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Las grandes chocolateras empiezan a fusionarse ante un cacao disparado y la tendencia a una alimentación saludable

El precio del cacao llegó a máximos históricos la pasada primavera y, tras tomarse un respiro después del verano, ha vuelto a dispararse por cosechas que siguen a la baja

La subida de precios del café, el cacao y el azúcar presiona otra vez los costes de la industria alimentaria

El cacao, como el café o el azúcar, lleva meses disparado. Una evolución que está arañando beneficios a las multinacionales de la alimentación porque, aunque han disparado sus precios, han acabado asumiendo que los bolsillos de sus clientes ya no soportan más alzas. Además, a esa situación se suma la creciente tendencia hacia una alimentación más saludable y la aparición de medicamentos que reducen el apetito, como Ozempic y Wegovy. En esa coctelera de factores, las multinacionales especializadas en el chocolate están optando por fusionarse. Es decir, por ser más grandes para encajar mejor los golpes.

El próximo movimiento podría venir de la mano de Mondelez International. La empresa que está detrás de marcas como Milka o Toblerone está analizando la compra de la estadounidense Hershey, según ha adelantado la agencia estadounidense Bloomberg, aunque Hershey no estaría por la labor, al menos, de momento.

Se trata de dos gigantes empresariales, aunque por sus nombres no sean excesivamente conocidos. Mondelez vale en bolsa más de 84.000 millones de dólares (casi 80.000 millones de euros al cambio actual); y Hershey, después de que trascendieran las negociaciones y su acción se disparase cerca de un 20%, roza los 36.000 millones.

Si se juntasen, las ventas conjuntas de Mondelez con Hershey alcanzarían el equivalente a 47.000 millones de euros. Como referencia, Inditex –la multinacional española que más vale en bolsa– facturó el año pasado cerca de 36.000 millones.

De momento, esta operación no está cerrada, pero si se acaba concretando dejaría en sus manos cerca del 20% del mercado global del chocolate, según los cálculos realizados por la agencia estadounidense. Además, no es la primera vez que Mondelez intenta esta compra, porque ya trató de cerrarla en 2016, aunque por mucho menos dinero del que ahora vale Hershey, porque, en ese momento, ofreció cerca de 23.000 millones de dólares. Esas negociaciones fracasaron porque Hershey tampoco estaba de acuerdo con los términos de la propuesta y prefirió seguir en solitario.

Ahora, en cambio, parece que hay más mar de fondo en esa empresa porque, solo unas horas después de que trascendieran las negociaciones, Hershey comunicó la marcha del responsable de su negocio en Estados Unidos, Michael Del Pozzo, que solo llevaba tres meses en la empresa y que volverá a otro gigante de la alimentación, Pepsico.

Si se unen esas dos chocolateras, protagonizarán una de las mayores operaciones corporativas del año. Ya hubo otra millonaria en el sector, porque hace unos meses Mars, dueña de las chocolatinas M&M’s y Snickers, cerró la compra de Kellanova, una escisión del grupo Kellogg's, que además de cereales y barritas era propietaria de Pringles. En ese caso, la adquisición rozó los 36.000 millones de dólares. 

Cuando cerró esa compra, en pleno verano, el presidente de Mars, Poul Weihrauch aseguró en una entrevista con la agencia Reuters que el motivo de esta unión era intentar ser una “empresa más grande y más fuerte” para “poder absorber más costes y aliviar los problemas” que ha vivido la empresa “en un entorno inflacionario”. 

En cuanto a los gigantes del chocolate en Europa, también se están dando pasos. El grupo suizo Nestlé cerró hace un año la compra de una empresa brasileña especializada en chocolates de “alta gama”, los más caros y los que más margen dan. Con la compra del grupo CRM se hizo, además, con el control de una red de casi 1.000 tiendas.

Un cacao en máximos

Las empresas quieren ser más grandes para afrontar mejor la espiral de subida de precios de un cacao que lleva tiempo tensionado. La pasada primavera, el cacao alcanzó la cotización más alta de su historia, por la caída de la oferta de los principales países productores, entre ellos, Ghana y Costa de Marfil. En abril, llegó a tocar los 12.000 dólares por tonelada. 

Desde entonces, se tomó un respiro y llegó a caer por debajo de los 7.000 dólares en octubre, pero ha vuelto a la misma senda alcista y ya supera los 10.000. Una situación que lleva a pensar que no se trata de algo puntual, por un mal año, sino que la caída de la producción puede ser sostenida en el tiempo. 

La Organización Internacional del Cacao asume que tanto la campaña de 2023 como la de 2024 se “han visto afectadas por problemas de oferta”, según explica en su último informe, que abarca hasta el mes de noviembre. “La producción mundial de cacao en grano” para la campaña de este año, ha concluido con “una reducción significativa debido a las condiciones climáticas adversas, las enfermedades y las plagas que afectaron a los principales países productores de África Occidental”. Su última estimación sitúa la producción en 4.382 millones de toneladas, por debajo de las 5.000 del año anterior, que ya fue uno de los peores en décadas. 

Esta evolución de la materia prima también se ve en los resultados de las empresas locales. El grupo Valor, propietario de las chocolatinas Huesitos y Tokke, acaba de publicar su evolución durante la primera mitad del ejercicio 2024. Entre enero y junio, sus ingresos crecieron un 17% y se situaron en 165 millones de euros. Sin embargo, su beneficio cayó un 11%, hasta 6,4 millones. Valor reconoce que la caída “responde al sobrecoste experimentado en la adquisición de cacao y derivados, cuyo precio alcanzó máximos históricos de hasta un 300% en pocos meses” y afirma que “ha evitado repercutir en su totalidad” esta subida a los consumidores. También, que “la tensión en el mercado del cacao se mantiene”.

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