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La Justicia archiva el caso de las gemelas de Sallent pese a que sufrieron «cierto acoso escolar»

Abc.es 
El 21 de febrero de 2023, dos hermanas gemelas saltaron al vacío desde el balcón de su casa, un tercer piso, en Sallent (Barcelona). Tenían 12 años . Una de ellas, Alana, murió y la otra , Leila se recuperó, aunque con graves daños, tras permanecer varios días ingresada en la UCI. Desde el primer momento, su familia, de origen argentino, denunció que sufrían acoso en la escuela . En su carta de despedida, Alana escribió a sus allegados que no tenían ninguna culpa de su decisión, y explicó que no se sentía bien con ella misma, ya que quería ser un chico. Su hermana dijo que no quería dejarla sola y por eso también saltó desde el inmueble. Los Mossos certificaron con su investigación que la menor fallecida era víctima de 'bullying' en el colegio, «probablemente por su origen o identidad sexual», pero la Justicia ha decidido ahora archivar el caso al concluir que «sus circunstancias personales» y «un cierto conflicto familiar pudieran haber contribuido al fatal desenlace». Así consta en el auto de la Audiencia de Barcelona que desestima el recurso de la familia de las gemelas contra la decisión del Juzgado de Manresa que había dado carpetazo a las pesquisas el pasado enero. Una resolución de la Sección Quinta que apunta que pese a la investigación acredita «cierto acoso escolar» hacia Alana , por parte de sus compañeros «todos menores de 12 años» -por tanto inimputables-, que, entre otros, la llamaban «marimacho» , y también la insultaban por su condición de extranjera: « Argentina de mierda, vuelve a tu país », consideran los magistrados que «su situación de vulnerabilidad» también vino derivada de «sus circunstancias personales». Detallan así que había una «cierta irritabilidad y nerviosismo en su conducta», que lleva a concluir que « el acoso escolar pudo haber tenido un cierto impacto en su decisión , pero también que existían motivos adicionales susceptibles de provocar su malestar». Respecto a la actuación de la escuela ante el acoso, el auto recoge que el protocolo no se activó hasta después del suicidio de Alana . A pesar de ello, tras hablar con la psicopedagoga del centro, los magistrados concluyen que «varios profesionales estaban al tanto de la situación y le realizaban seguimiento». Por su parte, la tutora de la pequeña explicó que «era un curso conflictivo, y que no le pareció que existiera acoso, sino problemas de todos con todos». La niña le había explicado «que era 'trans'», y la profesora intentó concertar citas con los padres, pero finalmente no se llevaron a cabo. El director del colegio abrió un expediente a Alana por «ráfagas de ira elevada» y «conflictos con otros alumnos», y también descartó que fuera víctima de acoso escolar. Las hermanas si tuvieron seguimiento de servicios sociales del municipio . De hecho, la educadora social del municipio trató con la madre de las niñas la falta de recursos familiar así como las dificultades de adaptación de las gemelas. Concluyen así los magistrados que sí fueron «objeto de atención» parte del centro escolar y otros profesionales y descarta que, pese a no haberse activado el protocolo contra el acoso estuviesen desatendidas. Indican así que no pueden afirmar que la decisión de Alana de quitarse la vida «fuera previsible para ellos» y que no se podía pronosticar que «se hallara en una situación límite». Así, ante la « ausencia de indicios de criminalidad », la Audiencia rechaza el recurso de la familia y archiva el caso. Decisión que Maia, madre de las pequeñas, ha reprochado a través de redes sociales: «Así tratan los temas de 'bullying', así tratan la muerte de mi hija. Una vergüenza que se haya archivado el caso, que no les importe la muerte de una adolescente [Alana], que mi hija se haya quedado con daños neurológicos [Leila]. Una vergüenza que no hayamos recibido ayuda de nadie. Una vergüenza que al funeral de mi hija no les dio la cara para ir, no fue el director, ninguna profesora y nadie. No fue nadie porque les daba vergüenza, porque saben que son culpables. La muerte de mi hija ni la de ninguno de los hijos que se suicidaron en España no van a quedar impunes. La muerte de mi hija no puede ser en vano».

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