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Andy, diez millones de afiliados y la Presidenta

Año 1994. El periodista Jaime Avilés, junto con tres corresponsales de medios capitalinos, está en Villahermosa. Tras una gira con AMLO, llegan a la casa de éste en la capital de Tabasco, donde su esposa se queja de que Andresito se sigue portando muy mal.

“José Ramón tiene 13 años, Andresito ocho y Gonzalito dos”, narra Avilés en su libro Vida privada de un hombre público. “Andresito se aleja avergonzado” tras la acusación de Rocío Beltrán (QEPD), quien “francamente enojada le exige que meta en cintura a Andresito. Pero en cuanto ella entra en la casa, Andrés Manuel nos cuenta, sin ocultar el orgullo que siente por su segundo vástago:

-No se porta mal, es que me hace motines emocionales –reflexiona–. El otro día me invitó a verlo jugar la final de basquetbol de su escuela. Cómo me hubiera gustado ir, pero no podía, tenía mitin en Nacajuca. Y se puso muy triste, casi llora; me parte el alma, me duele mucho fallarles a mis hijos en esas cosas. Bueno, le dije, ándale, ven acá, ven a darme un beso. ¿Y saben qué me contestó? Que te lo dé tu puta política…”.

Tres décadas después los desencuentros entre padre e hijo serían porque el primero, ya en la Presidencia de la República, frenaba las ansias de Andrés Manuel López Beltrán por dedicarse abiertamente a la política, cosa que ocurrió apenas asomó el fin del anterior sexenio.

Este sábado López Beltrán cerró en Tlatelolco la primera gira de su vida pública como secretario de Organización de Morena.

López Beltrán, conocido por muchos como Andy, es además el poseedor de las llaves de Morena, cuyos estatutos fueron reformados el mes pasado para darle control de la militancia.

Antes, cinco instancias tenían que ver con el padrón de militantes: Presidencia, Secretaría General, Secretaría de Organización, Instituto Nacional de Formación Política, y Comisión Nacional de Honestidad y Justicia.

Tras la reforma estatutaria “la Secretaría de Organización del CEN será la responsable de las tareas de afiliación, credencialización, actualización y resguardo del Padrón Nacional de Protagonistas del Cambio Verdadero”.

(https://www.milenio.com/politica/morena-se-transforma-para-impartir-legado-de-amlo)

Andy hace mancuerna con Luisa María Alcalde, presidenta de Morena. Juntos representan la apuesta controladora del expresidente. Según cuentan, el exmandatario dedicó horas a insistirles que cuidaran denodadamente esa alianza, que es la de dos clanes.

El nacimiento de este partido-Estado aún ha de sortear múltiples retos. El fundador tiene en su hijo y en una de sus colaboradoras más leales una garantía de que nadie, ni la Presidenta de la República, se ha de adueñar del movimiento para desviarlo o traicionar.

Desde su incorporación formal a Morena, López Beltrán ha declarado que irán por diez millones de afiliados. Es una estrategia que obliga a los cuadros que ya escalaron en la burocracia, sea en cargos legislativos o ejecutivos, a demostrar su capacidad real de convocatoria.

Y Morena podría entrar, de ser necesario, en una depuración de indeseables o ineficientes: la díada Alcalde-Andy usará las encuestas para definir candidaturas (premios y castigos, pues).

Los designados por el tabasqueño al frente de su partido podrían evitar así que liderazgos –llámense Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Clara Brugada o Rosa Icela Rodríguez…– se vayan por la libre.

Falta ver cómo se lleva Morena con Claudia Sheinbaum. Hoy, es la presidenta de los morenistas gracias a que en la campaña, y todos los días en la Presidencia, ella se esfuerza por identificarse al máximo con el fundador del movimiento.

Pero un partido tan fuerte y protagónico complicará la acción gubernamental. Veremos entonces cómo Andy y Claudia hacen política.

@salcamarena

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