José Antonio López : «El sector cooperativo suele ser conservador y le cuesta adaptarse al cambio»
La Cooperativa Virgen de la Sierra de Cabra ha celebrado este año su 75 aniversario en un clima de cambio y renovación. Esto se debe al plan estratégico que aprobaron en 2020 para reorganizar la empresa, establecer objetivos como la venta al exterior y mejorar su estrategia de marketing. ABC analiza estas y otras cuestiones con su gerente, José Antonio López . -¿Qué cambios y modernizaciones se han implantado en la Cooperativa Virgen de la Sierra? -Dentro de la implantación del plan estratégico, tenemos varios objetivos. Uno de ellos era que la marca fuese reconocida a nivel internacional. Para eso hemos tenido que hacer cambios dentro de la fábrica, como implantar un buen sistema organizativo. La clave de una buena gestión de la cooperativa está en maximizar los beneficios controlando los costes internos. Esto nos ha permitido poder hacer pequeñas inversiones, ir modernizando y creciendo. -¿Qué variedades de aceituna y tipos de aceite producen actualmente? -Predomina la hojiblanca, pero donde nos estamos enfocando es en la pajarera . Es una variedad autóctona, la aceituna es tan dulce que se la comen los pájaros. Uno de los objetivos que tenemos es que Cabra se conozca por esta variedad. A nivel estratégico nos viene bien. -¿Cuáles son sus productos principales? -Nosotros estamos centrados en el virgen extra , pero tenemos tres gamas y varios aceites. Antes únicamente teníamos la variedad Premium, que es la que se produce en octubre, y la gama Familiar, que se produce en el mes de diciembre. El precio está justificado por la calidad y por los recursos que se necesitan. En el mes de octubre se necesitan de 10 a 12 kilos de aceituna para sacar un litro de aceite, mientras que en el mes de diciembre se necesitan de 5 a 6 kilos para sacar un litro. La calidad es totalmente diferente. Pero un cliente que quiere un aceite de alta gama , sin tanto coste. Entonces sacamos la gama Envero, que está en la mitad. -Su packaging, es decir, el envasado, incluye flores, colores… ¿Qué es lo que inspira estos diseños? -Están muy inspirados en el pueblo de Cabra . Si ves la gama Premium, parecen macetas de geranios, que es muy representativo de la provincia de Córdoba. En la gama Envero se recogen elementos del pueblo de Cabra, como amonites, flores silvestres, ramas de olivo , el madroño… Uno de los objetivos a nivel estratégico es que nuestro aceite se conociese a nivel nacional. Al final lo que buscamos es tradición e innovación. Hemos cogido elementos de Cabra, de Córdoba o nuestros, pero metiéndole el toque de innovación para adaptarnos al consumidor actual. -En cuanto al mercado exterior, ¿a cuántos países y cuáles son a los que más exporta la cooperativa? -Hemos implantado el sistema IFS, una certificación válida en cualquier parte del mundo. No era obligatorio, pero ha sido esencial para entrar en el mercado americano. En Europa estamos en varios sitios: Francia, Polonia, Lituania, Dinamarca… Y vamos a reactivar la venta con Brasil y las negociaciones con Japón. Son países nuevos, pero muy fieles. -¿Por qué decidieron poner en marcha la producción ecológica? -Es algo que nos estaba demandando el mercado y los propios socios. Y estamos creciendo muchísimo. Todavía no estamos a los niveles del convencional , pero poco a poco estamos consiguiendo ese nuevo mercado, estamos incitando esa demanda. -¿Cómo lleva la Cooperativa Virgen de la Sierra el hecho de pertenecer a la Denominación de Origen de Baena? ¿Cree que esto tiene una influencia positiva o negativa en vuestra producción? -Bien, al final es pertenecer a una de las denominaciones más antiguas que hay en España. Fuera está muy valorado el pertenecer a una denominación. Cuando vendemos en Francia o Estados Unidos es uno de los requisitos. En el vino es más común, pero en el aceite de oliva no se ha tenido nunca en cuenta. Pero el hecho de que tengas un sello y certificaciones al final indica que estás pasando unos controles de calidad, así que es algo positivo. -¿Cuál es el siguiente escalón? ¿Tiene alguna meta a corto plazo con la cooperativa? -El siguiente paso es replantear la automatización . Estamos haciendo pequeñas cosas. Hay partes de la fábrica que son muy antiguas, pero no puedes hacer inversiones millonarias. Uno de los objetivos que nos plantearíamos a cuatro o cinco años sería tener totalmente automatizada la fábrica para controlar los procesos, los costes internos… Sería un buen reto. -¿Cómo cree que será la situación de la Cooperativa Virgen de la Sierra en otros 75 años? -La cooperativa no es nuestra; nuestro objetivo es darle la mejor transición para que tenga otros 75 años. Que siga evolucionando, no quedarnos atrasados, seguir con pequeñas mejoras, estar en el mercado, ser capaces de adaptarnos a los cambios de tendencia… Hace cinco años no había tienda online, y hoy en día tenemos una buena facturación a través de internet. De alguna forma hay trabajar en la implantación de la inteligencia artificial . Al paso que vamos, en cuatro o cinco años va a haber muchas tareas aquí que no se van a hacer porque la inteligencia artificial se va a ocupar de ellas. El sector cooperativo en general, no nuestra cooperativa, es un sector que suele ser muy conservador y que suele quedarse obsoleto porque le cuesta mucho adaptarse al cambio.