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El fundador de Telepizza cambia Bahamas por Madrid mientras recibe cientos de miles de euros en subvenciones

Fernández Pujals, expresidente de Jazztel y fijo en los rankings de ricos españoles hasta 2022, comunica su marcha de ese paraíso fiscal al registro de Luxemburgo, desde donde controla su yeguada segoviana

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Tras 25 años radicado en el paraíso fiscal de Bahamas, el fundador de Telepizza y ex presidente de Jazztel, Leopoldo Fernández Pujals, ha vuelto a fijar su residencia en Madrid, según documentos que el multimillonario ha remitido recientemente a Luxemburgo. Allí tiene registradas al menos dos instrumentales con las que controla, entre otras empresas en España, su imponente yeguada en Segovia, que ha recibido cientos de miles de euros en ayudas públicas en los últimos años.

Nacido en Cuba hace 77 años, fogueado en Estados Unidos y nacionalizado español, Fernández Pujals fue un personaje clave del empresariado patrio desde finales de los 90, aunque lleva años fuera del foco y es un misterio a qué destinó las multimillonarias plusvalías que obtuvo tras vender su participación en Jazztel hace casi una década.

En 2014, El Economista le situaba entre las 25 mayores fortunas del país. La última vez que Forbes le incluyó en su famosa lista, en 2022, le colocaba en el puesto 91 de personas más ricas de España con un patrimonio de 450 millones.

Es probable que Pujals, celoso de su intimidad y retirado de la primera línea empresarial hace tiempo, prefiera haber desaparecido de esos rankings. El empresario, con el que elDiario.es intentó contactar sin éxito a través de uno de sus principales representantes en España, es conocido como el rey Midas del Ibex, por haber sido el único español que llevó a dos compañías a ese índice bursátil, que agrupa a las mayores cotizadas del país.

En 1999 fijó su residencia en Bahamas, un paraíso fiscal, tras dar su primer gran pelotazo, la venta, por 300 millones de euros, de Telepizza, la cadena de comida rápida que creó de la nada en 1988 junto a un hermano, con un restaurante que abrió en el Barrio del Pilar de Madrid cuando todavía era directivo de la multinacional Johnson & Johnson, y que tras un crecimiento vertiginoso sacó a Bolsa en noviembre de 1996, en plena ola de 'capitalismo popular', como se le llamaba entonces.

En Bahamas, Pujals montó hace años al menos tres sociedades que administraba junto a su esposa y uno de sus colaboradores, según reveló en 2016 la investigación Bahamas Leaks. Y allí seguía radicado cuando en mayo de 2015 el empresario ganó otros 430 millones en plusvalías al vender un 14,5% de Jazztel con la oferta pública de adquisición (opa) de Orange sobre la ‘teleco’. Había apostado por ella en 2004, cuando casi nadie daba un duro por esa compañía fundada por otro conocido inversor de origen latinoamericano, Martin Varsavsky. Compró un 25% de Jazztel por 62 millones cuando estaba al borde de la quiebra. Una década después vendió sus acciones multiplicando su inversión por más de siete.

Pujals tenía sus títulos en la ‘teleco’ en una compañía ya disuelta en Luxemburgo. Allí conserva al menos otras dos sociedades instrumentales que este año han comunicado un cambio de dirección del magnate. De Bahamas a un complejo de viviendas de lujo en el Paseo de la Habana de Madrid, que en su web promete a sus residentes refugiarse del ajetreo de la ciudad para introducirse en un pequeño paraíso con piscina “infinity” de más de 20 metros, gimnasio, vigilancia 24 horas y jardín privado con árboles centenarios.

Hasta este año, Pujals había notificado al Registro Mercantil del Gran Ducado que residía en Nassau, en una coqueta vivienda de estilo colonial con piscina privada y vistas al océano ubicada en un resort privado con campo de golf. El chalé se ofrece desde hace tiempo en alquiler en diversas plataformas. En Airbnb alojarse una semana a mediados del próximo mes de julio cuesta unos 900 euros la noche.

Calderilla para un magnate cuya actividad empresarial conocida en España en los últimos años ha sido prácticamente inexistente, y que a finales de 2014, en plena gira de entrevistas para promocionar su libro de memorias, “Apunta a las estrellas y llegarás a la Luna”, confesó que Hacienda le estaba investigando, aunque no consta si esas pesquisas se concretaron en una liquidación desfavorable ni que llegaran a judicializarse. 

En esa ronda de entrevistas también explicó que había donado 100.000 euros “al partido más cercano a mi tendencia política, que es el PP”. En concreto, al “caballero” que entonces se ocupaba de las finanzas de esa formación, un tal Luis Bárcenas. También arremetió contra un Podemos entonces en plena emergencia: “Cuando habla Pablo Iglesias escucho a Fidel Castro”, decía este anticastrista hasta la médula sobre alguien que, aseguraba, si llega a gobernar “hunde el país”.

Diez años después, Pablo Iglesias es exvicepresidente del Gobierno y, con España liderando el crecimiento en la UE pese a la alianza entre socialistas y Sumar, Madrid se ha convertido en refugio de muchos multimillonarios latinoamericanos atraídos por las promesas de “libertad” de una Isabel Díaz Ayuso que quiere convertir a la capital en la nueva Miami europea. La misma presidenta, por cierto, que en 2020, en lo peor de la pandemia, decidió dar menús de Telepizza a los niños más vulnerables de la Comunidad de Madrid.

La inversión más conocida de Pujals en España está a algo más de una hora en coche de la capital. Es su yeguada Centurión, el capricho que este gran aficionado a los caballos montó en 1998 en una enorme finca de 1.000 hectáreas en Lastras del Pozo, cerca de Segovia.

Ese negocio lo canaliza a través de la española Yeguada Centurion SLU, en la que ejerce como presidente junto a su segunda esposa, la jiennense María Linarejos Vilches Jordán, vicepresidenta, veinte años más joven que él y a la que conoció cuando ella, psicóloga de profesión, trabajaba en el departamento de Recursos Humanos de Telepizza.

Halcones y pistachos

Con activos de cerca de 70 millones, Yeguada Centurion superó en 2023 los nueve millones de facturación, según sus últimas cuentas, disponibles a través de Insight View. Y, de acuerdo con los datos del Ministerio de Hacienda, ha recibido solo desde 2020 más de 300.000 euros en subvenciones agrícolas de la Junta de Castilla y León. Los datos de Hacienda solo abarcan este rango y es muy probable que la cifra real de subsidios sea muy superior.

Presentada hace años por su dueño como una forma de “devolver a España parte lo que ella me ha dado, mejorando y promocionando el caballo de pura raza española”, Yeguada Centurión ya ha logrado colocar a sus equinos en Ascot (Reino Unido) y en 2020 logró su primera victoria en el Hipódromo de la Zarzuela de Madrid. En 2021 abrió una filial en Francia (Haras de Centurion SAS), dedicada a “la venta y entrenamiento de caballos de carreras para concursos y espectáculos, entre otros”. También opera en el negocio de la cría de halcones. En su finca tiene cientos de hectáreas de praderas que destina también al cultivo de pistachos. 

La sociedad que la explota está en manos de otra empresa española, Hacienda Rústica SL, aparentemente inactiva. Esta última a su vez pertenece a la luxemburguesa Symbols SA, sin empleados y que cerró 2023 con 97 millones en activos, frente a los más de 140 millones que llegó a tener en 2005. 

Solo en los dos últimos años Sygma ha declarado pérdidas de 20 millones. En marzo de 2023, Fernández Pujals le inyectó 65 millones a través de una ampliación de capital, según sus últimas cuentas.

También en Luxemburgo está Stripes SA, dirigida por Pujals y cuyos activos pasaron en 2023 de 6,4 millones a poco más de 100.000 euros. En 2022 decía tener el 100% de cuatro sociedades en España, que no identificaba. Dos se liquidaron en 2023. Una de esas filiales es Promobeta Distribuciones de Bebidas SA, dedicada al comercio de alimentos, bebidas y tabaco y que sigue operativa, aunque aparentemente inactiva.

El magnate, que en su época de auge presumía de no saber “qué es fracasar” (“Tengo serias dificultades para deletrear la palabra temor y se me atraganta pensar en perder”, afirmaba en 2005), probó fortuna tras el pelotazo de Jazztel en otra cadena de pizzerías (La Original) con menos suerte. También hizo una fallida incursión a finales de los 90 en un negocio de vending con pizzas junto a otro empresario muy aficionado a los paraísos fiscales, el iraní Massoud Zandi, que hace años fue noticia por una opaca petrolera en Sudán de Sur en la que era accionista el periodista Juan Luis Cebrián.

Pujals tiene una vida que daría para una o varias películas. Nació en el seno de una acomodada familia cubana de origen español (madre arquitecta, padre notario) que se exilió a Miami con lo puesto (tres relojes de oro en el bolsillo de un pantalón llevaba el niño Leopoldo) cuando él tenía 13 años. Ingresó en los Marines, donde fue condecorado con una medalla y el rango de capitán, aunque no llegó a disparar en la guerra de Vietnam. 

Tras pasar por la universidad para cursar estudios de Finanzas y foguearse en la multinacional Procter & Gamble, recaló en Johnson & Johnson, que le destinó a España en 1981. Visionario del marketing, aquí tuvo la idea de montar una cadena de entrega de pizzas a domicilio y, con una inversión de solo 10 millones de pesetas de la época, emprendió la historia de fulgurante éxito que le convirtió en uno de los empresarios más conocidos del país. Ahora, según la documentación que ha remitido a Luxemburgo, ha decidido volver a fijar su residencia aquí 25 años después.

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