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El asesinato del rabino Kogan: un ataque fallido contra la coexistencia

Nuestro inquebrantable compromiso con la construcción de un futuro mejor trasciende los desafíos y el dolor del momento. Nos guía hacia un mundo en el que el respeto, la dignidad y la seguridad sean derechos universales de todas las personas.

Estamos comprometidos con defender estos principios y aprovechar todos nuestros recursos para combatir las fuerzas del odio y la división. Juntos, estamos decididos a crear un futuro en el que la coexistencia no sea una aspiración, sino una realidad vivida por todos.

La actual guerra regional ha envalentonado a los enemigos de la paz y les ha ofrecido un potente grito de guerra.

La guerra, que ha infligido un ciclo de inmenso sufrimiento, debe —por supuesto— llegar a su fin, más pronto que tarde. Sin embargo, la liberación inmediata de los rehenes y el cese de las hostilidades en Gaza y Líbano no nos devolverán al statu quo ante.

De hecho, el estado en que se encontraba el Medio Oriente antes del 7 de octubre presentaba debilidades y fallos fundamentales.

Una paz sostenible requiere una visión de seguridad, justicia y oportunidades para todos. Todos haríamos bien en mejorar sus circunstancias para tener un futuro de paz sostenible.

La paz para Israel está intrínsecamente ligada a la paz para Gaza, Líbano y la región en general. La seguridad y la dignidad de todas las personas no es una aspiración; es una necesidad para alcanzar la paz. El único camino viable es un futuro basado en el respeto mutuo y la prosperidad compartida.

Este último año puso a prueba la determinación de los pacifistas de todo el mundo. El horrible asesinato del rabino Zvi Kogan en los Emiratos Árabes Unidos a finales de noviembre fue un cruel recordatorio de las amenazas que enfrentamos.

El brutal secuestro y asesinato del rabino Kogan no fue solamente un descarado acto de terrorismo perpetrado contra la comunidad judía; fue un ataque a la visión de coexistencia, a todo el pueblo emiratí y a quienes residen en su suelo.

En el momento de escribir estas líneas, los tres presuntos autores de este crimen antisemita se encuentran detenidos y los tribunales de los Emiratos Árabes Unidos harán justicia. Si son condenados, serán castigados con todo el peso de la ley.

El rabino Kogan era un miembro muy querido de la comunidad mundial Jabad Lubavitch, un movimiento con sede en Nueva York que apoya a las comunidades judías y a los visitantes del mundo entero, incluidos quienes viven en sociedades árabes y musulmanas.

Desempeñó un papel único en el fomento de las relaciones entre las comunidades judía y musulmana en los EAU. La labor del rabino Kogan ejemplificaba la visión de los EAU de coexistencia pacífica y respeto mutuo.

Los terroristas que lo secuestraron y asesinaron pretendían extinguir lo que él representaba, una visión de coexistencia y respeto mutuo que une a la totalidad de los emiratíes y, de hecho, a los hombres y mujeres que comparten el deseo de un mundo mejor y más pacífico.

El legado del rabino Kogan perdurará como un faro de esperanza, guiándonos en nuestros esfuerzos por tender puentes, contrarrestar el odio y permanecer unidos contra el extremismo.

Quienes planearon, apoyaron o celebraron el asesinato del rabino Kogan ya han fracasado. Sus retorcidas ideologías, amenazadas por la visión de una coexistencia pacífica, no pueden extinguir los valores que él defendía. Sus acciones no fueron un golpe a la unidad, sino más bien una evidencia de su miedo al progreso.

La armonía entre los pueblos de la región perdura y sus odiosos intentos de perturbarla han reforzado nuestra determinación y fortalecido nuestro compromiso con un futuro compartido.

Mientras lloramos la pérdida del rabino Kogan, declaramos: el terror ha fracasado y la paz prevalecerá. En su memoria, redoblamos nuestro compromiso con la coexistencia y la armonía. Los Emiratos Árabes Unidos permanecerán como un ejemplo de esperanza en una región a menudo acosada por la desesperación. Permanecemos unidos, más fuertes que nunca, trabajando por un futuro definido por la paz y el respeto mutuo.

Y todos somos responsables. Las organizaciones que dirigimos, el Centro Manara para la Coexistencia y el Diálogo, y la Liga Antidifamación (ADL), trabajarán estrecha e incansablemente para contrarrestar las amenazas globales del antisemitismo y los prejuicios antimusulmanes, para derrotar al extremismo y el odio, y para promover la coexistencia pacífica y el respeto mutuo en todas partes.

Sin embargo, está claro que debemos actuar con mayor determinación para fomentar un mundo en el que el odio no encuentre santuario y, en su lugar, florezca la esperanza.

Esto exige una colaboración a mayor escala y asociaciones a un nivel más amplio. Exige que todos nosotros crucemos fronteras y límites de cultura, fe y nacionalidad, y reconozcamos nuestros lazos comunes como hermanos y hermanas comprometidos con una visión compartida de paz y prosperidad.

En resumen, el futuro necesitará muchas más personas como el rabino Zvi Kogan.

Dr. Ali Rashid Al Nuaimi es el presidente del Centro Manara para la Coexistencia y el Diálogo y presidente de Asuntos de Defensa, Interior y Exteriores del Consejo Nacional Federal de los EAU.

Jonathan Greenblatt es el CEO y director nacional de la Liga Antidifamación (ADL).

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