelve. Si hemos regresado... Ver Más