Siete años de cárcel para un yihadista expulsado de la milicia que encabeza la oposición siria
- De Tánger a Siria para luchar con Al Qaeda
- De Siria a Austria
- Detenido en Mataró por la Policía Nacional
- Críticas al grupo sucesor de Al Nusra
- Siguió compartiendo propaganda
La guerra en Siria ha dado un vuelco en apenas unas semanas. Diferentes milicias armadas opuestas al régimen de Bashar al-Ásad fueron conquistando ciudades como Alepo, Hama y Homs, hasta que lograron entrar en Damasco este pasado fin de semana. Entre las facciones armadas que han participado en la ofensiva que ha derrocado a Al-Ásad, hay una que cuenta con personas en España que tuvieron vínculos en el pasado, y que suponen una amenaza para la seguridad nacional.
Eso es lo que se despende de una sentencia reciente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que condenó a un hombre de nacionalidad marroquí, pero que llegó a España, a siete años de cárcel como autor de un delito de integración en organización terrorista.
En la amalgama de grupos que se enfrentan a las fuerzas armadas de Siria, despunta Hayat Tahrir al-Sham (HTS, traducido como Organismo de Liberación del Levante), una organización islamista que tiene su origen en el Frente Al Nusra, antigua filial de Al Qaeda en Siria.
De Tánger a Siria para luchar con Al Qaeda
La sentencia consultada por ECD (se puede leer íntegra pinchando aquí) se refiere a un marroquí nacido en 1993 en Tánger.
En 2014, cuando tenía 21 años, “fue adoctrinado en el ideario radical islámico con la promesa de alcanzar el paraíso al morir por la causa de Alá”, según la Audiencia Nacional.
Este joven marroquí se trasladó en 2015 a Siria y se unió a Jabhat Al-Nusra, un grupo yihadista que combatía contra el régimen sirio. Tuvo que pasar un proceso de selección basado en descartar que fuese un espía y una formación inicial de adiestramiento militar.
Participó en combates, hasta que en 2016 decidió abandonar el grupo. Se casó con una mujer siria y tuvo tres hijos.
Los magistrados de la Audiencia Nacional recogieron la evolución de Jabhat Al-Nusra, “la organización satélite de Al Qaeda en Siria, considerada organización terrorista en la Unión Europea”.
“Compuesta en su mayoría por combatientes de nacionalidad siria aunque también incorporó en sus filas combatientes extranjeros”, “fue la organización yihadista afiliada a Al Qaeda en el conflicto sirio y tenía como principales objetivos, el derrocamiento del presidente sirio Bashar al Assad y la instauración de un califato islámico en Siria bajo la ley de la Sharia mediante la violencia y el conflicto bélico al igual que Daesh. La organización realizó más de 190 atentados terroristas con explosivos y armas de fuego en los que se estima que habrían fallecido más de 1.300 personas”, se refleja en la sentencia.
“Jabhat Al-Nusra fue disuelta el 28 de julio de 2016 tras la renuncia formal a los lazos con Al Qaeda”, y tras ese paso “la organización fue así renombrada Jabhat Fatah Al-Sham y desde el 28 de enero de 2017 pasó a denominarse Hayat Tahrir Al-Sham”, grupo que ahora ha avanzado en Alepo y otros puntos de Siria.
De Siria a Austria
Antes de esa ofensiva actual, hace años, “Hayat Tahrir Al-Sham estaba tratando de llegar a acuerdos con diversos países como Rusia, Estados Unidos, participar en un proceso de paz y para ello tenía que separarse de toda actividad terrorista, para que cualquier potencia negociara con ellos”.
Así que “intentaron limpiar sus filas, quedarse solo con sirios y empezó a expulsar de su territorio a todos los combatientes extranjeros que no se adherían a la nueva dirección”.
De ahí que el joven marroquí que había viajado desde Tánger, había combatido con Jabhat Al-Nusra y había dejado el frente para casarse, se vio “obligado a salir de Siria a principios de 2022”.
Tras un primer intento fallido, consiguió llegar a Estambul y encontró trabajo. En junio, junto a otro ex combatiente en Siria inició su viaje a Europa, que duró un mes, de junio a julio de 2022.
Pasaron por Turquía, Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovaquia y Austria. Se guiaron por una aplicación GPS que marcaba puntos en los que estos combatientes yihadistas de la guerra de Siria encontraban personas que les ayudaban. Pasaron la frontera entre Serbia y Hungría gracias a una organización marroquí.
Budapest, Bratislava (capital de Eslovaquia), Viena fueron los siguientes hitos del viaje. Fueron interceptados en Passau, en la frontera entre Alemania y Austria. Fueron devueltos a Austria, y el 11 de julio de 2022 las autoridades austriacas detuvieron al acompañante de este joven marroquí.
Ese compañero tenía una orden europea de detención y entrega por parte de España, precisamente.
Detenido en Mataró por la Policía Nacional
El marroquí “fue llevado a un campamento de refugiados en Salzburgo (Austria) donde fue recogido por su familia y trasladado a España hasta el domicilio familiar en Mataró (Barcelona)”.
Allí “fue detectado el pasado día 23 de julio de 2022, siendo detenido en esa ciudad el día 2 de agosto de 2022”. Resulta que se le detectó en el marco de unas diligencias más amplias sobre varios retornados desde Siria.
La sentencia revela que las actuaciones judiciales se iniciaron por un aviso de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, que entre sus cometidos tiene la lucha antiterrorista y contra la radicalización, especialmente la yihadista.
Fue procesado por la Audiencia Nacional, por un delito de integración en organización terrorista. Ingresó en prisión provisional.
Críticas al grupo sucesor de Al Nusra
Buena parte de la acusación se basó en la información que se extrajo del teléfono móvil que se le incautó en Alemania, en el que se detectó “su participación en el grupo oficial de la organización Harakat Sham Al-Islam (HSI) integrada en Hayat Tahrir Al-Sham (HTS) que continua activo en Siria […] El acusado ha intercambiado mensajes y fotografías de escenas de combate en dicho grupo”.
Los policías nacionales que analizaron la memoria del teléfono, su actividad en Facebook, los canales de Telegram que seguía... llegaron a la conclusión de que “ha realizado actividades de propaganda de su ideario yihadista incitando a la violencia entre sus seguidores”.
En su viaje desde Turquía a Europa, este marroquí participaba numerosos grupos de Telegram, incluido “el grupo oficial de la organización Harakat Sham Al-Islam (HSI) en el que publica textos, fotos y todos sus comunicados, con mensajes compartidos en diciembre 2021”.
Llama la atención que se encontraron a este combatiente retornado “críticas constantes a HTS Hayat Tahrir Al-Sham (HTS - Comité de defensa de Levante), que es la organización en la que se refunde Jabhat Al-Nusra y la que decide expulsar a los combatientes extranjeros e iniciar un camino de moderación para poder constituirse en un interlocutor válido con distintos países”.
Los informes policiales revelaron que este marroquí se revolvió contra la organización, Hayat Tahrir Al-Sham, que había absorbido a Jabhat Al-Nusra, donde él había comenzado a combatir. Hayat Tahrir Al-Sham también había provocado su salida de Siria, otro motivo de posible agravio.
El caso es que en el teléfono móvil se le encontraron textos con críticas al emir de Hayat Tahrir Al-Sham por su tibieza en la defensa de los postulados religiosos del Islam, según los yihadistas.
Resulta que el emir de Hayat Tahrir Al-Sham, Abu Mohammad al-Golani, tiene un largo historial en grupos yihadistas. Combatió con Al Qaeda en Irak contra Estados Unidos, en Siria con la rama local de Al Qaeda, que derivó en Jabhat Al-Nusra, pero se negó a disolver su grupo en el Estado Islámico de Irak y Levante (el Daesh), y comenzó a luchar también contra las fuerzas de este autoproclamado califato.
Su grupo cambió de nombre y después se fusionó con otros en Hayat Tahrir Al-Sham. Distintos medios internacionales han señalado a esta milicia como la dominante en el complejo mosaico de organizaciones que luchaban contra el ya depuesto presidente Al-Ásad.
Siguió compartiendo propaganda
La sentencia recoge numerosos textos y mensajes que el hombre de origen marroquí consumió o compartió, en los que se revelan los conflictos entrecruzados entre milicias y grupos armados que luchan en Siria: muchos de ellos de corte islamista, incluso yihadista, pero que pasan de aliados y enemigos con facilidad.
Los magistrados de la Audiencia Nacional consideraron probado que “la organización a la que se unió el acusado es la llamada Jabhat Al-Nusra, luego refundida en Hayat Tahrir Al-Sham (HTS - Comité de defensa de Levante)”.
Constataron la condición terrorista de esas organizaciones, y la pertenencia del acusado durante años a estos grupos, con los que participó en acciones armadas en la guerra de Siria.
No sólo eso, sino que “el acusado ha seguido formando parte de los grupos de comunicación de los combatientes extranjeros en Siria y ha compartido sus mensajes, escritos, reflexiones y, en definitiva, su ideología hasta prácticamente el momento de su detención en España”.
Así que vieron acreditado el delito de pertenencia a organización terrorista.
Le impusieron una condena de siete años de cárcel, y tuvieron en cuenta para ello que “el acusado ha pertenecido a una organización terrorista y ha participado en acciones violentas de la misma, manteniendo su adhesión a los postulados islamistas más radicales hasta prácticamente el momento de su detención”.