World News in Spanish

«Cada uno su conciencia»: amenaza a un bar con reseñas negativas de sus 190 compañeros de trabajo

Abc.es 
El uso de las reseñas con opiniones sobre un bar se puede convertir en un arma de coacción, tal como ha demostrado un encontronazo entre unos clientes y un restaurante a cuenta de la fianza por una reserva para una cena de empresa con muchos comensales. Al anular la cita, han exigido y conseguido la devolución del dinero adelantado bajo amenaza de comentarios negativos entre los 190 compañeros de trabajo. «Se comerá bien, pero la gente que trabaja allí, poca profesionalidad y no deis nunca una señal, que se querrán quedar con tu dinero», se lanza en un mensaje de descontento contra el establecimiento. Más en concreto y en detalla, relata su versión de lo sucedido una de las comensales que se echó atrás: «Muy disgustada, hicimos una reserva de cena de empresa, pero finalmente éramos más y no cabíamos todos juntos; dimo 30 euros de reserva y no la querían devolver, todo esto con dos semanas de antelación». El influencer valenciano Jesús Soriano se ha hecho eco en su cuenta de X @soycamarero de la amplia secuencia del intercambio de mensajes entre ambas partes, en un hilo que supera las cien mil reacciones. El restaurante Donde Siempre, en Gandía (Valencia) se defiende inicialmente enviando un enlace a Instagram con «los comentarios, que son muchos y buenos y todos le desean felices fiestas» a quien despotricó contra sus servicios. Y en la réplica llega la amenaza más contundente. Tras puntualizar que el dinero de la reserva de la cena anulada era de «una compañera» y le trae sin cuidado (expresado de una forma más soez), advierte al bar de que es « denunciable poner conversaciones de WhatsApp sin su consentimiento », por haberlos difundido en redes. «Ahora sí, 190 trabajadores de la fábrica en la que trabajo, ahí irán las reseñas; gracias», apostilla. Finalmente, el hostelero se revuelve: «Claro que sí, ¿y las reseñas falsas no son denunciables? Usted siga así y verá dónde llega». De hecho, el primer seguidor del hilo apunta precisamente a esa vía judicial. «¿Devolvió el importe de la reserva por la amenaza ?, ¿no ha pensado en denunciar? La amenaza en sí misma, según cómo fuera, podría ser delictiva; y las reseñas falsas se pueden demandar por la vía del derecho al honor», puntualiza. Otros recomiendan un tipo de represalia distinta, haciendo valer la fuerza del sector si hay corporativismo para el derecho de admisión: «Lo que toca es que los que trabajáis en los restaurantes os quedéis con los números de quienes hacen eso y os los vayáis pasando para que hagáis entre vosotros una lista de 'clientes' no fiables y así que ningún restaurante les conceda reservas». Un poco utópico, aunque eso podría funcionar en una zona cercana. En la misma línea, opina otro lector que «A todas estás 'personas' que viven para y por las reseñas, se les debería de prohibir entrar en cualquier sitio público y privado, aparte de no tener cultura ni vergüenza, creo más en la experiencia personal para el conocimiento de los sitios y de las personas. Qué pena de gente». Hay en el hilo alguna reflexión más profunda acerca de la condición de muchos consumidores, en general, a la vista de esta mala fe: «Estamos llenos de odio , ira, deshonor, indignidad , que fea se está poniendo la Humanidad . Más que antes». Varios precisan, además, que publicar en redes comentarios de WhatsApp no queda fuera de la ley cuando -como en este caso- no se identifica a nadie, por lo que no incurre en ningún ataque al honor. Y no faltan quienes encuentran un posible efecto positivo para el restaurante, no hay mal que por bien no venga, por ejemplo, porque este rifirrafe se convierte en una « campaña de publicidad » gratuita y anima a ir «todos en masa a comer a ese sitio». Lo que sí queda patente es que nadie se alinea con la clienta por exigir bajo amenaza la devolución de su fianza por desistir de una reserva. Al fin y al cabo, ahí radica la función de pagar una señal: la garantía de acudir a la cita. Las únicas dudas que pueden surgir se referirían a la antelación con que se ha suspendido la cena y cuánta comida había tenido que preparar el establecimiento para el número de comensales, con el fin de evaluar si tiene capacidad para utilizarlo todo con el resto de la clientela.

Читайте на 123ru.net