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Una oferta temeraria y seis años de retrasos: el desastre de la supercochera de buses de Barcelona

La adjudicataria responable de los retrasos ganó el concurso tras presentar una oferta un 25% más barata que el precio base de licitación. Dos años después admitió que no podía pagar a los proveedores

Exclusiva - TMB despidió a su director de Infraestructuras por participar en adjudicaciones de obras a un sobrino

Lo que en 2018 se presentó como “el centro operativo de autobuses más grande de España” es, por ahora, una obra maldita. Seis años después de que TMB, la empresa que gestiona el transporte público en Barcelona, anunciara este gran proyecto, el complejo acumula graves demoras y no se prevé que esté listo hasta 2027, más de un lustro más tarde de lo previsto.

En el centro del retraso está el conflicto que TMB tuvo con una de las empresas contratistas, Ferrallados Oceanía, que ganó uno de los lotes tras presentar una oferta “anormalmente baja” —lo que antes se llamaba temeraria— con un importe del 25% inferior al precio base de licitación y un 17% por debajo de la media del resto de empresas que se presentaron al concurso. 

Ambas partes acabaron rescindiendo el contrato en octubre de 2023 tras los, “incumplimientos flagrantes”, según TMB, de la adjudicataria, que no pudo pagar a los proveedores.

La constructora está administrada por el sobrino de un exdirectivo de TMB con responsabilidades en los procesos de licitación que participó en adjudicaciones de obras millonarias a esta empresa. TMB despidió al dirigente en febrero de 2021 tras descubrir su papel en estos concursos que ganó su pariente, tal y como reveló elDiario.es el miércoles.  

El directivo y la empresa firmaron un acuerdo de confidencialidad que les permite no dar detalles sobre la salida de este empleado, que ocho meses después acabó fichando de director general por la constructora de su sobrino.

El conflicto entre TMB y esta empresa ha mantenido las obras paradas durante más de un año y también ha generado retrasos en la entrada de otras compañías encargadas de fases posteriores de esta cochera, cuyo presupuesto total previsto es de 52 millones de euros.

El proyecto es una gran obra en la Zona Franca de 90.000 m2 y capacidad para 550 vehículos que cuenta con talleres, oficinas y, según la empresa, “tecnología avanzada” para atender la flota de buses de gas natural, híbridos y eléctricos. “El espacio pretende ser un referente en dimensiones, tecnología aplicada a la construcción, sostenibilidad y ergonomía”, anunció TMB en 2018.

“Incumplimientos flagrantes” tras una oferta a la baja

Tras llevarse uno de los lotes del concurso por 7,8 millones (IVA incluido) con una oferta a la baja que tuvo que justificar adicionalmente, la constructora reconoció en abril de 2023 que no podía seguir con la obra al no poder asumir la carga de pago a los proveedores.

TMB la acusó de “incumplimientos flagrantes” de sus obligaciones en cuestiones como “medios personales, prevención de riesgos laborales y calidad de la obra” e inició un expediente sancionador en el que propuso una multa de más de 1,2 millones y la incautación de la fianza depositada por la empresa, de más de 320.000 euros. 

La propuesta inicial de TMB, sin embargo, se acabó difuminando. Ambas partes resolvieron el contrato de mutuo acuerdo en octubre de 2023 y la empresa pública renunció a la indemnización y se quedó solo con la fianza, según figura en el acuerdo de resolución revisado por este periódico.

“Sabemos que determinados incumplimientos son difíciles de acreditar y que puede acabar en un proceso judicial largo y costoso”, responden desde TMB a la pregunta de por qué renunciaron a la indemnización.

La empresa pública asegura que se avino a firmar el pacto para poder volver a licitar “enseguida” el proyecto y encontrar alguien que pueda tirar adelante el proyecto. Las obras se han vuelto a adjudicar finalmente este otoño.

Respecto al hecho de haber adjudicado la obra a una oferta temeraria que después se ha demostrado demasiado baja, TMB sostiene que “no justifica los incumplimientos” porque la constructora “había justificado debidamente” que podía llevar a cabo el proyecto con ese presupuesto. “Si no, no se les hubiera adjudicado, hubiera quedado excluida”, remacha una fuente oficial.

Esta obra no fue la única que Ferrallados Oceanía ganó tras presentar ofertas anormalmente bajas coincidiendo con la presencia de su pariente en las licitaciones, según un análisis de todas las adjudicaciones.

El alto cargo presidió diversas mesas de contratación de esos concursos que se llevó su sobrino y en algunos casos llegó a firmar la propuesta de adjudicación. Todos los encargos fueron para obras en las cocheras de Zona Franca.

TMB desliga este reguero de ofertas bajas y adjudicaciones de la relación de parentesco que tenía la constructora con el dirigente de la empresa pública, S.T.

“Se revisaron todas las licitaciones en las que participó el directivo y se presentó Ferrallados Oceanía y, más allá de que no había explicado la relación familiar, no se detectó ninguna irregularidad en las adjudicaciones”, sostienen desde TMB.

Ferrallados Oceanía no ha respondido a las llamadas y a los reiterados correos electrónicos ofreciendo dar su versión tanto sobre su relación con el exdirectivo de TMB como sobre los retrasos en la obra y la resolución del contrato.

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