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La lucha por recuperar espacios para clubes de barrio: “Son un tipo de organización que el Estado debiera cuidar”

Sudor y barro. Los clubes de barrio se caracterizan por una “romantizada” precariedad qué hoy en Chile se busca cambiar mediante el proyecto de ley “Abramos la cancha”. Esta iniciativa presentada por el diputado Andrés Giordano (FA), recientemente aprobada en la Cámara de Diputados y Diputadas y despachada al Senado, busca garantizar el acceso a infraestructura deportiva pública para organizaciones sin fines de lucro y clubes de barrio.

Desde la Fundación Clubes, quiénes participaron de la elaboración de dicha normativa, han expresado su preocupación por la falta de espacios públicos para clubes de barrios en Chile. “Hay una sensación de que tenemos problemas de infraestructura”, comenzó diciendo en diálogo con Radio y Diario Universidad de Chile José Bezanilla, director de Fundación Clubes.

Para reflejar la realidad de los clubes de barrios, la organización realizó en 2023 una consulta de infraestructura de clubes y en 2024 la encuesta nacional de clubes. La primera, arrojó que un 88.2% considera que su situación particular sobre infraestructura es mala o regular. La segunda, en tanto, indicó que el 78.5% de los clubes en el país no tiene ningún tipo de propiedad.

Pero este no es el único dato que utilizan desde Fundación Clubes para graficar la importancia de los clubes de barrio a lo largo del país. “Lo que considera el Instituto Nacional de Deportes como deportistas de alto rendimiento, estamos hablando de 5 mil a 6 mil personas. Cuando la Encuesta CASEN midió la participación de personas en clubes deportivos llegamos casi al millón de personas”, comparó Bezanilla.

“Por lo tanto, del volumen de personas haciendo deportes en Chile los que tienen esa gran torta son los clubes de barrio. Estamos hablando de que son más de 5 mil organizaciones a nivel país”, prosiguió en defensa de la importancia de estos clubes a lo largo de Chile.

Un rol social ineludible

En esa línea, José Bezanilla destaca a estas organizaciones deportivas sin fines de lucro como “el pueblo organizado”. A su juicio, es la representación más primigenia del rol social que siempre se le ha otorgado, sobre todo, al fútbol de barrio.

Generan no solamente mayor participación en el deporte para todas las edades, no solamente hombres adultos, sino que está abriendo con mucha fuerza para las mujeres, también lo que se hace con niños, niñas y adolescentes en la protección de su derecho de la infancia”, expone Bezanilla, recalcando además que “son un tipo de organización que el Estado de Chile debiera cuidar y bastante más”.

El director de la Fundación Clubes destacó la “conformación de ciudadanía” ligada al tejido social que rodea a los clubes de barrio. “Entre 2022 y 2023 hubo 2.500 elecciones para elegir directivas, eso es un caudal de democracia increíble. Gente que participa, que elige, que se atreve, más mujeres que están llegando a las directivas de los clubes deportivos, entonces hay una conformación de ciudadanía a partir de los clubes de barrios que es muy grande”, insistió.

Sin embargo, pese a lo positivo que puede significar para un barrio contar con un club deportivo, estos cada vez tienen menos espacios y una de los grandes impedimentos está relacionado con la obtención de terrenos, antes destinados a canchas de fútbol o multicanchas, por parte de inmobiliarias y la construcción de edificios en dichos sectores.

El factor de crecimiento inmobiliario ha arruinado canchas en muchas partes de Chile. Eso está ocurriendo y frente a este problema es que dijimos cómo hacemos para abrir la cancha porque falta el lugar”, señaló Bezanilla. En la instancia, dio de ejemplo al club Juan Carlos Bertone de Villa Alemana, que tras rehusarse a vender su terreno a una inmobiliaria y que logró inaugurar un nuevo estadio para la zona con pasto sintético que permite la participación deportiva de los vecinos.

A raíz de lo anterior, es que surgió el proyecto “Abramos la cancha” y que en palabras de Bezanilla implica también un rol activo de parte de establecimientos educacionales en el país. “Pretende que los SLEP logren generar más convenios con organizaciones deportivas sin fines de lucro para la utilización de espacios públicos de deporte”, resumió.

Un abandono estatal y una promesa incumplida

La principal denuncia que hacen desde Fundación Clubes es la falta de patrocinio del Ejecutivo hacia la iniciativa y el abandono del Estado a los clubes de barrio desde siempre. Esto, aseguran, ha significado una pérdida del rol social de estas organizaciones. “Cuando habla de deporte de barrio (el Estado) se aleja, porque lo que le encanta es el alto rendimiento”, cuestionó Bezanilla.

En esa línea, recordó una de las frases dadas en campaña por el propio Presidente Gabriel Boric. “La realidad deportiva de Chile puede cambiar y desde el Estado apoyamos a los clubes sociales y deportivos”, fue lo que dijo en aquel momento el ahora Mandatario, acuñando además el recordado concepto de “barrismo social” que finalmente quedó en el olvido.

“En rigor, todavía no hay una política pública de desarrollo para clubes deportivos de barrio”, apuntó José Bezanilla. “Cuando el Presidente Boric dice lo que dice en su campaña, es una gran frase, es valiosa y es importante que una autoridad nacional haya dicho algo así, lo importante eso sí, es que donde se ponga la palabra, se pongan los recursos”, sentenció.

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