Sin ciencia no hay salud, sin salud no hay futuro
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 240 millones de personas contraen malaria cada año, un millón de personas mueren de tuberculosis y las resistencias a los antibióticos se han convertido ya en una de las diez amenazas para la salud pública mundial. Son datos que evidencian realidades que impactan a millones de personas y que nos recuerdan que aún hoy existen en el mundo pandemias y endemias que se siguen cobrando demasiadas vidas. Realidades que pueden sonar lejanas pero que cada vez lo son menos, ya que factores como el cambio climático o la propia globalización facilitan la proliferación de enfermedades trasmitidas por vectores en nuevos entornos. Y si la sola existencia de estas enfermedades que son un lastre para el progreso mundial no hace reflexionar a los responsables de proveer salud y bienestar, también contamos con los retos a los que se enfrentan sociedades que se encuentran en posiciones menos vulnerables. Retos como el aumento de las comorbilidades asociadas a una mayor esperanza de vida, el aumento de las enfermedades crónicas o la aparición de enfermedades a edades cada vez más tempranas. Los datos en patologías como el cáncer, donde la aparición temprana ha aumentado casi un 80% en las últimas tres décadas, evidencian la necesidad de tomar acción. La receta para combatir a toda esta lista de amenazas a nuestra salud es la misma: ciencia. Lo vimos durante el Covid y lo vieron nuestros antepasados con hitos clave como la erradicación de la viruela o el desarrollo de innovaciones clave como la penicilina. La ciencia en salud necesita un entorno favorable. Necesita gobiernos que la prioricen en sus políticas, necesita una visión global que traspase fronteras y un enfoque One Health que reconozca la relación entre la salud humana, ambiental y animal. También requiere de compañías como la nuestra, empresas especializadas en desarrollar ciencia que prioricen los grandes retos en salud independientemente de a quienes impacten y que sigan invirtiendo en áreas como los antibióticos y las vacunas , valor seguro para enfrentar amenazas contra la salud pública. En España, las compañías farmacéuticas invierten más de 1.400 millones de euros en I+D biomédica, cifras muy importantes que suponen, en el caso de GSK, que España sea el segundo país en volumen de investigación clínica solamente superado por Estados Unidos. Cifras positivas que atraen también la atención de otras regiones muy pujantes que entienden la oportunidad estratégica de desarrollar I+D en salud. De hecho, un reciente informe señala que China superó por primera vez a Europa en 2023 como creador de nuevos principios activos. Si la ciencia es la base que permite el progreso sanitario, la prevención es la clave para lograrlo. No existe actualmente ninguna intervención en salud más coste eficiente ni con más impacto que invertir en prevención, y esto sí es común y aplicable a todas las sociedades. Sin embargo, la prevención es muchas veces la gran olvidada. Un área infra financiada - supone solamente el 3,5% del gasto sanitario total en nuestro país- que, sin embargo, nos brinda oportunidades mucho antes de la atención sanitaria. Oportunidades que van desde la creación de entornos que promuevan hábitos de vida saludables y prioricen la protección de los colectivos más vulnerables, hasta la defensa del medio ambiente. De hecho, según Naciones Unidas, la contaminación atmosférica se ha convertido ya en el segundo factor de riesgo de muerte prematura a nivel mundial. Prevenir también pasa por adelantarse a la enfermedad. Contamos con herramientas clave en este ámbito como los cribados o el impulso del diagnóstico precoz y, por supuesto, contamos con la vacunación. Una medida que salva cada año hasta 5 millones de vidas y que revierte al sistema hasta 19 euros por cada euro invertido. En GSK tenemos muy claro que sin ciencia no hay salud y sin salud, no hay futuro. Por eso investigamos en áreas como las enfermedades infecciosas, la inmunología, el área respiratoria o la oncohematología para lograr el objetivo más importante de todos, que no es otro que seguir ayudando a mejorar la vida de las personas.