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Malos datos

Se publicó la información de actividad industrial al mes de octubre, primero de esta nueva administración. Los resultados son bastante malos, por dinámicas que llevan ya años y no deben atribuirse al nuevo gobierno.

En el conjunto, la caída en términos anuales es de más de 3%, que resulta del hundimiento de la minería, que alcanzó en octubre casi 7% de contracción, pero en el promedio de los seis meses previos casi alcanza -5%; de un crecimiento raquítico en electricidad (1.4%, 2.5% en los últimos seis meses); una caída muy severa en construcción, producto de las cifras ficticias que estuvieron publicando durante 2023 (-9%; promedio últimos seis meses, 1%), y del regreso de las manufacturas a terreno negativo (-1.2%; promedio seis meses, 0.3%).

Insisto en que los datos de octubre no son nada distinto de la dinámica que ya veíamos en la industria, si bien por la comparación con los datos de octubre de 2023 (rarísimos), parecen algo excepcional. En cada uno de los rubros que conforman la industria hay un comportamiento claro.

Minería, que es casi por completo extracción de petróleo, lleva buen rato cayendo, y lo hace cada vez más rápido. Desde mediados de 2023 reporta contracción mes a mes, y supongo que cerraremos el año por ahí de -7%. En electricidad, un crecimiento raquítico, que no permite recuperar los 30 puntos de contracción sufridos en 2021. Construcción sufre los datos ficticios (esta columna insiste en ello) que Sedena entregó a INEGI con motivo del Tren Maya. El subsector “obras de ingeniería civil” pasó de 80 puntos que tenía a casi 180 puntos en octubre de 2023. Como si las obras del Tren Maya fuesen mayores que todas las demás construcciones del país. Como eso ya se acabó, ahora el índice de ese subsector se regresa, y lo que antes parecía un crecimiento extraordinario hoy se ve como un derrumbe de la misma magnitud. A juzgar por la producción de acero, estructuras, cemento, cal, yeso, la industria de la construcción debe estar un poco por encima del nivel que tenía en 2018, pero con tendencia negativa en los últimos meses.

Finalmente están las manufacturas, cuya dinámica depende de las manufacturas en Estados Unidos. Se trata de una sola cadena de valor, y aunque México ha crecido en importancia, y nuestras manufacturas han crecido un poco más rápido que las del vecino, la diferencia en el corto plazo no es muy grande. El lunes aparecerá el dato de manufacturas para noviembre, en Estados Unidos. El indicador adelantado nuevamente apunta a contracción, pero ya lo confirmaremos.

Si las cosas siguen como van, cerraremos el año con la industria un poco por debajo del nivel con el que cerramos 2023. El promedio anual de ambos años será idéntico. De 2018 a 2024 habremos crecido 3%, lo que significa un poco menos de medio punto por año. Es la mitad del crecimiento anual promedio de los veinte años previos.

La industria apunta a que 2025 será un año de contracción o, si tenemos suerte, nada más de estancamiento. Para tener la perspectiva completa, necesitamos los datos de servicios, que se publicarán en la semana de Navidad, así que no habrá mucho público disponible. No parece que vayan a dar sorpresas, porque ya sabemos que el crecimiento de empleo también viene a la baja.

En la próxima semana, lo más importante será la decisión de los bancos centrales, en Estados Unidos y en México, con respecto a la tasa de interés de referencia. Tampoco es que eso cambie mucho las proyecciones de crecimiento, pero hay que estar atentos.

Usted disfrute el fin de año, que estará mejor que 2025.

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