Saprissa cerca del pentacampeonato
Saprissa está a cuatro juegos de lograr su gran objetivo: volver a ser campeón nacional y obtener el pentacampeonato. Decirlo es fácil, muy sencillo; solo son cuatro partidos, nada si se compara con los 24 que tuvo que disputar, incluida la semifinal contra San Carlos, para llegar hasta donde se encuentra.
Pero la realidad es otra. Es aquí donde el camino se hace más estrecho y aparecen dos rivales que también anhelan el cetro. Para mí, Saprissa enfrenta el escollo más complicado: jugar la final de la segunda fase y buscar el pase a la Gran Final contra Herediano.
Los rojiamarillos son el adversario más complicado para los morados, no solo porque poseen una gran planilla y buenas variantes en la banca, sino porque jugaron bien las semifinales y en ambos compromisos superaron a su adversario. Por si fuera poco, en el torneo, Saprissa y Herediano igualaron en sus enfrentamientos, con una victoria por bando. Sin embargo, en las únicas dos ocasiones en que se han enfrentado en el Estadio Carlos Alvarado (en tiempos de Vladimir Quesada), el equipo de Jafet Soto se dejó los tres puntos.
Ahí es donde los tibaseños deben ser fuertes y sacar petróleo de visita. Si José Giacone y sus muchachos salen del Carlos Alvarado con un marcador positivo, bien podrían rematar en la Cueva. Pero, ojo, irse de Santa Bárbara con algo —salir con la frente en alto— significa al menos un empate; un triunfo sería motivo para frotarse las manos.
Saprissa lo puede lograr, claro, porque cuenta con un técnico que lee bien los partidos, sabe cómo jugar sus fichas y esperará todo del rival. El propio Jafet Soto llenó de elogios a Giacone:
“Vamos a enfrentar a un súper entrenador, es un técnico que sabe jugar estas series. Nos conocemos mutuamente y le tengo mucho aprecio a Giacone, sé la calidad de técnico que es y cada uno va a ir por su arroz y frijoles”, opinó Jafet.
Aparte de lo buen estratega que es Giacone, Saprissa cuenta con otros puntos a su favor que lo pueden llevar al pentacampeonato. El primero, y para mí el más sólido, es Esteban Alvarado: garantía y seguridad en el marco. Los defensas juegan con confianza porque, si ellos fallan, doblegar a Alvarado no es sencillo.
Luego está la recuperación de algunas piezas, futbolistas que han levantado su nivel: Fidel Escobar vuelve a verse como el Escobar seguro, de buena marca y visión para salir jugando. Óscar Duarte fue movido de su puesto natural; ahora es recuperador y ha venido de menos a más. Ha tratado de dar la talla y aporta en ofensiva en acciones de táctica fija.
Deyver Vega ha subido mucho y busca ser el punta desequilibrante de hace años; lo intenta y lucha por lograrlo. Gino Vivi juega con mucha confianza, se la cree al encarar. Intenta tirar el balón largo y sacar ventaja con su velocidad. Si no le sale esa, hace un par de bicicletas y le pone picante y alegría a su juego.
David Guzmán debe estar contra Herediano. Colmilludo como ninguno, dirige al equipo y sabe subirle y bajarle el ritmo a los encuentros.
Mariano Torres, ni se diga. Es el capitán y gran líder. Con él, Saprissa es otro equipo. Todo gira en torno a su juego, y en estos compromisos Mariano se echa el equipo al hombro. La duda es la cancha sintética del Carlos Alvarado: si lo van a arriesgar en ese tipo de césped o prefieren guardarlo para que guíe al equipo en la Cueva. Al final, solo son cuatro juegos para el pentacampeonato.